Creatividad

La Lógica como ciencia y la creatividad

Autora: MsC. Teresa Torres Miranda.

INTRODUCCIÓN

Entre los muchos temas que unen a psicólogos, matemáticos, sociólogos, ingenieros, pedagogos, hombre de negocios y especialistas de otras ramas, está el referido a la creatividad. El ascendente interés hacia este tema en los últimos cincuenta años, está condicionado por las exigencias de la sociedad contemporánea, que van desde el acelerado desarrollo de la ciencia y la técnica hasta la propia supervivencia humana.

Es importante reconocer que ha sido precisamente en el campo de la psicología, donde se ha logrado una mayor sistematización y profundización en el estudio del tema de la creatividad; algunos han enfocado su atención en el proceso de creación, otros en el producto “creativo”, otros ha hecho énfasis en las condiciones que posibilitan o no la actividad creativa, encontramos también aquellos que centran su atención en la persona creativa y por último, hayamos psicólogos que hacen énfasis en la integración de más de unos de los aspectos antes señalados.

Sin embargo, existe un elemento que es común para todos aquellos que investigan sobre el tema de la creatividad, y es que este no puede verse al margen del sujeto y especialmente del pensamiento. No obstante, este reconocimiento no se acompaña de un estudio detallado e integral de la relación de la creatividad con el pensamiento, siendo este un importante problema social que debe ser atendido desde las ciencias que se ocupan del pensamiento como objeto de estudio.

Por esta razón, el objetivo de este trabajo es analizar la creatividad desde el proceso histórico de la evolución de la Lógica como ciencia, tomando en consideración que es la Lógica la ciencia encargada del estudio del pensamiento en el campo de la filosofía. Para lograr este objetivo se utiliza, básicamente el método histórico – lógico, ya que su aplicación nos permite una más clara comprensión de la creatividad como proceso del pensamiento.

DESARROLLO

Evolución histórica de la Lógica y su contribución a la comprensión de la actividad creadora del hombre.

El surgimiento de la Lógica se ubica en lo fundamental, en dos mundos culturales, en el Occidental, especialmente en Grecia y en el Oriental, en la India.

En esta última, así como en las regiones de la China y Persia, esta ciencia surge profundamente permeada por concepciones religiosas.

Un desarrollo significativo alcanza la escuela Nyaya en la India (S X-XII ane.). Su nombre tiene por sentido propio el de Lógica. Su rasgo distintivo es su creencia en la utilidad del análisis y en la confiabilidad de la razón.

En Europa, concretamente en Grecia, donde la filosofía, como compendio de todas las ciencias, se revela originalmente con mayor pureza e independencia, sin que se descarte por esto, la influencia que ejerce también del factor religioso. Las condiciones históricas y el desarrollo científico de la época condicionan el surgimiento de la Lógica a partir de la figura de Aristóteles.

Por un lado, el desarrollo de la vida política matizada por la lucha de la democracia esclavista contra la aristocracia, hizo surgir la necesidad de atender las cuestiones del Estado, la sociedad y los deberes y derechos de los considerados ciudadanos; de aquí, que una de las vertientes primeras del desarrollo esté dirigida al dominio de la oración como medio fundamental de la discusión y la práctica política. Por otro lado, se produce en esta etapa el nacimiento de los primeros estudios científicos sobre la naturaleza, en lo que podría ser una filosofía de la naturaleza, que paulatinamente condiciona que en las doctrinas de los filósofos griegos de diferentes escuelas y corrientes encontremos en embrión, los principios, objetivos y subjetivos de la clasificación de los conocimientos y la coordinación de las ciencias, el principio de la disposición de las diferentes ramas del conocimiento en orden de seguimiento de lo simple a lo complejo y de lo general a lo particular, y la disposición de ciertas partes del conocimiento de los más abstracto (matemática, por ejemplo) a los más concretos (medición, aparatos mecánicos, por ejemplo). Aunque, en su conjunto, las ciencias en la Antigüedad griega continuaban indiferenciadas, en sus marcos había surgido un problema, una contradicción a resolver, el de la correlación entre sus distintas ramas o partes. Contradicción que iba generando la necesidad de conformar un cuerpo teórico para la comprensión del pensamiento en función del conocimiento del mundo y la explicación de la posición del hombre como sujeto cognoscente.

El propio Aristóteles, en los Tópicos, Libro Primero del Organon refiere: “Luego de lo que precede hemos de decir para cuántos fines y cuáles son estos, es útil ese tratado. Estos son tres: el ejercicio o formación del intelecto, las conversaciones o disputas casuales y para las ciencias filosóficas.” (p. 324)

Resulta sumamente interesante detenernos en el análisis de esta reflexión aristotélica y sobre todo en los argumentos que el propio autor nos brinda, pues se pueden derivar tres importantes premisas lógicas, indispensables para la comprensión de su aplicación en el proceso de formación del conocimiento.

Refiriéndose al primer fin de la Lógica “el ejercicio o formación del intelecto” nos señala que “el estar en posesión de un plan de investigación nos capacitará para argumentar más fácilmente acerca del tema propuesto.” (p.325) Podemos percatarnos que aquí el filósofo apunta hacia la utilidad de la Lógica como instrumento metodológico, cuando plantea, que nos permite estar en posesión de un plan de investigación útil para el desarrollo de capacidades necesarias para el desarrollo de un pensamiento teórico.

Con referencia al segundo fin señala: “en el orden a las conversaciones o disputas casuales es útil, porque una vez hayamos considerado las opiniones sostenidas por la mayoría de la gente, podremos hacerles frente, no apoyándonos en las convicciones de los demás, sino por nuestras propias convicciones...”. En este argumento se puede ver con claridad el significado del dominio de la Lógica para la comprensión del conocimiento, cuando plantea: “porque una vez hayamos considerado las opiniones sostenidas por la mayoría de la gente, podremos hacerles frente”.Para considerar y hacer frente a “opiniones” ajenas, necesariamente el sujeto está en la obligación de comprender desde la esencia misma los argumentos de sus contrarios. Por otro lado, el autor revela la contribución de la

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