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Cuadrilatero


Enviado por   •  23 de Julio de 2012  •  2.212 Palabras (9 Páginas)  •  609 Visitas

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LOS MAYAS

Organización política (gobierno)

Véanse también: Batab, Halach Uinik y Cacicazgos mayas en Yucatán

En el período Clásico (290 al 909 d. C.), los gobernantes supremos recibían el título de K’inich (Rostro solar), Ahaw Te‘ (señor Árbol), Ch’ul Ahaw (Señor Sagrado) o Bakab (Sostenedor del Mundo). Otros nobles emparentados con él se llamaban Ahaw (Señor).

También había gobernantes de centros o ciudades secundarios, quienes eran llamados Sahl (Sahalo’ob en plural) y le rendían fidelidad al Ahaw Te‘.

Durante el clásico terminal (800 al 1000 d. C.) y posclásico temprano (909 al 1451 d. C.) hubo otra forma de gobierno en la península de Yucatán: el Multepal o gobierno confederado, cuyas ciudades hegemónicas fueron primero Chichén Itzá y después Mayapán. En el Multepal no hubo un solo gobernante, sino que el gobierno se ejecutaba por medio de varias personas a la vez, quienes se consideraban “hermanos”. Cada uno de los integrantes del consejo de gobierno (Multepal) recibía el título de Ah Tepal.

División de cacicazgos mayas en el S.XVI según Ralph Roys

Después de la destrucción de Mayapán (1451) la península de Yucatán se fragmentó en 16 ó 17 provincias independientes llamadas Kuchkabal. Cada Kuchkabal tenía su capital, donde residía el Halach Wíinik ó Halach Uinik (Hombre verdadero), quien tenía autoridad militar, judicial y política. Cada Kuchkabal se dividía en Batabilo ‘ob (Batabil en singular) que estaban regidas por funcionarios de alto rango. Llamados Batabo ‘ob (Batab en singular). Los Batab le rendían fidelidad al Halach Wíinik y a veces eran sus familiares. A su vez, Batabil estaba dividido en varias Kuchkteel o unidades residenciales. Esta unidad organizativa residía en un pueblo y estaba dividido en familias extensas. Sus líderes se reunían en un consejo para solucionar los asuntos de gobierno y, según parece, el Batab también formaba parte de ese consejo. Los consejos de cada Batabil estaban integrados por los representantes de los intereses de las familias: ah k’ ulo ‘ub (ah k’ ul en singular) y los representantes nombrados por el Batab: ah kuch cabo ‘ob (ah kuch kob en singular). Los kuchtabal de Hocabá-Homún y Calotmul no tenían Batabes, sino que el segundo nivel de gobierno era ejercido por los Holpop, funcionarios nombrados por las cabezas familiares de las kuchteelo ‘ob.

El Halach Uinik era el sumo sacerdote de cada kuchkabal. Le seguía en categoría el Ahaw Kan May o Ah K’in May. Los sacerdotes regulares se llamaban: ah k’in, los sacrificadores: ah nakom, los que profetizaban: chilan, otros sacerdotes de menor grado: chako’ob y en el Yucatán moderno son los hmen. Los líderes o capitanes guerreros se llamaban Nakom, aunque el Batab también tenía alto rango militar.

En las tierras altas de Guatemala, el gobierno quiché estaba a cargo de los Ah Pop y el gobierno de los cakchiqueles a cargo de cuatro funcionarios llamados Ago, aunque dos de ellos ejercían el poder verdadero: el Ahpotsots’il y el Ahpoxahil.

Organización social

La vida en los grandes centros urbanos del prehispánico debía ser tan compleja como lo es en las modernas ciudades de la actualidad. Lo que se sabe de los mayas nos hace pensar así. En el artículo "Los mayas" de Howard LaFay se puede leer que:

"Desapareció la imagen del hombre maya como primitivo agricultor pacífico practicando ritos religiosos esotéricos en la quietud de la selva. El resultado es un pueblo guerrero lleno de vida, en numeroso insospechado anteriormente, que usó técnicas agrícolas muy avanzadas. Y al igual que los vikingos a medio mundo de distancia, comerciaban e invadían con brío".

Estela maya en Campeche; bajorrelieve de personaje ataviado; Museo de la Soledad.

La sociedad maya estaba organizada sobre la base de una marcada estratificación social, a la cabeza de la cual se encontraba la nobleza, los almenehoob ("los que tienen padres y madres"). Este grupo privilegiado monopolizaba el poder y la autoridad al ostentar los puestos políticos y religiosos. El gobernante supremo de la provincia era, como ya vimos, el Halach Uinik (o Halach Wíinik) en quien residía el poder absoluto sobre los asuntos terrenales y espirituales. Se le llamaba también Ahau; sus emblemas eran el escudo redondo y el cetro en forma de figura antropomorfa con cabeza de serpiente. El cargo de Halach Uinik era hereditario dentro de una sola familia, y pasaba del padre al hijo mayor.

El Halach Uinik era, al mismo tiempo, el Batab o jefe local de la ciudad en la que vivía, y tenía bajo su mando al resto de los bataboob o jefes locales de las poblaciones que conformaban la provincia. Como jefe supremo, recibía tributo, convocaba a los guerreros y formulaba la política.

En la guerra cada Batab comandaba a sus soldados, pero existía un comandante militar supremo llamado Nacom, que desempeñaba el cargo durante tres años y respondía directamente ante el Halach Uinik.

Después de los bataboob estaban los Ah Cuch Caboob, quienes administraban los barrios en los que se encontraba dividida la ciudad. Un cargo similar era el de los Ah Kuleloob, delegados que acompañaban al Batab, sirviéndole de ayudantes, portavoces y mensajero. Encontramos también a los funcionarios encargados de las cuestiones sociales y ceremoniales, llamados Popolna y Ah Holpop. Finalmente, la categoría más baja de funcionarios era la de los Tupiles, que hacían las veces de "alguaciles" o policías, manteniendo el orden y vigilando el cumplimiento de la ley.

El grupo de los sacerdotes, llamados genéricamente ahkincob (singular: Ahkin), tenía la misma categoría que los jefes o Bataboob. El "sacerdocio" también era hereditario y privativo de unas cuantas familias de la nobleza. El supremo sacerdote recibía el nombre de Ahuacán, que significa "señor serpiente". Sus actividades se relacionaban con el ritual, los sacrificios, la adivinación, la astronomía, los cálculos cronológicos, la escritura jeroglífica, la educación religiosa y la administración de los templos.

Debajo del Ahuacán estaban los sacerdotes llamados Chilames o adivinos, destinados a interpretar los designios que los dioses enviaban a los hombres a través de los oráculos. El encargado de llevar a cabo los sacrificios rituales y abrir el pecho de la víctima para sacarle el corazón era el Nacom, que no debe confundirse con el jefe militar a quien también se le llamaba así. Le ayudaban cuatro asistentes llamados Chacoob, quienes, además de sostener a la víctima, tenían otras funciones, como la

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