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Desarrollo de la sociología en Colombia


Enviado por   •  18 de Abril de 2014  •  Ensayos  •  5.361 Palabras (22 Páginas)  •  268 Visitas

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Desarrollo de la sociología en Colombia

Por: Gonzalo Cataño

El desarrollo de la sociología en Colombia presenta un pasado relativamente extenso. Desde 1880, cuando el presidente Rafael Núñez promovió por primera vez su introducción al país, hasta nuestros días, su evolución puede vislumbrarse como el crecimiento de una idea que al cabo de cien años se expresaba en numerosas facultades y en varios miles de egresados. Durante estos anos se discutió una y otra vez su objeto, se crearon cátedras, se escribieron textos introductorios y se adelantaron investigaciones empleando datos históricos, estadísticos y observaciones directas en diversas comunidades y grupos sociales. En un principio fue una disciplina difícil de definir y todavía más de legitimar su utilidad para la sociedad. Sus críticos fueron implacables y los intentos de llevarla a la universidad contaron siempre con obstáculos. En forma permanente se argumentó que su pretendido objeto de estudio no era más que una réplica del de las ciencias morales e históricas, y que sus aspiraciones científicas no tenían asiento alguno en el mundo de lo real, dado que la esfera del comportamiento humano no admitía ningún tipo de generalización.

A estas dificultades de orden académico e institucional se unieron las políticas. La historia de la sociología en Colombia es a su vez la historia de sus relaciones con el Estado. Los pocos anos del primer gobierno de Rafael Núñez, el periodo de la República Liberal y los comienzos del Frente Nacional han sido los grandes momentos de la sociología nacional. En cada uno de ellos el Estado se mostró interesado en la introducción de la sociología al mundo universitario, en la promoción de investigaciones y en la asimilación de los resultados de las ciencias sociales. Fueron también periodos de grandes proyectos de cambio social, durante los cuales el Estado se hizo mucho mas sensible al discurso sociológico y a las teorías relacionadas con la evolución social. Pero cuando estas “afinidades electivas” entre la sociología y el gobierno estuvieron ausentes, la disciplina se refugió en el precario espacio de las cátedras de las facultades de derecho o se asiló en una enseñanza rutinaria en las escuelas de sociología –o simplemente desapareció– como ocurrió durante las primeras décadas del presente siglo.

Esta marcada dependencia del Estado se debe a la gran influencia que tradicionalmente ha tenido el aparato gubernamental sobre la vida universitaria, sobre los organismos donde es posible adelantar labores de investigación y sobre las posibilidades ocupacionales de los mismos sociólogos. A diferencia de otros países como Alemania y los Estados Unidos, donde las asociaciones profesionales y las entidades privadas de asistencia y políticas sociales contribuyeron a impulsar los estudios sociológicos, en Colombia y en general en América Latina las ciencias sociales crecieron alrededor de las instituciones públicas. Su afirmación como disciplina científica y académica só1o era posible en instituciones cuya cercanía a la dinámica cotidiana del Estado les impedía una autonomía. Ello hizo que estuviera siempre expuesta a los vaivenes políticos y que apenas pudiera evadirse de las condiciones adversas del momento. Y cuando lograba refugiarse en las instituciones regidas por comunidades religiosas, se vio constreñida por los cánones confesionales que buscaban reducirla a un apéndice del pensamiento social de la Iglesia.

Es claro entonces que el desarrollo de la sociología en nuestro medio es la historia de un proyecto científico que tuvo sus avances y retrocesos a lo largo de todo un siglo. Surgió en 1880, promovió algunos debates en los años siguientes, pero hacia 1900 apenas se lo mencionaba. Tuvo un nuevo impulso durante la segunda mitad de la década del veinte, un ascenso durante los treinta, un estancamiento en los cuarenta y un nuevo ascenso en los cincuenta al calor de los estudios antropológicos, para alcanzar su afirmación final durante la década del sesenta con la fundación de las primeras facultades de sociología. A través de estos años se la definió de las más distintas formas y se le atribuyeron los mas diversos usos y cualidades. Para unos era el instrumento mas acabado para sugerir el gobierno mas adecuado, para otros el fundamento de una educación científica, y para otros mas, la posibilidad de predecir el curso de la sociedad o de “transformar el mundo”.

Todo esto estaba de alguna manera asociado al desenvolvimiento de la sociología en Europa y en los Estados Unidos, lugares donde había nacido la disciplina y donde sus fundamentos científicos habían cobrado un mayor desarrollo. También allí se habían presentado numerosas controversias sobre la legitimidad de la “nueva ciencia” e interminables debates sobre su contenido y las maneras de abordarlo. Su evolución fue lenta pero segura. En un comienzo —periodo que cubre todo el siglo XIX hasta 1890, el de los pioneros, cuyos nombres mas representativos son Comte, Tocqueville, Marx y Spencer— se bautizó la especialidad, se establecieron sus temáticas, se despejó el camino para su estudio y se ofrecieron los primeros conceptos. En un segundo periodo –que parte de 1890 y llega hasta 1920, que hoy llamamos la etapa clásica de la sociología y cuyas figuras mas notables son Durkheim y Weber–, se emprendió una prometéica labor de depuración teórica, de desarrollo conceptual y metodológico y de afirmación de la disciplina como campo autónomo del conocimiento. Después de estos años de gestación la avant-garde de la sociología pasó a los Estados Unidos, dando lugar a un tercer periodo caracterizado por la afirmación científica de la disciplina. Salvo el caso de Mannheim en la convulsionada Alemania de la república de Weimar, de algunas manifestaciones de la escuela durkheimiana en Francia y de la antropología social inglesa, esa original síntesis entre etnografía y sociología, la labor sociológica realizada entre la Primera y la Segunda Guerras mundiales se concentró en Norteamérica. Allí se emprendió una asimilación critica del legado europeo y en forma paralela se desarrollaron las técnicas de recolección y análisis de datos. Se hizo un uso amplio del cuestionario, de la entrevista y de la observación directa, se crearon nuevas técnicas de investigación como el panel y el análisis de contenido y se perfeccionaron los procedimientos matemáticos y estadísticos para alcanzar una mayor precisión en el estudio de los procesos sociales. Este dominio norteamericano, que llega hasta nuestros días y que está alimentado por una sólida estructura universitaria, por centros de investigación, por auxilios del Estado y del mundo industrial, hizo de la sociología un oficio rentable y una profesión.

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