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Analis Mental


Enviado por   •  19 de Febrero de 2013  •  2.270 Palabras (10 Páginas)  •  303 Visitas

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Santa Hildegarda de Bingen

La "sibila del Rhin" nació en Bermersheim (Renania), en 1098. Era la última de 10 hermanos. A los ocho años comenzó su educación con las monjas del Monasterio Benedictino de Disibodenberg por deseo de su padre Hildeberto de Bermersheim, a la sazón menestral del obispo de Spira Fue instruida en gramática y canto por Jutta de Sponheim, quien se convertiría en abadesa de Disibodenberg. Jutta falleció en 1136 y Hildegarda fue nombrada su sucesora. Desde el comienzo de su educación Hildegarda refería estar iluminada por una umbra lucis viventis, como ella decía, que le permitía ahondar en los misterios de la fe.

Su vida y las tareas que emprendió no fueron sencillas, pues en aquel entonces la Iglesia vivía circunstancias difíciles. Mujer activa, comprometida (hizo numerosos viajes y predicaba en las plazas públicas) y excelente organizadora, fundó en 1147 el monasterio de Bingen en el Rupersteberg y en 1165 fundó otro monasterio en Rüdesheim. Hildegarda participó en las discusiones políticas y religiosas que enfrentaban a la Iglesia de Roma con el emperador Federico I de Hohenstaufen, apoyando abiertamente a la primera. Se entiende, por tanto, que los destinatarios de sus misivas y los remitentes de las epístolas que ella leía fueran emperadores, reyes, obispos, papas y otras eminencias de la Iglesia.

Escribió un sinnúmero de libros, siendo el más importante Scivias (abreviatura, elipsis y contracción de Scito Vias Domini, Conoce los caminos del Señor), una apocalíptica visión alegórica del mal y el fin del mundo. Su ambición intelectual le llevó a la erudición en asuntos tanto religiosos como científicos, y escribió libros sobre los Evangelios, vidas de santos, la regla de San Benito, ciencias naturales, el cuerpo humano y sus enfermedades. Obras suyas son: Scivias; Liber Divinorum operum simplicis hominis; Liber vitae meritorum; Carmina o Symphonia harmoniae caelestium revelationum; Ordo virtutum; Explanatio regulae Sancti Benedicti; Vita Sancti Disibodi; Explanatio symboli Sancti Athanasii; Liber subtilitatum diversarum natarum; dos libros de medicina, Liber simplicis medicinae (Physica) y Liber compositae medicinae (Causae et curae); y Lingua ignota.

Su música es precursora de los minnesinger, los poetas líricos de la Alemania medieval. Compuso multitud de misas, himnos y responsos. Santa Hildegarda murió en 1179. Sus reliquias se conservan en la nueva Abadía de Santa Hildegarda, reconstruida en 1900 en Eibingen, cerca de Rüdesheim.

Las visiones de Santa Hildegarda

Hildegarda tuvo visiones desde su primera infancia hasta el final de su vida, que relató con belleza y detalle en sus libros Scivias, Liber vitae meritorum y Liber Divinorum operum simplicis hominis.

Empezó a tener visiones de objetos luminosos a la edad de 3 años y pronto se dio cuenta de este don, que mantuvo en secreto durante muchos años. Las visiones se hicieron más frecuentes y vívidas en su madurez, y no fue hasta la edad de 42 años cuando empezó a escribir sobre sus visiones y profecías.

Hildegarda interpreta las fortificaciones (fortines, alcázares) como el aedificium de la ciudad de Dios. En efecto, probablemente, la mística no veía dicho aedificium como después lo representaba, sino que así significaba sus visiones.

La mayoría de los autores que han prestado atención a las visiones de la Santa están de acuerdo en que su causa es neurológica y, seguramente migrañosa, pero algunos recelan de ese diagnóstico al afirmar que sus visiones eran demasiado estructuradas para tratarse de simples auras migrañosas.

Una de las visiones de Hildegarda, posiblemente en la que más destaca un aura migrañosa, es la que ella interpretaba como "la caída de los ángeles", que sugiere un cúmulo de fosfenos que descienden por el campo visual para desaparecer y dejar paso a un escotoma negativo. Ella lo describía así:

Vi una gran estrella de lo más espléndida y hermosa, y con ella una inmensa multitud de estrellas que caían, todas ellas hacia el sur... Y de pronto todas quedaban aniquiladas y se convertían en negros carbones... y se sumergían en los abismos y ya no podía volver a verlas.

Visión - “Los Ángeles Caídos”

Hildegarda también tenía cefalea (parece que de forma independiente a los equivalentes migrañosos), como se deduce de este comentario suyo en el que aporta una sorprendente explicación de la unilateralidad del dolor migrañoso:

Nadie podría soportar este atroz dolor si afectase a los dos lados de la cabeza.

Pero sus conocimientos sobre cefalea no terminan ahí; Hildegarda documentó en detalle que el cannabis aliviaba la cefalea. Y aun novecientos años después se cree que el cannabis sea en un futuro un tratamiento para la migraña, pero la interrogante en este caso es ¿Qué consecuencias pudo traer para Hildegarda el auto suministrarse este tratamiento?.

El aura migrañosa

Para entender y aun diagnosticar mejor el caso de Santa Hildegarda de Bingen conviene tener en cuenta algunos aspectos del aura migrañosa, sobre todo la existencia de auras migrañosas típicas.

Suponiendo que un trastorno fisiopatológico como la depresión propagada cortical pueda afectar a cualquier parte del córtex, cualquier síntoma cortical podría acaecer durante un aura migrañosa.

Se han descrito auras con síntomas tan singulares como: negligencia, conducta automática, amnesia global transitoria, osciloacusia (fluctuación de la intensidad del sonido), desorientación espacial y geográfica, ansiedad, despersonalización, pérdida de la tridimensionalidad de los objetos y espacios (observación personal), metamorfopsia, macropsia, micropsia, visión telescópica, visión en mosaico, acromatopsia, palinopsia, alucinaciones gustativas y muchos más.

Por lo tanto, aunque se pueda ser escéptico en relación con la naturaleza migrañosa de las visiones de la Santa, conviene tener claro que la migraña puede explicar perfectamente sus visiones (otra cosa son las representaciones de tales visiones, sin duda sobre interpretadas) e incluso sus éxtasis.

Diagnóstico diferencial de las visiones de Santa Hildegarda

Sacks (1992) comenta que la antigua literatura médica y religiosa está repleta de referencias a visiones, transportes y otros estados extáticos, y que en la mayoría de las veces la naturaleza de estos fenómenos es misteriosa, aunque afirma con rotundidad que las visiones de Santa Hildegarda se debieron incuestionablemente a la migraña.

Si

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