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Animales En Extinción


Enviado por   •  1 de Agosto de 2013  •  1.821 Palabras (8 Páginas)  •  389 Visitas

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¿De qué animales deberemos preocuparnos?

Las calamidades que vienen

Miles de arañas se concentran en San Antonio de Plantina, Brasil para realizar un espectáculo que pocas veces se ha visto: han abandonado sus guaridas para formar una enorme telaraña entre los postes de energía en pleno centro de la ciudad. La impresionante telaraña recorre metros y metros por el cielo de la ciudad. Dicen los biólogos que no es nada fuera del otro mundo: este tipo de arañas suelen trabajar en equipo para capturar más alimento, más insectos. Eso las ha hecho salir de los árboles, tejer megatelarañas entre las casas. Pero lo que preocupa a los expertos es la sobrepoblación de la araña conocida como tejedora oscura, cada vez más alimento y cada vez menos, depredadores.

Cada invierno, en Jatinga, India, miles de aves se lanzan en picada hasta estrellarse en suelo. La ciencia atribuye los hechos a las tormentas de monzón que ocurren durante la temporada, pues obstruyen el sentido de orientación de las aves.

Buenos Aires, Argentina convive todos los días con ratas, palomas y murciélagos. La sobrepoblación de estas especies expone a los ciudadanos a enfermedades como la rabia, salmonelosis, toxoplasmosis y difteria. Las ratas son una plaga histórica, a las palomas no se les considera tal cosa y por el contrario, los murciélagos ayudan a combatir calamidades. Los científicos atribuyen esta sobrepoblación de palomas, ratas y murcielagos a la inexistencia de depredadores: el hombre, con el mal manejo de residuos y desechos contribuye a la reproducción de las tres especies.

Una plaga, aquí y en China, es la aparición masiva y repentina de especies que causan graves daños a humanos, animales o vegetales. ¿De qué animales debemos preocuparnos en un futuro no muy lejano?

En todas las costas del mundo, miles de peces, calamares y ballenas aparecen muertos de la noche a la mañana. No hay una explicación definitiva: ¿Cambios en la temperatura?, ¿intoxicación?, ¿variaciones de oxígeno en el agua?, ¿movimientos sísmicos? Los científicos dicen muchas cosas y los conspiromaniacos más. Estos últimos, por cierto, en su baraja de hipótesis bizarras manejan los proyectos ultra secretos de HAARP y Blue Beam: armas capaces de alterar el clima y ocasionar desastres naturales. ¿Será que del único animal que tenemos que cuidarnos, es de nosotros mismos, si es que nosotros mismos existiremos lo suficiente para preocuparnos de nosotros mismos? La plaga es la calamidad que siempre ha acompañado al hombre.

Para el sacerdote católico, Raymundo Reyna, estas son señales del final de la era astrológica de Piscis, era con la que se representa a los tiempos que van del nacimiento de Cristo a los nuestros: «Empezó la era de acuario, la era del anticristo. Dice San Pablo, ‘la naturaleza gime con dolores como de parto, esperando su redención’. La misma naturaleza está sufriendo. La redención de las aves, de los peces de todo esto, es por el Hombre, porque Dios le entregó esto al hombre para que lo administrara, no para que lo destruyera».

Raymundo Reyna, sacerdote famoso por evangelizar desde Tijuana a través de la televisión y la radio, dice que una era astrológica, es un periodo aproximado de 2 mil 160 años. Eso es lo que tarda la tierra en cambiar su posición en torno a la salida del sol, dice el sacerdote. Pero al final de uno de estos periodos, han surgido historias sobre eventos que cambiaron al mundo: Jesucristo, Moisés o los diluvios universales en las distintas mitologías y religiones.

El sacerdote dice que la calamidad es la factura que tiene que pagar la voracidad del humano por justicia divina. «Increíblemente en cuestión de diez años, sucede el deshielo de los polos, con eso cambiando todos los ecosistemas», dice. «Todo eso devendrá en epidemias que ya se habían superado, pero que ahora están latentes. Todo eso es parte de la misma naturaleza que está pidiendo justicia».

Para unos es la garantía de un Dios que castiga, la mitología de la condena. Para otros, el sello del progreso, si podemos determinar como progreso el avance de la civilización y la comodidad a corto plazo.

Vayamos atrás. A la antigua Grecia. Más allá de la calamidad, las plagas eran un símbolo de cambio y de la voluntad del hombre por prevalecer ante la adversidad. El rey Fineo había aprendido el don de la predicción divina, otorgado a los dioses. Cuando Zeus se enteró, lo castigó: ceguera y mierda de arpías en su comida. Cuando por fin probó comida limpia, Fineo murió y reencarnó en un topo. Los roedores, principalmente los topos, eran considerados animales relacionados con Apolo. Y Apolo era un dios bárbaro: uno que podía traer la enfermedad y la muerte a través de plagas. Pero también podía curarlas. Así el rey Fineo tomó la forma de un animal considerado sagrado como recompensa a su resistencia al castigo, como es común en la mitología griega.

El topo nariz de estrella —o por su nombre científico, condylura cristata—, comparte algunas características con esta historia: posee la extraordinaria destreza de eliminar plagas de insectos y gusanos, tragándolos en 120 milisegundos. Esta potente aspiradora mide apenas 20 centímetros y habita en el norte de América. Tiene veintidós tentáculos al final del hocico, que le sirven mejor que cualquier par de ojos, pues contienen alrededor de 30 mil papilas sensibles, con las que reconoce el espacio y le permiten oler bajo el agua. A diferencia de otros topos, el nariz de estrella prefiere las tierras húmedas

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