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Carácter semiótico de la muerte


Enviado por   •  15 de Mayo de 2013  •  Ensayos  •  479 Palabras (2 Páginas)  •  370 Visitas

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CARÁCTER SEMIÓTICO DE LA MUERTE, PARTICULARMENTE EN LA TRADICIÓN JUDEOCRISTIANA

El término judeo-cristianismo se deriva del judaísmo y del cristianismo. Se refiere a un grupo de influencias religiosas y culturales que combinan los valores y tradiciones judías y cristianas que han formado la mayoría del mundo occidental. La combinación surge del hecho de que el cristianismo comenzó como una extensión del judaísmo.

Ahí una Conexión entre el judaísmo y el cristianismo los cristianos consideran a su religión como una extensión o realización del judaísmo. Mantienen como ciertas las escrituras judías, mientras que añaden documentos del nuevo testamento, el cual en muchos casos citan e interpretan la tradición judía. Los cristianos sostienen que Jesús es el mesías judío que salvó a toda la humanidad. En una rama similar, los registros de la Biblia judía dice que Dios le prometió a Abraham bendecir a todas las naciones a través de él y predice que el trabajo de Dios se expandirá más allá de la gente judía.

Encontramos una Visión mundial del judeo-cristianismo, aunque es imposible resumir suficientemente miles de años de tradición, enseñar y practicar una tradición judeo-cristiana subyacente tiene varias características excepcionales. La tradición judeo-cristiana tiene un sistema ético basado en un solo Dios personal, todo poderoso, santo y amoroso que creó y mantiene autoridad sobre el mundo. El código de moral basado en los 10 mandamientos y el énfasis cultural sobre la justicia, la diligencia, el ser santo y el valor de la vida humana son elementos clave de la visión mundial del judeo-cristianismo.

Como el judaísmo, se organiza como religión de ciudad. Cada ciudad es presidida por un obispo. En las zonas rurales: los "coriepiscopi". Hay obispados, exarcados, primacías y patriarcado ordenados jerárquicamente

En las primitivas comunidades cristianas dispersas por el Imperio romano, sobreviven las particularidades étnicas: sirios de Marsella, asiáticos de Lyon, egipcios de Roma. Hasta el siglo II, las religiones conservan su carácter nacional. Están los cultos a Isis (Egipto); Mitra (Persia): culto extendido entre los soldados y excluía a las mujeres; la Gran Madre (Frigia): romanizada en la "Magna Mater Deum", las baales sirias, etc. Los "Quindecimviris sacris faciundis" ordenaban administrativamente lo referente a las religiones.

En el Imperio se procura volver a las tradiciones religiosas romanas primitivas. Sin embargo, hay periodos de sincretismo y de tolerancia para las religiones orientales. Otras veces se persiguen. Ninguna de las religiones orientales se organiza como iglesia salvo quizá el pitagorismo y el judaísmo. En el bajo imperio el politeísmo da paso a un monoteísmo: culto al sol.

El

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