Anfetaminas y Metanfetaminas

Anfetaminas y Metanfetaminas

Las anfetaminas y metanfetaminas se sintetizan a partir de la efedrina que es un estimulante orgánico natural que se encuentra en las plantas, un compuesto muy común y a la vez precursor en la síntesis de sustancias como la metanfetamina (éxtasis) sintetizada en 1912, como inhibidor del apetito, aunque no se llegó a comercializar.

El abuso de metanfetamina se ha incrementado de manera alarmante a partir de la década de los 90’s. El abuso de esta droga estuvo asociado en su momento con las llamadas FIESTAS RAVE, con objeto de permanecer despierto y en actividad durante toda la noche; por ello fueron conocidas también con el nombre de drogas recreativas, de discotecas o “antros".

Pero también como “speed, crack, anfetas, corazones, elevadores, cristina, cristal, hielo, fuego, vidrio o cruz blanca”. En su mayoría, el origen de esta sustancia es medicinal pero por sus propiedades altamente adictivas, los médicos la han dejado de prescribir.

Como toda sustancia psicoactiva, afectan al sistema nervioso central y tienen efectos estimulantes; su efecto es muy rápido, unos cuántos segundos intensificando la sensación de energía acelerada y de que “todo se puede hacer”.

Cuando se experimenta el “bajón” el sujeto puede experimentar paranoia (que se siente perseguido o traman algo en su contra), depresión o agresión. Su uso crónico, puede generar alucinaciones, desórdenes mentales y emocionales, e inclusive la muerte.

Las anfetaminas se pueden consumir habitualmente por vía oral o intravenosa, aunque la metanfetamina se toma también por vía nasal.

Generalmente, la intoxicación por anfetaminas se presenta con una sensación de bienestar, seguida por la aparición de euforia, sensación de vigor, tendencia al contacto social, hiperactividad, inquietud, hipervigilancia, sensibilidad interpersonal, locuacidad, ansiedad, tensión, estado de alerta, grandiosidad, comportamiento estereotipado y repetitivo, cólera, rabia, violencia y deterioro de juicio. En caso de intoxicación crónica, puede haber embotamiento afectivo junto con fatiga o tristeza y retraimiento social.

Todos estos cambios psicológicos y comportamentales van acompañados por los siguientes signos y síntomas: taquicardia o bradicardia; dilatación pupilar, elevación o disminución de la tensión arterial, sudoración o escalofríos, náuseas o vómitos, pérdida de peso demostrable, agitación o retrasos psicomotores; debilidad muscular, depresión respiratoria, dolores en el pecho o arritmias cardiacas, confusión, crisis comiciales, o coma.

Efectos a corto plazo

Entre los más frecuentes destaca:

• Irritabilidad

• Nerviosismo

• Insomnio

• Náusea

• Resequedad de mucosas

• Bochornos

• Sudoración

• Palpitaciones e hipertensión

• Puede presentarse hipertermia (sin un origen aparente).

• Colapso del sistema cardiovascular

• Infarto.

Efectos a Largo Plazo.

No existe información suficiente sobre los efectos dañinos a largo plazo, sin embargo, la información disponible sugiere que se pueden presentar:

• Desarrollo de dependencia psicológica importante

• Aumento paulatino de la cantidad y de la frecuencia de uso (tolerancia)

• Cambios estructurales a nivel cerebral

• Alucinaciones

• Alteraciones en el estado de ánimo

• Patrones de conducta repetitivos

• Sensación de tener insectos bajo la piel

• Pérdida de memoria

• Dificultad para desarrollar tareas complejas, y

• Síntomas psicóticos permanentes

• Disminución de la apetencia sexual

• Desnutrición y pérdida de peso

Entidades federativas con uso de metanfetaminas alguna vez en la vida, con tasas de consumo superiores a la media nacional.

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