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Biografia


Enviado por   •  11 de Septiembre de 2014  •  2.438 Palabras (10 Páginas)  •  180 Visitas

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Es necesario partir de lo siguiente: la problemática de Seguridad Alimentaria y Nutricional no es un tema de moda. Todo lo contrario. La desnutrición es un desafío para Guatemala, especialmente porque con los años este problema ha ido aumentando su población, al punto que hoy en día se manejen cifras de un 48.9% de niños menores de 5 años en riesgo de morir a causa de la desnutrición crónica. (SESAN, 2011)

La pobreza extrema es un agravante a la problemática. De un 51% de familias que viven en situaciones de pobreza, el 15% se cataloga en pobreza extrema, siendo en el área rural donde esta situación se agudiza y con ello, la escasa o nula facilidad de acceso a los alimentos. (SESAN, 2011)

Sin embargo, si la desnutrición es un problema que viene de hace muchos años, ¿por qué los gobiernos no han hecho algo para contrarrestarlo en vez de dejar que avance a pasos agigantados? A partir del gobierno de Álvaro Colom se creó la “Bolsa Solidaria” que en sus inicios tuvo el objetivo de fortalecer la seguridad alimentaria, la salud y la educación de los habitantes en pobreza extrema, de acuerdo a Luis Alberto Lima. Con el desarrollo del programa, estos objetivos fueron cambiando su razón de ser; las bolsas no llegaron a quienes realmente las necesitaban y se criticó que se limitaron únicamente al área urbana. A pesar del cambio de gobierno, las críticas a estos programas continúan, donde el objetivo principal pareciera ser más una estrategia de campaña y no una solución a una problemática. Un aspecto positivo de estos programas es que ha existido continuación de los mismos, a pesar que aún falte mucho para dar resultados significativos.

Durante la nueva administración se crearon nuevos programas en búsqueda de contrarrestar la problemática de seguridad alimentaria en el país. El proyecto más fuerte ha sido Pacto Hambre Cero en el cual participan 16 instituciones, siendo la Secretaría de Seguridad Alimentaria y Nutricional (SESAN) la coordinadora de los proyectos de desnutrición. El programa presenta entre sus objetivos combatir el hambre y promover la seguridad alimentaria y nutricional en los 166 municipios priorizados por el gobierno de Guatemala; reducir en 10% la prevalencia de desnutrición crónica en la niñez menor de 3 años; prevenir y reducir la mortalidad en la niñez menor de 5 años relacionada con la desnutrición aguda; y la prevención y atención a la emergencia alimentaria y nutricional del país.

Si se desea evaluar cuál ha sido el impacto y los posibles logros – o desaciertos- de este programa, es importante conocer cuáles son las causantes de que en el país la desnutrición aguda y crónica esté terminando con la vida de miles de niños y niñas.

Las razones a la problemática son diversas.

Además de las condiciones de vida de las familias, otros obstáculos que no permiten una alimentación apropiada son la falta de oportunidades de trabajo, inequidad de género, poco acceso a educación, falta de programas sobre planificación familiar, escasa disponibilidad de agua potable (causante de enfermedades estomacales), falta de atención médica, bajos controles médicos en mujeres durante el período de gestación, cambios climáticos reflejados en la improductividad de los cultivos, entre otros. Siendo la agricultura una fuente esencial de ingresos económicos para las familias que desde que nacen entregan su vida a vivir del campo, especialmente en el área rural donde la desnutrición se agudiza, el acceso a las tierras de cultivo muchas veces se ve bloqueado debido a la apropiación de estas por parte del sector comercial (empresas productoras). Esta situación provoca no solo la falta de producción agraria y de consumo propio de las familias, sino también el recorte de ingresos económicos a las personas del área.

Otro desafío que encuentran las personas que se dedican a la agricultura para sostener a sus familias, es el hecho que el cambio climático, la infertilidad del suelo y otros problemas ambientales no permiten que las cosechas se desarrollen apropiadamente dando como resultado pérdidas económicas y productivas.

El hambre es un mal que se come el cuerpo como el cáncer acaba con las defensas del mismo.

El hambre provoca improductividad, agotamiento e impide el crecimiento físico. Probablemente quienes sufren de hambre lo ven como algo “normal”; es decir, biológicamente su cuerpo ya se adaptó a la falta de nutrientes y el poco acceso que tienen a agua potable y alimentos les parezca suficiente para sobrevivir. Actualmente, 49.8% de niños menores de 5 años padece de desnutrición crónica y diariamente nacen 1000 niños que padecerán de la misma debido a que se instala desde el momento en que el infante nace por la falta de control prenatal y mala/escasa alimentación adecuada. (SESAN, 2011)

Más allá de los programas gubernamentales y algunos otros que existen alrededor del tema, hablar sobre inseguridad alimentaria y nutricional, desnutrición y falta de acceso a los alimentos, pasa por desapercibido por la mayoría de guatemaltecos. Muchos ignoran esta problemática y los que tienen oportunidad de informarse autodidácticamente, tienen muy poco acceso de información al respecto. Se piensa que es un problema localizado únicamente en un área específica, cuando existen varios departamentos con altos índices de inseguridad alimentaria a nivel nacional, entre ellos Jalapa, Jutiapa, Chiquimula, Totonicapán, Quiché, entre otros.

Sin embargo, no toda la culpa se le puede adjudicar a la población ignorante del tema. En este caso han pecado más los medios de comunicación por la poca cobertura y priorización de la temática en sus agendas mediáticas, así como el que las políticas para erradicar la desnutrición no logran cumplir sus objetivos debido al poco presupuesto con el que se cuenta para estos programas, ya que la mayoría de recursos se están invirtiendo en infraestructura y seguridad del país.

Que Guatemala deje de ser el país con el índice más alto de desnutrición en Latinoamérica –superando a Nicaragua, Colombia, Perú, Venezuela y Haití habiendo sufrido este último un terremoto devastador– y ocupar uno de los primeros lugares de desnutrición a nivel mundial, es una labor que no se le puede recargar en un 100% al Estado. Tampoco tiene que ser la misión de organizaciones nacionales o extranjeras quienes deban hacer algo por erradicar la desnutrición.

El Estado es el responsable y encargado de velar por el bienestar de sus habitantes y por ello se les da el control económico para generar desarrollo. Sin embargo, además del gobierno y entidades privadas, solucionar la problemática debería de ser un trabajo en conjunto del resto de la sociedad. Los habitantes del país deben ponerse

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