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Ssitema De Las Sociedades Modernas


Enviado por   •  25 de Noviembre de 2013  •  5.691 Palabras (23 Páginas)  •  373 Visitas

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El sistema de las sociedades modernas

Cap. 2 Orientaciones teóricas

Talcott Parsons

Sistemas de acción y sistemas sociales

Consideramos los sistemas sociales como constituyentes del sistema más general de acción, siendo los otros elementos constitutivos primarios los sistemas culturales, los sistemas de personalidad y los organismos conductuales. Los cuatro se definen de manera abstracta en relación a la conducta concreta de la interacción social. Tratamos los tres subsistemas de acción distintos del sistema social, como constituyentes de su ambiente.

Este empleo es poco habitual, sobre todo en el caso de las personalidades de los individuos; se justifica plenamente en otros contextos, pero a fin de comprender lo que sigue es esencial recordar que no concebimos aquí el sistema social ni el de personalidad como entidades concretas.

Las distinciones entre los cuatro subsistemas de acción son funcionales y las establecemos de acuerdo con las cuatro funciones primarias que adscribimos a todos los sistemas de acción: mantenimiento de patrones, integración, alcance de metas y adaptación.

Uno de los principales problemas de integración de un sistema de acción lo representa la coordinación de sus unidades constitutivas, o sea, en primer lugar, los seres humanos; aunque para ciertos fines, las colectividades pueden tratarse como actores. Por tanto, atribuimos al sistema social la supremacía en la función de integración.

La prioridad en el mantenimiento de patrones –y en el cambio creativo de patrones- la atribuimos al sistema cultural. Mientras que los sistemas sociales se organizan basados primordialmente en la constitución de relaciones sociales, los sistemas culturales se ordenan en torno a las características de complejos de significado simbólico –los códigos de acuerdo con los que se estructuran, los conjuntos particulares de símbolos que utilizan y las condiciones de su empleo, mantenimiento y cambio, como partes de sistemas de acción.

Atribuimos la supremacía en el alcance de metas a la personalidad de los individuos. El sistema de personalidad es la agencia primordial de los procesos de acción y, así, pues, también de la aplicación de requisitos y principios culturales. Al nivel de la recompensa, en el sentido de la motivación, la meta fundamental de la acción reside en la compensación o satisfacción óptima de las personalidades.

El organismo conductual se concibe como subsistema de adaptación y sitio de las facilidades humanas primarias que son el sostén de otros sistemas. Incluye un conjunto de condiciones a las que la acción debe adaptarse y comprende el mecanismo primario de interrelación con el ambiente físico, sobre todo mediante la entrada y el procesamiento de información en el sistema nervioso central y la actividad motora para enfrentarse a las exigencias del ambiente físico. Esas relaciones se presentan de manera sistemática en la tabla 1.

Hay dos sistemas de la realidad que son ambientales para la acción en general y no constituyentes de la acción en el sentido analítico que empleamos. El primero de ellos, el ambiente físico, incluye no sólo los fenómenos comprensibles en términos de física y química, sino también el mundo de los organismos vivos, hasta el punto de que no se incluyan en sistemas de acción. Al segundo, que concebimos como independiente del ambiente físico, así como de los sistemas de acción como tales, lo denominaremos realidad última, en cierto sentido derivado de las tradiciones de la filosofía; concierne a lo que Weber denominó “problema de significado” en la acción humana y se traduce en acción primordialmente por la estructuración hecha por el sistema cultural de orientaciones significativas que incluye “respuestas” cognitivas, sin agotarlas.

Al analizar las interrelaciones entre los cuatro subsistemas de acción –y entre estos subsistemas y los ambientes de la acción-, es esencial tener en cuenta el fenómeno de la interpenetración. Es posible que el caso mejor conocido de interpenetración sea la interiorización de objetos sociales y normas culturales en la personalidad del individuo. El contenido aprendido de la experiencia, organizado y almacenado en el sistema de memoria del organismo constituye otro buen ejemplo, lo mismo que la institucionalización de componentes normativos de sistemas culturales como estructuras constitutivas de sistemas sociales. Sostenemos que el límite entre cualquier par de sistemas de acción incluye una “zona” de componentes estructurados o patrones que deben tratarse teóricamente como comunes a ambos sistemas, sin asignarse simplemente a uno u otro.

Por ejemplo, resulta insostenible que las normas de conducta derivadas de la experiencia social, que tanto Freud (en el concepto de superyo) como Durkheim (en el de las representaciones colectivas), trataron como partes de la personalidad del individuo, deben ser eso mismo o parte del sistema social .

Los procesos de intercambio entre los sistemas pueden tener lugar en virtud de la existencia de zonas de interpenetración. Esto resulta especialmente cierto al nivel de significado simbólico y motivación generalizada. Para poder “comunicarse” simbólicamente, los individuos deben observar códigos comunes, organizados culturalmente como los del lenguaje, que se integran en sistemas de su interacción social. Con el fin de hacer que la información almacenada en el sistema nervioso central sea utilizable en la personalidad, el organismo conductual debe tener los mecanismos de movilización y recuperación que, por medio de la interpenetración, contribuyen con motivos organizados al nivel de personalidad.

Así, consideramos que los sistemas sociales son “abiertos” y participan en un intercambio continuo de insumos y productos con sus ambientes. Además, los concebimos como interiormente diferenciados en varios órdenes de subcomponentes que también participan continuamente en procesos de intercambio.

Los sistemas sociales son los constituidos por estados y procesos de interacción social entre unidades actuantes. Si las propiedades de la interacción pudieran deducirse de las unidades actuantes, los sistemas sociales serían epifenomenales, como tanto lo ha sostenido la teoría social “individualista”. Nuestra posición está francamente en desacuerdo: deriva primordialmente de la declaración de Durkheim en el sentido de que la sociedad –y otros sistemas sociales- es una “realidad sui generis”.

La estructura de los sistemas sociales puede analizarse de acuerdo a cuatro tipos de componentes independientemente variables: valores, normas, colectividades y papeles . Los valores tienen supremacía

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