Curitiba: Una Sociedad Moderna

CURITIBA

UNA SOCIEDAD MODERNA

Cuando examinamos las características de una sociedad moderna, se identifican los procesos de aprendizaje evolutivo que ha experimentado en comparación con otras sociedades. Sus características, son el resultado de una interacción social de los grupos y que está basado en principios sociológicos.

Una sociedad moderna es capaz de crear nuevos tipos de conocimientos reflexivos acer¬ca de la manera en que se observa a sí misma y hacia donde se quiere dirigir. Esta es la reflexividad de la sociedad moderna: La sociedad moderna es una sociedad que aprende y todo esto se ha con¬vertido en conocimiento común.

Al estudiar la ciudad de Curitiba encontramos que reúne las características de una sociedad moderna. Esta se formó, según los registros, el 29 de marzo de 1693, ubicada en Paraná, Brasil. Al final de siglo XVII, la cultura era de sostenimiento y la actividad económica se basada en la minería. Paso por varios ciclos económicos, como lo fue el tropero o conductores de ganado, la yerba mate, la madera y el monocultivo del café. Este último, no fue favorecido por el clima helado de la zona y fue sustituido por el cultivo mecanizado de la soja.

Los habitantes de Curitiba eran indios, mestizo, portugueses y españoles. No fue hasta el año 1808, que por decreto del Príncipe Joáo VI, les permitió a los extranjeros obtener territorios en la cuidad.

Los primeros inmigrantes que se establecieron en Curitiba fueron alemanes. Estos innovaron la vida curitibana con las frutas europeas y las papas. Ocuparon el área más central y urbanizada de la ciudad, iniciando el proceso de industrialización. Influenciaron en la metalurgia y gráfica, desarrollaron el comercio, la arquitectura, el teatro, la música y la gimnasia. Y como un dato significativo también difundieron el principio del asociacionismo.

Luego emigraron poloneses, italianos, ucranianos, japoneses, sirios y libaneses, formando colonias y ubicándose en campos y barrios. Estos contribuyeron en la agricultura, la artesanía de pajas y mimbre, la culinaria, la música, la arquitectura, la religiosidad, nuevas técnicas agrícolas, artes marciales y comercios de ropa y calzado entre otros.

Esta diversidad culturar existente en Curitiba produjo una característica general de los grupos de inmigrantes con su gran asociacionismo en función de las necesidades de la comunidad, como lo son la asistencia médica y social, la diversión y los deportes, la educación y la vida religiosa. El asociacionismo es un movimiento de índole social que propone la creación de asociaciones políticas, cívicas y de otro tipo para tratar los asuntos de interés comunitario.

Aunque se habla de un proceso de asimilación, este ha sido un resultado bilateral porque el inmigrante no solo recibe bienes culturales, sino que, aprende con la sociedad que lo acogió, aportando sus valores

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