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CANCER ESOFAGO


Enviado por   •  10 de Octubre de 2020  •  Trabajos  •  4.263 Palabras (18 Páginas)  •  165 Visitas

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ISSN: 1995-9427. RNPS: 2162 131 un 1% de todos los pacientes de la raza negra sobrevivieron al menos cinco años después del diagnóstico.5 El cáncer de esófago es una enfermedad tratable, pero raras veces curable. La supervivencia general a cinco años en los pacientes idóneos para ser sometidos a un tratamiento definitivo es de 5 a 30%. De vez en cuando se presenta un paciente  con la enfermedad en su estadio muy inicial que tiene mejor oportunidad de supervivencia.11,12 A pesar de los adelantos en los medios diagnósticos actuales a escala mundial, la mayoría de estos enfermos se detecta en estadio localmente avanzado (T3 y/o N1), donde ya el 75% tiene metástasis en los ganglios linfáticos regionales en el momento del diagnóstico. El tratamiento quirúrgico es la principal modalidad en estos enfermos cuando no existen contraindicaciones ni enfermedad metastásica conocida. Su objetivo es la erradicación total de la enfermedad, con bordes de resección proximal y distal adecuados; realizar linfadencectomía regional, aliviar la disfagia, conservar la contigüidad del tubo digestivo, y ofertar con ello una mejor calidad de vida. Los resultados han sido controversiales en cuanto al uso de las técnicas quirúrgicas, especialmente en lo que se refiere al abordaje y a la extensión de la linfadenectomía, aun cuando podría decirse que, globalmente, hoy en día, las diferentes estrategias de manejo del cáncer esofágico en el mundo han permitido una mejoría significativa en el pronóstico, con una relativa disminución en la mortalidad y la morbilidad y una mejoría de la calidad de vida. Estos desenlaces más favorables se han atribuido a la mejor selección de los casos quirúrgicos, a la evaluación preoperatoria, a la estandarización de la técnica quirúrgica y al desarrollo de los centros de referencia. La cirugía videoasistida ha sido uno de los mayores avances registrados en los últimos tiempos. Desde la realización de la primera colecistectomía laparoscópica en 1986 13 la cirugía mínimamente invasiva se ha ido aplicando a otros órganos digestivos. El cáncer esofagogástrico es uno de los últimos tumores en los que se ha propuesto el abordaje laparoscópico, quizás debido a su baja incidencia, la morbimortalidad de su tratamiento y la complejidad técnica del abordaje mínimamente invasivo.Su amplia y rápida expansión ha permitido que, en la actualidad, la mayoría de las intervenciones puedan realizarse mediante esta técnica. No obstante, está por demostrar en muchos casos la eficiencia y efectividad real de estos procedimientos.14, 15 En lo referente al cáncer de esófago, el objetivo del abordaje mínimamente invasivo radica fundamentalmente en minimizar la agresión de la toracotomía. Para su realización, se han descrito «técnicas híbridas» como la toracotomía con movilización laparoscópica del estómago o la movilización toracoscópica del esófago con laparotomía. Estas técnicas han sido generalmente usadas por equipos al inicio de su experiencia, para más tarde pasar a realizar «técnicas puramente mínimamente invasivas», donde todo el proceso, incluyendo la realización del tubo gástrico, se realiza por laparoscopía o las más aceptadas «técnicas mixtas», donde toda la disección se realiza endoscópicamente y el tubo gástrico se confecciona a través de una pequeña laparotomía,16,17 que se aprovecha para la extracción de la pieza. Esta variación técnica parece que aporta ventajas al reducir las complicaciones isquémicas del tubo, más frecuentes cuando todo se realiza por laparoscopia. 17,18 Invest Medicoquir 2011 (julio-diciembre); 3(2):129-141. ISSN: 1995-9427. RNPS: 2162 132 Una de las mayores dificultades en la asignación y comparación de las modalidades de tratamiento de los pacientes con cáncer del esófago, es la carencia de una clasificación preoperatoria precisa. Entre las modalidades de clasificación estándar no agresivas, tenemos la tomografía computarizada (TC) del tórax y del abdomen y la ecografía endoscópica (EE). La precisión de la clasificación de la profundidad tumoral en general de la EE es de 85 a 90% en comparación con el 50 a 80% de la TC; la precisión de la clasificación nodal regional es de 70 a 80% de la EE y del 50 a 70% del TC. La aspiración por aguja fina (AAF) guiada por EE, para la estadificación de ganglios linfáticos, está bajo evaluación prospectiva; una serie retrospectiva dio informes de la existencia de estadificación nodal regional por EE-AAF, de un 93% de sensibilidad y un 100% de especificidad. Algunos centros quirúrgicos son partícipes de la toracoscopía y la laparoscopia en la clasificación del cáncer del esófago. Un ensayo intergrupal informa una mayor detección de ganglios linfáticos positivos, 56% de 107 pacientes evaluables utilizando toracoscopía y laparoscopía en comparación con el 41% (que utilizan pruebas de estadificación no agresivas como TC, imagenología por resonancia magnética, EE) sin mayores complicaciones o muerte. Las tomografías con emisión de positrones, no agresivas que utilizan análogos de la glucosa radiomarcada 18-F-fluoro-deoxi-D-glucosa para la clasificación preoperatoria del cáncer del esófago, está bajo evaluación clínica y puede resultar útil en la detección de la enfermedad en estadio IV. Por todo lo anteriormente expuesto aquí, es que nos motiváramos a realizar una revisión bibliográfica que nos permitiera conocer el estado del arte de esta terrible enfermedad.

CONCEPTO

 El cáncer de esófago (también conocido como cáncer esofágico) se origina en la capa más interna (la mucosa) y crece hacia fuera (a través de la submucosa y la capa muscular). Debido a que dos tipos de células cubren el esófago, existen dos tipos principales de cáncer de esófago: el carcinoma de células escamosas y el adenocarcinoma.8

 FACTORES DE RIESGO

 Edad: la probabilidad de padecer cáncer de esófago es baja en personas jóvenes, pero aumenta con la edad. La mayoría de los casos ocurre en personas de 65 años o más. Sexo: en comparación con las mujeres, los hombres tienen una tasa tres veces mayor de cáncer de esófago. Enfermedad de reflujo gastroesofágico: en algunas personas, el ácido puede pasar del estómago al esófago. El término médico para esta afección es reflujo o enfermedad por reflujo gastroesofágico (gastroesophageal reflux disease, GERD). Las personas con GERD tienen un riesgo de padecer adenocarcinoma del esófago que es de dos a 16 veces lo normal. El riesgo aumenta según el tiempo que la persona ha tenido el reflujo y cuán severo han sido los síntomas. El GERD también puede causar esófago de Barrett, lo que está asociado con un riesgo aún mayor. Alrededor del 30% del cáncer de esófago puede estar asociado con GERD. Esófago de Barrett: si el reflujo del ácido estomacal en la parte baja del estómago continúa durante largo tiempo, puede dañar el revestimiento del esófago. Esto causa Invest Medicoquir 2011 (julio-diciembre); 3(2):129-141. ISSN: 1995-9427. RNPS: 2162 133 que las células escamosas que recubren usualmente el esófago sean reemplazadas con células glandulares. Estas células glandulares generalmente se parecen a  nlas células que recubren el estómago y el intestino delgado, y son más resistentes al ácido del estómago. El esófago de Barrett aumenta el riesgo de adenocarcinoma del esófago. Esto se debe a que las células glandulares en el esófago de Barrett pueden convertirse en células más anormales con el transcurso del tiempo hasta que se transforman en displasia, una afección precancerosa. Aunque se desconoce el riesgo exacto de cáncer en las personas con esófago de Barrett, los investigadores calculan que solo se presenta en 1 de cada 200 personas por año. Consumo de tabaco y alcohol: el uso de productos del tabaco es un factor de riesgo principal para el cáncer de esófago, así como el consumo de alcohol. El alcohol afecta más el riesgo del tipo de células escamosas en comparación con el riesgo de adenocarcinoma. La combinación del hábito de fumar con el consumo de alcohol aumenta mucho más el riesgo de cáncer de esófago que uno sólo de éstos. Alimentación: una alimentación con muchas frutas y verduras se ha relacionado con una reducción en el riesgo de cáncer de esófago. Ha habido indicaciones, todavía sin probar, que una alimentación que conlleve el consumo de mucha carne procesada también puede aumentar la probabilidad de cáncer de esófago. Se cree que la ingestión frecuente de líquidos muy calientes puede aumentar el riesgo del tipo de cáncer de esófago de células escamosas. Acalasia: en esta enfermedad, el esfínter esofágico inferior no se relaja adecuadamente. Los alimentos y los líquidos que son tragados tienen dificultades para llegar al estómago y tienden a acumularse en el esófago. La porción del esófago que está sobre este músculo se torna más dilatada. Las personas con acalasia tienen un riesgo de cáncer de esófago de células escamosas de al menos 15 veces lo normal. Tilosis: esta es una enfermedad hereditaria que se presenta rara vez y que causa un crecimiento excesivo de la capa superior de la piel de las palmas de las manos y de las plantas de los pies. Las personas con esta afección presentan áreas anormales en el revestimiento de la boca. Además, estas personas tienen un riesgo muy alto de cáncer de esófago de células escamosas. Este trastorno está asociado con un gen en un área del cromosoma 17 llamado TOC. Síndrome de Plummer-Vinson: cuando se encuentra una membrana esofágica junto con anemia, irritación de la lengua (glositis), uñas quebradizas y un bazo agrandado, se le llama Síndrome de Plummer-Vinson. Esto también se conoce como Síndrome Paterson-Kelly. Aproximadamente 1 de cada 10 pacientes con este síndrome eventualmente padece cáncer de esófago de células escamosas. Helicobacter pylori: el Helicobacter pylori (o H. pylori) puede causar muchos problemas estomacales, incluyendo úlceras e incluso algunos tipos de cáncer estomacales. Las personas que han recibido tratamiento para eliminar el H.pylori en el estómago padecen adenocarcinoma del esófago con más frecuencia de lo esperado. Invest Medicoquir 2011 (julio-diciembre); 3(2):129-141. ISSN: 1995-9427. RNPS: 2162 134 CLASIFICACIÓN El sistema que más comúnmente se usa para clasificar el cáncer de esófago es el sistema TNM del American Joint Committee on Cancer (AJCC). En el año 2010, el sistema de clasificación de la etapa del cáncer esofágico cambió. La clasificación ahora también toma en cuenta el tipo celular del cáncer (carcinoma de células escamosas o adenocarcinoma), así como el grado del cáncer. Para el cáncer de células escamosas, la localización del tumor también puede ser un factor en su clasificación.7,

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