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Ciencias.


Enviado por   •  14 de Agosto de 2014  •  Tesis  •  2.442 Palabras (10 Páginas)  •  195 Visitas

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Las necesidades educativas específicas que presentan los alumnos ciegos y con baja visión se relacionan directamente con las implicaciones que resultan de la discapacidad visual.

Algunas estrategias de actuación de carácter general que habrán de tenerse en cuenta a la hora del contacto con estos alumnos, son las siguientes:

- Es esencial, establecer con él un vínculo desde lo personal y no desde el déficit. Esto le da permiso para diferenciarse e integrar sus propios sentimientos.

- Reducir nuestras propias vacilaciones frente al alumno para no incrementar su inseguridad.

- Permitirle autonomía. No ayudarle si no lo necesita. Hacerle ver sus posibilidades reales.

- No negar sus limitaciones. Preguntarle sobre sus necesidades. Si se quiere saber algo de él, se le debe preguntar directamente.

- Saludarlo. No jugar a las adivinanzas ni ponerlo a prueba: identificarse.

- Decir las cosas claramente. No evitar palabras relativas a la visión.

- En definitiva conocer las características de este déficit, para actuar con naturalidad y devolverle al alumno la imagen de una persona valiosa en sí misma, por encima de su deficiencia.

Debemos tener en cuenta cuales son los canales para poder obtener información del mundo en que viven y con el que han de interactuar y en consecuencia como han de obtener de ellos el máximo aprovechamiento. Se precisará:

- Una estimulación multisensorial, que permita y favorezca la utilización de todos los sentidos, sobre todo tacto y oído.

- Trabajar sobre objetos y situaciones de la vida real.

- Verbalizar todas las situaciones utilizando un lenguaje concreto.

Por último, de todo lo anterior puede deducirse la mayor lentitud que tanto en la recogida de información como en la realización de las tareas presentan los niños ciegos, de ahí la necesidad de:

- Respetar el ritmo del alumno. A veces hay que darle más tiempo.

- Proporcionarle estrategias muy claras de organización del trabajo.

- Favorecer que planifique su propio trabajo: que haga un hábito de esta planificación.

El papel del profesor.

El profesor es el elemento clave en el proceso de inclusión educativa. Es necesaria una honda convicción de que la participación del alumno con discapacidad visual es posible en el contexto escolar. De ahí la importancia de poder recibir una formación inicial y permanente en aspectos evolutivos y educativos de la discapacidad visual así como informarle de las prestaciones y servicios específicos complementarios a su labor educativa.

La presencia de un alumno con baja visión o ciego le obligará a realizar ciertas modificaciones organizativo-didácticas que pueden resumirse en los siguientes puntos (Martínez Liébana, 2000):

- Ha de hacer uso de medios alternativos a los usuales para el cumplimiento de los diferentes objetivos curriculares,

- ha de atender, en cada momento, al ritmo con que el alumno realiza las diferentes tareas escolares,

- ha de permitir la instalación en el aula de instrumentos y material didáctico específicos,

- ha de verbalizar cuanto escriba en la pizarra,

- ha de reiterarle la presentación de información,

- ha de ser flexible en la elección de los sistemas de evaluación,

- ha de animar al alumno a la participación en clase y a la interacción con sus compañeros, y

- ha de considerar al profesor de apoyo como un elemento esencial dentro y fuera del aula, con el que ha de cooperar y coordinarse continuamente..

Los alumnos ciegos o deficientes visuales, debido a su carencia sensorial, precisarán fundamentalmente adaptaciones de acceso al currículo.

Estas son de dos tipos:

a) Adaptaciones del entorno físico: referidas a los cambios materiales que es preciso realizar en el aula y en el centro escolar para garantizar una adecuada integración física del alumno. Aspectos que han de tenerse en cuenta aquí son, por

ejemplo:

- organización fija de los distintos elementos y advertencia expresa en caso de modificación de los mismos,

- puesto escolar con espacio suficiente para manejar el material,

- conocimiento exhaustivo de las diferentes zonas por las que ha de desenvolverse el alumno,

- eliminación de obstáculos y barreras arquitectónicas que impidan la accesibilidad,

- posición en el aula en lugar avanzado,

- previsión de espacios donde el alumno vaya a recibir algún apoyo,

- adecuada iluminación,

- pizarra suficientemente visible.

b) Provisión de recursos técnicos: destinados a garantizar un adecuado acceso y reproducción de la información: libros, materiales en relieve, máquina de escribir braille,…

Estas adaptaciones de acceso al currículo han de ir acompañadas y reforzadas con la aplicación al alumno de ciertos programas específicos de extraordinaria importancia: Lectoescritura braille, Estimulación visual, Rehabilitación Integral

(Orientación y Movilidad y Habilidades de la Vida Diaria), y Tiflotecnología.

El papel de los compañeros.

Los compañeros del niño ciego o discapacitado visualmente son el primer estrato de la sociedad en la que progresivamente él ha de integrarse. Del aprendizaje y de las experiencias que tenga en ese primer nivel dependerá, en gran medida, el desarrollo

posterior de su integración. De ahí, precisamente, la importancia de propiciar entre ellos interacciones positivas de respeto, comprensión y mutua solidaridad.

Por otra parte, si la metodología de enseñanza que pone en práctica el profesor de aula es participativa y cooperativa, el alumno ciego puede recibir de su compañero vidente ayuda y apoyo, al mismo tiempo que proporcionarla él mismo, lo que generará sin

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