Condor Andino
26 de Abril de 2014
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ÍNDICE
1- Introducción.
1.1- Situación Problemática.
1.2- Objetivos.
1.3- Hipótesis.
1.4- Marco Teórico.
2 - Desarrollo.
3 - Conclusiones.
4 - Bibliografía.
5 - Agradecimientos.
INTRODUCCIÓN
PROBLEMA:
En los últimos años, el índice de extinción se ha acelerado a causa de las actividades desarrolladas por el hombre, Cada vez son más las especies que se encuentran en latente peligro de extinción, ya sea por zonas, países o regiones, lo cierto es que el mundo entero sufre un golpe ambiental con la pérdida de cada una de ellas. Las aves son unos animales por demás vulnerables, son demasiados los factores en los que el hombre influye que perjudica la evolución y desarrollo poblacional de la especie…como la caza indiscriminada, la tala de árboles, la contaminación y la reducción del hábitat natural. Frente a todas estas causas, solo algunas personas se preocupan por cuidar y ayudar con nuestro medioambiente porque de allí parte lo importante que es que los animales tengan su hábitat y que su reproducción sea más fácil y no posean algún inconveniente.
Una de ellas es el Vultur gryphus, llamado vulgarmente cóndor andino, especie que forma parte de la fauna de la provincia de La Rioja, la cual se encuentra en peligro de extinción.
En el ambiente natural uno de los aspectos menos conocidos del cóndor es el referido a su reproducción. El cóndor andino es un animal monógamo y su ciclo reproductivo incluido el cortejo, apareamiento, incubación y levante del polluelo hasta su emancipación dura aproximadamente dos o tres años.
En la reserva natural Quebrada del Cóndor que se encuentra ubicada en Sierra de los Quinteros, Departamento Ángel Vicente Peñaloza, al sudoeste de la capital provincial, hay dos cóndores, un macho y una hembra, que viven en cautiverio. Nos preguntamos cuáles son las causas por la que sus polluelos nacidos en cautiverio no pueden volar y emanciparse sin la ayuda de los biólogos de los Fundación Bioandina y si existe alguna posibilidad de ayudar desde la escuela a que haya una mayor sensibilización en la protección del cóndor que se encuentra en amenaza de extinción.
HIPÓTESIS:
El éxito de los pichones depende del cuidado parental.
Predicción:
Dado que los cóndores necesitan mucho cuidado parental, la reintroducción de pichones en cautiverio se hace dificultosa si los padres sufren alguna limitación física, requiriéndose en este caso asistencia técnica.
OBJETIVOS:
Identificar las causas que no permiten que los pichones nacidos en la Sierra los Quinteros no puedan volar sin la asistencia de biólogos.
Difundir, a través de un blog los resultados de la investigación, con el fin de sensibilizar sobre la importancia de la protección del Cóndor.
Reconocer al Cóndor andino como un ave silvestre nativa con problemas de conservación.
Describir aquellas características morfológicas, fisiológicas y ecológicas que permiten reconocer al Cóndor andino como ave carroñera.
Identificar cuales fueron y cuales son las causas que llevaron a las poblaciones a estar en peligro de extinción.
Reconocer las dificultades de reintroducción a través del estudio de caso de dos ejemplares presentes en cautiverio en la Quebrada de los Cóndores.
Validar los esfuerzos de conservación del personal idóneo que se realizan mediante el análisis de caso de pichón nacido en cautiverio.
MARCO TEORICO:
Durante miles de años, el Cóndor Andino, el ave voladora terrestre más grande del mundo, ha sido venerado por las comunidades originarias de Sudamérica, quienes lo han considerado el Espíritu mismo de los Andes, un nexo sagrado entre los hombres y Dios. Si bien fue abundante en otro tiempo, este animal emblemático, eslabón simbólico con nuestro pasado cultural, se ha convertido hoy, lamentablemente, en un desafío de conservación.
El antecedente de extinción del Cóndor Californiano, en América del Norte, quien ocupa el mismo nicho ecológico y sufre las mismas presiones de selección que el andino la cual lo convierte en un equivalente ecológico, pesa sobre la existencia del Cóndor de los Andes. Estados Unidos ha invertido más de 20 millones de dólares, desde 1987, para tratar de conservar los últimos ejemplares silvestres y aún su destino es incierto. Si bien Argentina posee las mejores poblaciones de Cóndores en Sudamérica, es evidente que no debemos esperar a llegar al punto en que se encontró el Cóndor Californiano, para tomar medidas de conservación.
En Sudamérica, el Cóndor Andino ha comenzado a dar síntomas de extinción. Se ha declarado extinto en Venezuela en 1965, en Colombia y Ecuador sobreviven menos de 100 ejemplares silvestres, Perú y Bolivia vieron reducidas sus poblaciones naturales y si bien Argentina y Chile sostienen las mejores poblaciones silvestres, ya se han registrado extinciones locales, como en la costa del Atlántico en la Patagonia Argentina, donde naturalistas de mediados de 1800, como Charles Darwin o Perito Moreno, encontraban poblaciones abundantes de esta especie, en sitios donde hoy ya no existen.
Las causas que hacen a la retracción de esta especie están ligadas a la actividad humana. La errónea creencia que el Cóndor mata el ganado para comer, cuando en realidad es carroñero, ha hecho que se lo considere una plaga y que se lo mate injustificadamente. Además, las muertes por consumo de cebos tóxicos, la disminución de alimento en algunas áreas, la expansión de las ciudades, la alteración de su medio y principalmente la situación de desinformación que existe sobre esta especie han llevado al Cóndor Andino a su situación actual. (Lambertucci, S, 2007)
Taxonómicamente, el Cóndor Andino se ubica en la Clase Aves, Subclase Neornithes, Orden Falconiformes y Familia Catarthidae, palabra derivada del griego “Kathartes” que significa “el que limpia” haciendo alusión a los hábitos carroñeros de la especie y las demás que conforman la familia, entre las que se encuentran el cóndor californiano (Gymnogyps californianus), goleros o chulos (Coragyps atratus), las gualas o auras (Cathartes aura, C. burrovianus, C. melambrotus) y el rey de los gallinazos (Sarcorhamphus papa) (Hilthy & Brown, 1986).
La familia Cathartidae son aves esencialmente carroñeras que migraron de Eurasia a América hace aproximadamente 15 millones de años. De ellas sobreviven en la actualidad cinco géneros y siete especies, todas exclusivamente americanas. Son los responsables de la limpieza natural mediante el consumo de animales que mueren en el campo, eliminando con ello las posibilidades de infecciones y epidemias para los seres humanos. Los catártidos están en la cima de la cadena alimenticia por lo que son el último eslabón de una cadena de procesos y transformaciones biológicas.
La familia de catártidos o buitres del Nuevo Mundo continúa siendo un interrogante para los paleontólogos y zoogeógrafos aviares, puesto que no existe una continuidad en las evidencias fósiles para esta familia (Cracraft, 1972, citado por renaser, 2001). Vultur gryphus significa “buitre fabuloso“: mitad ave mitad león. En Colombia, la especie recibe diferentes nombres según el sector del país y la cultura indígena regional. Entre los conocidos están: cóndor, cúndor, kuntur (de un vocablo Quechua), buitre, cuervo, mensajero del sol, padre de la luz, señor de los nevados, cóndor andino, cóndor de los Andes, buitre para la etnia Arhuaca, wuichilli para la etnia Kogui y shirapa para los Yucos o Yucpas del Perijá; al polluelo se le conoce como plumón o balonero (Olivares 1963)
El Cóndor Andino es considerado el ave voladora más grande y pesada que existe en el mundo. Alcanza hasta 3.3 metros de envergadura (distancia medida de extremo a extremo, con las alas extendidas), 1.1 -1.3 metros de altura (distancia medida del pico a la base de la cola), y llega a pesar entre 9-16 kilogramos. Los adultos son de color negro, con plumas blancas en el dorso de las alas y ostentan un collar de plumón blanco. Tienen la cabeza y una parte del cuello, desprovistas de plumas, como resultado de la adaptación a sus hábitos carroñeros, en lugar de éstas poseen en cabeza y cuello pelos cortos, gruesos y ásperos; la piel de esta zona es suave y suelta, formando pliegues de coloración rojizo-purpúreo (Hilty & Brown, 1986).
Sus patas son similares a las de las gallináceas, carecen de garras y sus uñas aunque son fuertes y largas son romas, además de esto carecen de capacidad prensil, a diferencia de las rapaces no pueden levantar el vuelo con animales entre sus patas; los cuales son de color gris a blanquecino debido a que el animal defeca sobre éstas. A esto se atribuye una capacidad protectora, ya que la materia fecal es rica en uratos que le confieren características desinfectantes que actúan como defensa ante el permanente contacto con carroñas, y múltiples agentes patógenos presentes allí (Olivares, 1963). Su pico es recto en la región proximal, curvado hacia abajo en el extremo distal, de coloración negra en la base y blanco marfil en la punta; está poderosamente dispuesto y adaptado para desgarrar el alimento. No posee tabique nasal, lo cual le permite ver a través de los agujeros nasales (Olivares, 1963). Los machos tienen una cresta carnosa que cubre la parte superior de la cabeza y el pico, mientras que la hembra carece de ésta. Otra diferencia
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