UNIDAD: VI ORGANIZACIONES E INSTITUCIONES POLÍTICAS
jmsg1983Apuntes10 de Junio de 2016
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UNIDAD: VI
ORGANIZACIONES E INSTITUCIONES POLÍTICAS
CONTENIDOS:
1. Consideraciones previas- 2.Partidos Políticos-3. Partidos y Facciones, Grupos de Interés y Movimientos Sociales-4.Tipologías de partidos-5. La regulación Jurídica de los partidos-6. La Regulación del Concepto-7. Las corrientes internas-8. El Financiamiento-9. La crisis y el futuro de los partidos políticos.
- Consideraciones previas
Incorporamos en el presente programa el estudio, el análisis de las instituciones políticas y los grupos de presión, ya que los individuos agrupados bajo distintos aspectos: social, cultural, económico, institucional, profesional ect. Actúan sobre los miembros del gobierno y de las instituciones a través de diversos procedimientos y canales; su importancia es de tal naturaleza que Kaiser los definió como “un poder político y una realidad constitucional”. En suma, son mecanismos y acciones esenciales para la interacción de la comunidad en y sobre el sistema político.
- Partidos Políticos
El aumento de la población, el mayor requerimiento de participación política de los ciudadanos, la extensión del voto y otros aspectos pueden señalarse como los elementos centrales para que a mediados del siglo XIX alcancen identidad y desarrollo pleno los partidos políticos; instituciones intermedias que en las democracias representativas llegaron a convertirse en el instrumento articulador de las demandas ciudadanas. Bobbio y Matteucci evaden definirlos afirmando que es simple dar una “definición de partidos políticos porque este fenómeno se ha presentado y se presenta con características notablemente diferentes tanto desde el punto de vista de las actividades concretas como en términos de estructuración organizativa que el mismo ha asumido y asume.”
Loewenstein lo define diciendo que en un partido político “es una asociación de personas con las mismas concepciones ideológicas que se propone participar en el poder político o conquistarlo y que para la realización de este objetivo posee una organización permanente”. Manuel García Pelayo expresa que los partidos políticos se conciben como el despliegue u objetivación de un derecho público subjetivo y como factor constituido de la estructura democrática objetiva.
En el primer caso se lo considera como manifestación concreta del derecho a la libre asociación ciudadana para un fin determinado, luego también se lo considera como elemento esencial en la formación de la voluntad política, esto es, una estructura que por su especialización y conocimiento de la realidad-política orienta o puede orientar a la ciudadanía y por todos estos aspectos relevantes se establece una normativa especializada mediante una ley orgánica que aspira regularlas.
En consecuencia se puede definir a los partidos políticos como: asociaciones formales con un programa político, que tienen como propósito explicito alcanzar y/o influir sobre el gobierno, para la cual participan en competencias electorales con otras asociaciones políticas.
Es preciso reiterar los elementos constitutivos del partido político, a saber:
- Existencia de un programa de gobierno, en el cual de manera general se exponen las tareas que el partido cumplirá cuando acceda al mismo.
- Estructura interna determinada, dada la cantidad de miembros, el partido se organiza y articula estableciendo diferentes niveles de integración y dirigencia, las mismas que se encuentran fijadas en un estatuto interno que contempla toda la organización e ideología del partido y comprenden los mecanismos de participación, adopción de decisiones, derechos y deberes de sus miembros y otros aspectos.
- Carácter permanente, aspecto que lo distingue de las facciones y los movimientos de suelen aparecer con un objeto temporal. El partido se organiza como una estructura intemporal que incluso busca trascender a sus propios miembros fundadores, ya que se articula bajo una voluntad explícita de acceder al gobierno para hacer efectivo su programa o si le corresponde ser oposición, ejercer fiscalización sobre el partido gobernante con independencia de la cantidad de miembros que posee y de quienes sean sus dirigentes en una u otra época.
3. Partidos y Facciones, Grupos de Interés y Movimientos Sociales
3.1 Partidos y Facciones
En el término facción predomina el sentido peyorativo. La palabra deriva del verbo latino facere (hacer, actuar). La palabra factio indicó, para los autores que escribían en latín, un grupo político dedicado a un facere perturbador y nocivo, a "actos siniestros". El término partido deriva también del latín, del verbo partire, que significa dividir; sin embargo, no entró en el vocabulario de la política sino hasta el siglo XVII.
La palabra partido tuvo, casi desde su ingreso al lenguaje político, una connotación más suave y menos peyorativa que facción, aunque autores como David Hume utilizaron indistintamente ambos términos. Para Hume, los partidos o las facciones subvierten el gobierno, hacen impotentes las leyes y suscitan la más fiera animosidad entre los hombres de una misma nación, que por el contrario debieran prestarse asistencia y protección mutuas.
La distinción entre partido y facción se establece con Bolingbroke (1678-1751), y con mayor claridad con Edmund Burke (1729-1797). Para el primero, los partidos reflejan una diferencia de principios y proyectos más allá de una facción, es decir, de los intereses personales de sus miembros. Burke, por su parte, define el partido como un conjunto de hombres unidos para promover, mediante su labor conjunta, el interés nacional sobre la base de algún principio particular acerca del cual todos están de acuerdo; al igual que Bolingbroke, distingue el partido de la facción al considerarlo como una organización con fines superiores a los puros intereses mezquinos por obtener puestos y emolumentos, pero a diferencia de aquél, Burke concibe al partido como una partición que ya no se produce entre súbditos y soberano, sino entre soberanos.
3.2. Grupos de Presión
Su origen es un grupo de interés, generalmente dotado de organización formal, que se convierte en grupo de presión al actuar para defenderlo o beneficiarlo ante los poderes públicos del Estado, ejerciendo presión, o sea "la actividad del conjunto de individuos que unidos por motivaciones comunes, tratan de influir, a través del uso o de la amenaza del uso de sanciones, en las decisiones que toma el poder político, ya sea a fin de cambiar la distribución prevaleciente de bienes, servicios, cargas y oportunidades, ya sea a fin de conservarla ante las amenazas de intervención de otros grupos o del poder mismo" (D. Truman).
El grupo de presión no busca ocupar el lugar de los portadores del poder político sino influir en el contenido de sus decisiones en forma favorable a sus intereses. Los grupos de presión, que operan en función de un interés netamente particular o sectorial, suelen denominarse ahora de beneficios, para diferenciarlos de otros grupos, de reciente y muy amplia difusión, que operan como grupos de presión pero en nombre de intereses generales de la sociedad o de la humanidad, como son los grupos ecologistas, las organizaciones defensoras de los derechos humanos, etc., a los que se deniminan de ideas.
Los grupos de presión utilizan tres formas o tipos de presión: la persuasión, la corrupción, y la intimidación.
• La persuasión
Esta forma de presión se emplea a través de las negociaciones, la información y la propaganda, con el objeto de convencer de que ella está orientada hacia el bien común, aun cuando en la práctica representa el interés particular o sectorial que sirve al grupo de presión respectivo.
• La intimidación
Esta forma de presión lleva aparejada una amenaza velada o abierta del uso de la fuerza o de no colaboración con el gobierno en el caso de no aceptarse la propuesta del grupo de presión.
• La corrupción
Constituye éste el mecanismo más contrario al ordenamiento jurídico, siempre se realiza fuera del escenario público, utilizándose generalmente medios económicos para recompensar la decisión política favorable al grupo de presión.
3.3 Los límites de la efectividad de los grupos de presión
La fuerza y efectividad del grupo de presión dependen de la importancia del grupo más que de la forma jurídica que éste adopte. La efectividad del grupo de presión dependerá del sistema político en que éste se inserte y de los recursos que controle, de la facilidad de acceso a las autoridades competentes para adoptar la decisión política. Los recursos económicos constituyen una manera de facilitar la influencia directa o indirecta, ya que ellos permiten adquirir y orientar los medios de comunicación, entregar información orientada, influir en la opinión pública, etc. La fuerza del grupo de presión es creciente a medida que controle un bien escaso, sea éste material o inmaterial (conocimiento, capacidad, riqueza), ya que ello lo sitúa en una posición negociadora más fuerte.
En los regímenes democráticos el número de las personas que conforman el grupo de presión y el apoyo de la opinión pública constituyen un elemento importante de su fuerza negociadora, ya que el poder político se sustenta en la decisión ciudadana que se expresa normalmente a través del sufragio. Los límites de la eficacia de los grupos de presión están dados porque éstos son diversos y persiguen objetivos paralelos o muchas veces contradictorios entre sí, como asimismo, al hecho de que la presión no es sólo unidireccional, vale decir, de los grupos de presión hacia el poder público, sino que también el poder público puede influir en los grupos de presión a través de las decisiones que adopte.
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