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Analis estadistico


Enviado por   •  21 de Marzo de 2023  •  Biografías  •  3.314 Palabras (14 Páginas)  •  20 Visitas

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A su vez, una sociedad insegura se considera bajo estrés psicológico y orgánico, es decir, en una realidad que va en detrimento de su calidad de vida. Igualmente, la inseguridad se relaciona con situaciones de violencia que generan repercusiones psicológicas y fisiológicas en el individuo, como el estrés y la ansiedad. Esta última, se presenta ante estímulos que el sujeto percibe como potencialmente peligrosos e incluye síntomas neurovegetativos, conductuales, cognitivos y vivenciales. Cabe destacar que las reacciones a nivel afectivo y fisiológico se encuentran aumentadas en quienes han sufrido algún delito, mientras que aquellas personas que no han sido víctimas de delitos buscan la supervivencia y seguridad. Aunado a esto, los niveles de desconfianza que los individuos manifiestan hacia los organismos de seguridad como proveedores de protección ciudadana suelen ser altos

Luego de este discernimiento es conveniente concretar el concepto de victimización, que se puede definir como el sufrimiento causado a personas que son víctimas de crímenes o delitos, en un mismo tiempo y lugar. La victimización es el sufrimiento causado a una persona por un crimen o delito, que puede afectar también por la percepción del riesgo a que ocurra.

En este sentido, puede mencionarse el concepto de seguridad ciudadana como la necesidad social que se relaciona con las exigencias de la población en cuanto al respeto de su integridad física y bienes materiales

En la “Encuesta Nacional de Victimización y Percepción de Seguridad Ciudadana 2009, los datos oficiales reflejan que existe una alta tasa de criminalidad, se reportó a nivel nacional tasas de ocurrencia por cada 100.000 habitantes de 75,08 para homicidios; abuso sexual 32,70; robo 5.075,78; secuestro 95,48 y hurto 1.733,89. En esa misma publicación los habitantes de las grandes ciudades consideran el problema de la inseguridad personal como grave (30,92%) y muy grave (63,23%).

Tales aseveraciones permiten inferir la magnitud de esta problemática como una de las que más afecta a los sectores sociales del país

Las encuestas de victimización son herramientas que buscan identificar la cifra delictiva que no es registrada por las instituciones encargadas de velar por la seguridad de las personas.

Recabar información sobre las características del delito y el contexto de la victimi- zación. Sondear la percepción de inseguridad, del desempeño de las fuerzas de seguridad, de las instituciones judiciales y de la asistencia a las personas victimizadas

En 2021, a nivel nacional, del total de mujeres de 15 años y más, 70.1 % han experimentado al menos un incidente de violencia, que puede ser psicológica, económica, patrimonial, física, sexual o discriminación en al menos un ámbito y ejercida por cualquier persona agresora a lo largo de su vida.

Venezuela cierra el año 2021 con un estimado de al menos 11.081 personas fallecidas por causas violentas, lo cual se corresponde con una tasa de 40,9 muertes por cada cien mil habitantes

El propósito de este análisis es responder a una serie de preguntas básicas que nos permitan comprender la situación de las encuestas de victimización en la región e identificar puntos de partida para estandarizar las metodologías e instrumentos de recolección para buscar su comparabilidad. ¿Qué miden las encuestas de victimización? ¿Son comparables sus resultados? ¿Qué tipo de muestra tienen? ¿Cuáles son las características de su población de referencia? ¿Cuáles son los retos metodológicos a superar? ¿Qué instituciones las realizan? ¿Con qué periodicidad? ¿Cuál es el presupuesto que se destina a su elaboración? ¿Qué necesidades tienen los países para llevar a cabo la aplicación de una encuesta de victimización periódica? Al analizar la información se concluyó que las encuestas de victimización en América Latina y el Caribe se realizan en la gran mayoría de los países (17 países reportaron contar con al menos una encuesta de victimización). Sin embargo, estos esfuerzos son realizados de manera esporádica (58% de las encuestas fueron reportadas como periódicas, mientras que el 45% no tienen una fecha definida de su próxima aplicación). Al revisar las metodologías utilizadas en las encuestas y los delitos que miden se confirma que es posible realizar esfuerzos orientados hacia su armonización que faciliten la generación de datos a nivel regional para comprender a mayor profundidad el tipo de delincuencia que afecta a América Latina y el Caribe.

Hasta la década de 1960, la policía monopolizaba la política de la toma de decisiones con respecto a la delincuencia con base en sus propios registros administrativos. Durante este mismo período, se reconoció que la información que se podía extraer de dichos registros era deficiente en muchos aspectos. Así, los expertos comenzaron a desarrollar las encuestas de victimización como fuente de datos suplementarios   El uso de encuestas de victimización en las últimas décadas, en varios países, ha promovido un mejor y más amplio entendimiento de los delitos, sus tendencias a lo largo del tiempo y las percepciones de la ciudadanía sobre el funcionamiento del sistema penal y el   desempeño de la policía y otros cuerpos encargados de velar por la seguridad (Aromaa, 2012). Las encuestas de victimización complementan a los registros administrativos;   conjuntamente estas fuentes de información proporcionan una conceptualización holística y depurada de la delincuencia, el sistema judicial, las zonas de alto riesgo, así como de la percepción pública acerca de ciertos temas como el desempeño de las autoridades. Una limitación importante de los registros administrativos es que sólo contemplan aquellos delitos denunciados a las autoridades y muchos de éstos no son reportados. Las encuestas de victimización proporcionan información sobre la “cifra obscura”, es decir sobre los delitos que no son del conocimiento de las autoridades, además, miden las experiencias de las personas frente al delito, sus costos materiales y ofrecen un panorama más detallado de la delincuencia, por ejemplo, en cuanto a aquellas áreas geográficas particularmente vulnerables.   Además, las encuestas de victimización exploran los motivos por los que una persona no denuncia haber sido víctima de un delito. Algunas de las razones pueden ser: falta de confianza en la policía, el tiempo que toma interponer una denuncia, una posible falta de pruebas o una relación sanguínea o legal con el atacante, entre otras. Esta información puede ser utilizada para desarrollar medidas o aproximaciones relativas a delitos que son frecuentemente difíciles de medir, como la corrupción y el homicidio. Estos procesos  deben de ser elaborados con la más alta calidad ya que los datos generados tendrían que ser utilizados por las instancias responsables de la seguridad y del sistema de justicia penal para atender las problemáticas identificadas.   Por estas razones, las encuestas de victimización han tomado importancia a nivel regional e internacional. Si bien la mayoría de estos estudios fueron desarrollados en un principio por países desarrollados, sobre todo por países Escandinavos es una realidad que han tomado gran auge en la región de América Latina y el Caribe porque permiten analizar de una mejor manera el fenómeno de la delincuencia y sus impactos.  

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