Agronomia

APLICACIÓN DE MICORRIZAS EN EL CULTIVO DE TOMATE

Oscar Perilla, Haiver Hernandez, Leonardo Guevara, Luis Alba, Alexander Salamanca, Alfonso Garcia.

El termino micorriza aparece por primera vez en 1885. Fue propuesto por el botánico alemán Albert Bernand Frank y proviene del griego mico que significa hongo y del latin rhiza que significa raíz (Le Page, et al. 1997). Sin embargo, existen evidencias que indican la existencia de estas asociaciones desde hace 400 millones de años (Taylor, et al. 1995).

El estudio de las micorrizas vesiculo-arbusculares, simbiosis que afecta a la mayoría de las plantas de interés agronómico, cada ves tiene mayor relevancia por el aporte que realiza al conocimiento de la nutrición y la fisiología de los vegetales, aspectos que son vitales para la compresión del rol que estos hongos desempeñan en la naturaleza, lo que a futuro podría permitir su explotación como fertilizantes biológicos (Rubio et al. 1994)

La interacción micorriza - planta ofrece ventajas que incrementan el desarrollo en este cultivo, entre otras alternativas, pero su aplicación a todas las escalas, requiere del conocimiento de los mecanismos básicos que rigen la infección y/o colonización del hongo micorrizico a la planta (Solorzano et al. 2001).

Una de las hortalizas de mayor importancia a nivel mundial, es el tomate (Lycopersicon esculentum, Mill). Este cultivo presenta gran cantidad de vitaminas A y C, de ahí su alto valor nutritivo apreciado universalmente. Un gran número de factores inciden en la disminución de los rendimientos de esta hortaliza, entre ellos las enfermedades provocadas por hongos, bacterias y virus y las condiciones de estrés a las que puede verse sometida una planta. De ahí que, de la misma forma que son necesarias, vías eficaces de controlar enfermedades, cobra especial interés ayudar al desarrollo y crecimiento de las mismas (solorsano et al. 2001). La interacción simbiótica que puede establecerse con determinados hongos micorrizógenos arbusculares es una muestra de ello, ya que la micorriza es un factor biológico fundamental en la estructura del suelo e incide de manera importante en el comportamiento de las comunidades de plantas, sean estas naturales o cultivadas (Guerrero et al. 1996).

Entre los principales beneficios que recibe una planta colonizada por hongos micorrízicos arbusculares se encuentran: su mayor crecimiento principalmente en suelos con bajo contenido de nutrientes, una mayor capacidad de absorción de elementos poco móviles del suelo (como fósforo, zinc, cobre), mayor capacidad de absorción de agua y tolerancia a la sequía, así como la protección contra patógenos de la raíz, entre otros. Las micorrizas arbusculares, formadas por los Glomeromycota, fueron las primeras asociaciones mutualísticas que surgieron entre las primitivas plantas y hongos que emprendieron el proceso de terrestrialización, hace más de 460 Ma (Guerrero et al. 1996).

Una de las opciones que propone la agricultura sostenible es la utilización de los hongos formadores de micorrizas, que son de gran utilidad para las plantas por los beneficios que aportan a ellas, como el incremento en la absorción de fosforo y la protección en contra de enfermedades.

TIPOS DE MICORRIZAS

Ectomicorrizas

Se caracterizan por ser una modificación morfológica de la raíz que pierde sus pelos absorbentes y generalmente los extremos se ramifican profusamente y se acortan ensanchándose, el extremo de una raíz micorrizada está cubierto por un manto de hifas como una vaina, que puede ser de una capa floja hasta una placa seudoparenquimatica. A partir de este manto se extiende una red de hifas entre las primeras capas de células de la corteza radical, pero sin entrar entrar en el interior de las células, de aquí el nombre de ectomicorrizas, a esta red se la llama la red de hartig, donde las hifas pueden tener variadas formas, desde el manto hacia afuera se extiende la red miceliar, incluso llegando a formar cordones especializados en la formación de sustancias (Biologia, 2005).

Endomicorrizas

Este es el tipo mas extendido. La mayoría de las plantas arbustivas y herbaceas poseen este tipo de asociación, y casi en su totalidad de las plantas cultivadas, con excepción de las crucíferas y las quenopodiáceas (Biologia, 2005). Provoca pocos cambios en la estructura de la raíz. Generalmente no se observa un crecimiento denso de las hifas en la superficie de la raíz, es decir no hay un manto, pero se forma una red miceliar interna. El micelio penetra la raíz donde inicialmente es intercelular, pero luego ingresa en el interior de las células radicales, desde la rizodermis hasta las celular corticales (Ruperto, 2009).

APLICACIÓN DE MICORRIZAS EN TOMATE

El ecofungi es un producto comercial que contiene 3 tipos de micorrizas Glomus aggregatum, Glomus intradices y Glomus mosseae con buenas condiciones de adaptación y compatibilidad en diversos ambientes lo mismo que plantas. Puede ser mezclado en diversos sustratos con variedad de métodos de aplicación. El resultado mas visible fue una mayor altura en la plántula con relación al testigo, mayor diámetro del tallo y un fruto mas por planta (Orna, 2009).

La aplicación de ECOFUNGI salió con efecto positivo como fuente de micorrizas en la producción de tomate riñon (solanum lycopersicum) bajo invernadero (Orna, 2009).

la colonización de plantas de tomate (variedad INCA–17) por las especies Glomus manihotis y G fasciculatum provocan la inducción de respuestas de defensa temporales en la planta, además de comprobarse que la especie G. fasciculatum resulta más agresiva que G. manihotis en la colonización de la planta. En raíces, la infección con el hongo micorrizógeno Glomus fasciculatum, estimula la inducción de actividad quitinasa, fenilalanina amonio liasa y glucanasa en etapas tempranas de la colonización, mientras que con el hongo micorrizógeno Glomus manihotis, se estimula la inducción de actividad peroxidasa y polifenoloxidasa en etapas tardías

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