COMO SE PUEDE REFLEXIONAR SOBRE LA PROPIA PRÁCTICA: ¿ES ÉSTE EL OBJETIVO FUNDAMENTAL DE LA FORMACIÓN DE LOS ENSEÑANTES?
JennheraTarea20 de Octubre de 2015
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DESARROLLAR LA PRÁCTICA REFLEXIVA EN EL OFICIO DE ENSEÑAR
Philippe Perrenoud
CAPÍTULO 2: SABER REFLEXIONAR SOBRE LA PROPIA PRÁCTICA: ¿ES ÉSTE EL OBJETIVO FUNDAMENTAL DE LA FORMACIÓN DE LOS ENSEÑANTES?
Lo que se puede esperar de una práctica reflexiva es que:
- Compense la superficialidad de la formación profesional.
- Favorezca la acumulación de los saberes de experiencia.
- Acredite una evolución hacia la profesionalización.
- Prepare para asumir una responsabilidad política y ética.
- Permita hacer frente a la creciente complejidad de las tareas.
- Proporcione los medios para trabajar sobre uno mismo.
- Favorezca la cooperación con los compañeros.
- Aumente la capacidad de innovación.
La formación para la práctica reflexiva subraya la importancia de un enfoque sistémico, de una concienciación de las necesidades de los alumnos y alumnas y de una democratización del acceso al saber.
Desarrollar una práctica reflexiva significa aprender a aprovechar de la reflexión:
- Un ajuste de los esquemas de acción, que permitirá una intervención más rápida, más concreta o más segura.
- Un esfuerzo de la imagen de uno mismo como profesional reflexivo en proceso de evolución.
- Un saber integrado, que permitirá comprender y dominar otros problemas profesionales.
- Un practicante reflexivo nunca deja de sorprenderse, puesto que lo que observa está en consonancia con sus marcas conceptuales.
Los profesores se ven enfrentados a dilemas que corresponden al desfase entre los programas y el nivel, los intereses y los proyectos de los alumnos; a su vez estos problemas se derivan de la sobrecarga de los programas.
La práctica reflexiva presenta una doble utilidad:
- Permite lanzar una mirada lúdica al propio funcionamiento y distanciarse en relación con sus fantasmas todopoderosos o de fracaso; como pedagogo.
- Contribuye a tener en cuenta las circunstancias, caso por caso, y a encontrar un camino entre el placer masoquista de la autoflagelación y la tentación del fatalismo.
¿Por qué formar a los enseñantes para reflexionar sobre su práctica?
Proporcionar los medios para trabajar sobre uno mismo: Para aceptar formar parte del problema es necesario ser capaza de reconocer en uno mismo las actitudes y las prácticas de las que no tenesmos espontáneamente conciencia, incluso que nos esforzamos por pasar por alto.
Es importante que la formación prepare al enseñante para convertirlo en cierto modo, en “su propio supervisor” y en un interlocutor a la vez condescendiente y exigente.
Ayudar a afrontar la irreductible alteridad del aprendiz: Reflexionar sobre la propia práctica también significa reflexionar sobre la propia historia, los hábitos, la familia, la cultura, los gustos y aversiones, la relación con los demás, las angustias y las obsesiones.
Aumentar la capacidad de innovación: Innovar significa renovar la propia práctica. El análisis de las innovaciones propuestas es a la vez una forma de juzgarlas y de percibir los puntos de acuerdo y de desacuerdo con los compañeros. Ampliar las bases del cambio constituye una razón más para desarrollar la postura y las competencias reflexivas en la formación inicial y continua.
Todas las formaciones de carácter profesional preparan para resolver los problemas con ayuda de métodos fundamentales en conocimientos teóricos o en la experiencia colectiva. Su puesta en marcha no se produce sin reflexión, puesto que cuanto más nos dirigimos hacia tareas complejas ,más necesario es juzgar la pertinencia de diversos métodos , así como de su combinación , e incluso inventar nuevos métodos para hacer frente a la singularidad de la situación.
Un practicante reflexivo se plantea preguntas sobre su tarea, las estrategias más adecuadas, los medios que deben reunirse y el programa de tiempo que debe respetarse. Así mismo cuestiona la organización y la división del trabajo, las evidencias que vehiculan la cultura de la institución y de la profesión, las normativas del contexto, los saberes establecidos y la ética cotidiana. La práctica reflexiva constituye una relación con el mundo, activa, critica y autónoma.se trata de una cuestión de actitud más que de estricta competencia metodológica.
CAPÍTULO 4: ¿ES POSIBLE FORMAR PARA LA PRÁCTICA REFLEXIVA MEDIANTE LA INVESTIGACIÓN?
Para tener éxito en la formación de los enseñantes, las facultades de educación no deberían alimentar ninguna ilusión sobre el estado de los conocimientos teóricos y, todavía menos, sobre su pertinencia de fundar una práctica profesional.
Es preciso fomentar de forma explícita la formación de los enseñantes hacia una práctica reflexiva, valorar los conocimientos de experiencia y de acción de los profesionales, desarrollar una intensa articulación teoría-práctica y una verdadera profesionalización.
El autor examina 4 ilusiones que sería mejor abandonar si se desea desarrollar una formación a la vez tanto universitaria como profesional: la ilusión cientificista, la ilusión disciplinaria, la ilusión objetivista y la ilusión metodológica.
La ilusión cientificista: muy probablemente, muchos se sienten atraídos a que las ciencias de la educación sean consideradas como ciencias duras, con conocimientos sólidos y de gran respeto social e intelectual, pero esto es realmente una ilusión porque la educación como ciencia social trata con individuos, y nunca podrá tener leyes absolutas ni generales. La sociedad tiene como ciencias más valiosas a las ciencias naturales y exactas, sin embargo es necesario cambiar este paradigma para darle debida importancia a las ciencias sociales ya que presentan pos sí mismas un amplio campo de estudio.
La ilusión disciplinar: algunas personas desearían que la educación fuese una disciplina bien delimitada puesto que así esta obtendría mucho más respeto y distinción debido a que su estudio sería mucho más sencillo, sin embargo la educación es un objeto interdisciplinar que para su funcionamiento y estudio es necesario abordarla desde diferentes ciencias con diferentes perspectivas de cada una. Sin embargo, el hecho de ser un objeto interdisciplinar hace a la educación mucho más amplia y compleja que la fragmentación del saber.
La ilusión objetivista: siempre ha existido el anhelo de ver las cosas de manera objetiva, cosa que es imposible, ya que cada personas cuenta con un amplio bagaje de experiencias que constituyen su forma de ver al mundo. Nunca se podrá tener una visión objetiva de la educación, sin embargo, si se podrá tener una referencia subjetiva de manera compartida.
La ilusión metodológica: no se debe enseñar una metodología estricta a los enseñantes para que se conviertan en investigadores aficionados, sino que se tienen que formar docentes para la investigación, lo que significa que aprendan a plantearse preguntas pertinentes, sepan construir objetivos e hipótesis, observen y analicen con atención su actuar y que estimulen su imaginación y reflexión.
UNIVERSITARIZACIÓN Y PRÁCTICA REFLEXIVA
En el núcleo del oficio de enseñante, encontramos la capacidad de capitalizar la experiencia, de reflexionar sobre su práctica para reestructurarla. Ahí se encuentra la importancia de la construcción voluntaria, en formación inicial, de un habitus profesional capaz de una autotransformación continua. Convertirse en un practicante reflexivo no se improvisa. Proporcionar una cultura teórica no es suficiente, si bien es una condición necesaria. Preparar a los futuros enseñantes para participar en la investigación o para asimilar sus resultados está bien, pero esta iniciación no crea inmediatamente los habitus y las competencias de regulación de la práctica mediante la reflexión sobre la acción y en la acción.
Formar a los practicantes reflexivos debe convertirse en un objetivo explícito y prioritario en un currículo de formación de los enseñantes. Lo importante es construir una trayectoria de varios años que permita la creación de las competencias profesionales esenciales. En este proyecto, los cursos de formación no tienen sentido, a menos que se enmarquen y se desarrollen en un modo reflexivo.
CAPÍTULO 6: EL ANÁLISIS COLECTIVO DE LA PRÁCTICA COMO INICIACIÓN A LA PRÁCTICA REFLEXIVA
Los monitores en un grupo de análisis de la práctica (ya sea con docentes u otros actores educativos) tienen un papel muy importante, pues moderarán y buscarán lograr varios retos que se presentan al estar en este ejercicio de análisis. Los retos con los que se encuentra son:
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