Cortometraje cerebro dividido

El cortometraje de “Cerebro dividido” trata sobre un chico que va a tener una cita, se ve cómo es que se pelea la razón y las emociones. Es como se comporta el ser humano cuando se tiene una cita.

Se ve como el cerebro está dividido en dos por los monitos que salen, el rojo es el de la música, el artístico, el que imagina, el que se va mas por lo que ve que por lo que escucha, eso está bonito pues es como cuando nos dejamos llevar en un momento sin presiones, claro que en el video lo hace por quedar bien y no lo logra. Pero no lo logra porque se está peleando con su otro hemisferio que es el que razona, el que es muy propio, el que se cuida al hablar, etc., y al no ponerse de acuerdo falla en un momento la cita.

Así que el hipotálamo al verse involucrado en sentir placer y las ganas de comer se deja llevar mucho más fácil y sin razonar, así que es todo lo contrario al tálamo que necesita razonar y ser propio al hablar y al comportarse.

Cuando “termina” la cita que se va molesta la chica y él la va a buscar porque su hipotálamo se da cuenta de que la está perdiendo sin la ayuda del tálamo, te das cuenta que si nuestro cerebro trabaja de una manera equitativa y armónica las cosas salen de una manera bien y sin problemas.

Te das cuenta de que todo está conectado al cerebro porque los movimientos que se hacen y las reacciones rápidas y lentas vienen de ahí. Se tiene que tener una buena coordinación y fuerza para eso.

Se tiene que tener un control para nuestros hemisferios y para que se ayuden entre sí.

También me di cuenta de cual hemisferio es al que no le gusta correr riesgos y cual se anima a muchas situaciones que de alguna forma si no se piensa bien se puede arruinar todo.

Y también es muy obvio que lo que piensan las mujeres a los hombres son cosas muy diferentes, las mujeres somos muy intensas y nuestro cerebro se ve mucho más ligado a nuestras emociones y eso hasta cierto punto pude llegar a asustar a los hombres, y cuando nos gusta alguien o estamos enamoradas actuamos mucho por instinto, sin pensar en las consecuencias o en el que va a pensar de nosotros nuestra pareja.

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