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Ataque Contra El SIDA


Enviado por   •  18 de Julio de 2013  •  2.251 Palabras (10 Páginas)  •  333 Visitas

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Doctor Stefan Lanka.

Pertenece a ese grupo de científicos que abogan por una revisión total de la hipótesis oficial del SIDA. Pero el virólogo alemán va aún más lejos al afirmar que el virus VIH, supuesto responsable de la enfermedad, sencillamente no existe, afirmación cuando menos discutible y poco compartida por la mayoría de sus colegas -incluidos el más de un centenar de investigadores disidentes de la hipótesis ortodoxa-. En cualquier caso, sus demás afirmaciones merecen ser tenidas muy en cuenta. De ahí que Más allá de la ciencia decidiera entrevistarle.

Alfonso Serra Gallego.

Biólogo y virólogo por la Universidad de Konstanz, en Alemania, Stefan Lanka fue el primer científico que ha conseguido aislar un virus de un alga eucarótica marina -el Ectocapus Siliculosus Virus, también llamado ESV-; y, sin embargo, no sería tal hallazgo el que le hiciera popular, sino la adopción de una postura claramente enfrentada a la oficial en torno al Síndrome de Inmunodeficiencia Humana o SIDA. Y ello porque, para este biólogo alemán, el virus del SIDA -el famoso VIH- sencillamente no existe. Una hipótesis cuando menos discutible y poco compartida por la mayoría de sus colegas. Y es que no sólo los científicos que apoyan la versión oficial de que el VIH provoca SIDA difieren de él, sino que incluso el más de un centenar de investigadores disidentes de la hipótesis ortodoxa tampoco coinciden con algunas de sus apreciaciones, arriesgadas y polémicas.

En este sentido, cabe recordar que la mayoría de los científicos escépticos o contrarios a la versión oficial -encuadrados en el llamado Grupo por la Reevaluación Científica de la Hipótesis VIH=SIDA-, consideran que el supuesto virus VIH no es el responsable de provocar el síndrome de inmunodeficiencia humana, pero no cuestionan su existencia, como sí hace el doctor Lanka.

En cualquier caso, Más allá de la ciencia consideró conveniente saber algo más sobre las teorías de este virólogo, asistiendo a la conferencia y posterior rueda de prensa que éste ofreció durante su última visita a Barcelona, realizada con el objetivo de organizar un curso y dar a conocer en nuestro país su particular conclusión de que el VIH es una ficción y no el devastador agente biológico que la clase médica y la mayoría de los medios de comunicación han hecho creer. Estas son algunas de las confesiones de este virólogo rebelde.

El estrés de las células.

Usted sostiene, en contra de la opinión de la mayoría de sus colegas, que no se ha descubierto hasta la fecha ningún virus llamado VIH. ¿En qué se basa para realizar esta afirmación?

En 1970 se comprobó una actividad enzimática nueva que rompió el dogma central de la genética molecular: cuando el ADN se transcribía a la sustancia mensajera del ARN y ésta hacía lo mismo en la proteína, la actividad subsiguiente transformaba el ARN nuevamente en ADN. Pues bien, los científicos de la época creyeron haber descubierto la explicación del cáncer y una manera de localizar virus nuevos. Sin embargo, 6 ó 7 años después otros científicos demostraron que esa actividad era normal en las células de cualquier ser vivo y la denominaron transcriptasa inversa. Hoy en día, ciertos virólogos afirman que si hay transcriptasa inversa es porque existen virus, contradiciendo esa ley universal acordada en 1976. Y aquí pretenden demostrar la existencia del VIH, cuando en realidad se trata de un proceso natural del organismo de cualquier especie viva.

¿Cómo es posible, en ese caso, que los test del VIH arrojen en algunas personas resultados positivos y en otras negativos?

Esas pruebas detectan los anticuerpos que se han formado frente a las proteínas, anticuerpos que son el resultado del estrés de las células. Por tanto, si una persona está estresada puede dar positivo. En ese caso, aconsejo repetir la prueba cuando el individuo se haya estabilizado anímica y físicamente; y comprobará que el test sale negativo.

Si aceptamos la validez de su hipótesis, ¿qué factores influirían entonces para desencadenar un típico caso de SIDA?

Sobre todo, los tratamientos médicos oficiales de los que hemos abusado y que son muy nocivos. Hay muchos organismos que han sido deñados en el pasado con el abuso de antibióticos tan perjudiciales para la salud como las sulfonamidas, que actúan contra las bacterias y las mitocondrias, células que son los centros de oxígeno del organismo y se destruyen con tales medicamentos. Además, dichos fármacos fueron administrados por los médicos durante períodos de un año cuando la prescripción recomendaba que no se utilizaran más allá de 6 o 7 días. Precisamente el de los homosexuales fue el sector de la sociedad que más consumió estos fármacos, debido a las infecciones que contraían por una vida excesivamente promiscua.

No obstante, hay personas con síntomas terminales de SIDA que no han consumido esos medicamentos.

Es cierto, pero también hay que decir que la mayoría de ellas sufren alguna de las 32 enfermedades que se relacionan con el SIDA y que ya mataban antes de la «invención» de éste. Los médicos oficialistas consideran que el VIH destroza el sistema inmunitario, una de las muchas hipótesis falsas vinculadas al SIDA, y por eso afirman, por ejemplo, que los cánceres que aparecen en esos enfermos se deben a ese modo de actuar del VIH; incluso se atreven a hablar de un cáncer exclusivo para homosexuales. Y es que cada vez que añaden una nueva enfermedad al síndrome se hace con la intención de aumentar los casos de SIDA. ¿Es eso científico? Es más: ¿es ético?.

Una nueva generación de fármacos.

«Más allá de la ciencia» viene denunciando desde hace años no sólo la inutilidad del AZT, sino sus tremendos efectos yatrogénicos en quienes lo consumen. Y hemos dicho hasta la saciedad que todo esto es un vergonzoso negocio del que han sido cómplices necesarios -aunque se escuden en su ignorancia- muchos médicos. ¿Está de acuerdo?

Decía el doctor Peter Duesberg, un prestigioso biólogo molecular de la Universidad de Berkeley (California), que el AZT era el SIDA recetado. Yo estoy de acuerdo con su apreciación. El AZT nació para ser utilizado contra el cáncer, pero se vetó su difusión sanitaria en la década de los años sesenta a raíz de comprobarse su letal toxicidad. Ahora se receta a miles de personas del mundo entero para gozo de la multinacional Wellcome, respaldada además por los más importantes organismos internacionales de salud pública. ¿Efectos yatrogénicos? Entre otras cosas, el AZT impide la división celular, especialmente de aquellas células que más rápidamente se dividen, como las sanguíneas, las seminales y las de las mucosas intestinales. Así que no es extraño comprobar en qué estado tan lamentable se encuentran

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