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Drogas Auditivas


Enviado por   •  18 de Marzo de 2014  •  1.230 Palabras (5 Páginas)  •  214 Visitas

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Especialistas argumentan que el uso de sonidos binaurales pueden generar placer en quien los escucha, pero no producen los mismos efectos de las drogas reales, no está comprobado que causen adicción y lo que sí pueden causar es un daño en el tímpano.

Las llamadas “drogas” auditivas se difunden a través de sitios de internet que ofrecen la descarga de un software y un catálogo en el que aseguran que cada sonido pueden evocar en quien las escuche, las sensaciones que causarían el crack, heroína, LSD, mariguana, opio, peyote y cocaína.

Los audios –que duran entre 30 y 45 minutos– tienen precios variables desde los 2.75 dólares, en el caso de la heroína, hasta los 199 dólares para el audio titulado “Mano de dios”.

“I-Doser (uno de los sitios que ofrecen los sonidos) es el uso de tonos auditivos en un intento de alterar la conciencia de manera que crea un estado de ánimo simulado o experiencias como para imitar las drogas recreativas”, se explica en la página.

Rogelio Bustamante, investigador en ingeniería mecatrónica y catedrático del Tec de Monterrey, explica que la materia prima de estos audios son los tonos binaurales.

“Se introduce una frecuencia en un oído y otra frecuencia en el otro oído, y al entrar éstas al cerebro se genera una diferencia de frecuencias que va a incidir en diferentes bandas (ondas cerebrales) ya sea en el banda beta, en la alfa, en la delta o la theta”, detalla.

“Drogas auditivas” como mariguana y LSD se encuentran también disponibles en YouTube, aunque no se trata de los mismos audios que están a la venta.

Usuarios que han subido audios a la red ofrecen comentarios encontrados que van desde que “sí funcionan” hasta que sólo se sintieron “desorientados o aturdidos”.

Eduardo Calixto, jefe del Laboratorio de Neurobiología del Instituto Nacional de Psiquiatría, detalla que las ondas binaurales pueden generar la sensación de placer, pero no significa que estos audios causen las mismas sensaciones que las drogas reales.

“No es que nos dé la sensación de estar fumando mariguana o estar metiéndonos cocaína, sin embargo, la liberación de dopamina sí se logra”, apunta.

Aclara que la liberación de dopamina se puede lograr simplemente con escuchar la música que nos gusta.

“Si entra una frecuencia de éstas que bajas por Internet y alcanza una frecuencia similar a la de la música que te gusta, tu hipocampo se engaña y empieza a liberarse dopamina, como si estuvieras escuchando tu música preferida”, señala el experto en neurofisiología y en los procesos y trastornos del cerebro.

Más allá de si las llamadas drogas auditivas realmente pueden generar dependencia, Calixto señala que el riesgo de que los jóvenes escuchen estos audios repetidamente es una afectación al tímpano.

“El oído de los jóvenes alcanza estímulos auditivos que el oído de un varón de 30 o 40 años ya no escucha, ellos alcanzan a escuchar tonos muy amplios, esto quiere decir que puede lesionarse la membrana timpánica, lesionar la vía auditiva”, advierte.

El hecho de que un adolescente compre estos audios por Internet, agrega, puede instalarle la curiosidad de escalar a otras posibilidades como el consumo de alcohol o drogas duras.

‘Te relaja y te duele la cabeza’

Usuarios de esta nueva moda dan su testimonio al experimentar con las llamadas ‘nuevas drogas’

‘Te relaja y te duele la cabeza’

Tres adolescentes que pertenecen al grupo de Facebook “Adictos a las drogas auditivas” aseguran que han escuchado los audios que ofrecen generar sensaciones similares a las de los estupefacientes y que les causaron efectos como relajación, aturdimiento y ligeros dolores de cabeza, pero todos perdieron el interés en poco tiempo.

En conversaciones a través de Facebook, relatan su experiencia con las drogas auditivas.

Eduardo asegura que no todos los audios que se pueden bajar de I-Doser causan efectos y dice que, en su caso, fueron los de alcohol y mariguana los que le provocaron ciertas sensaciones.

“Pues te relajas y al momento en que acaba la sesión, abres los ojos y sientes que todo se mueve, pero sólo dura por un momento”, describe.

Dice que para escuchar los audios, que duran en promedio media hora, se necesitan algunas condiciones específicas.

“Pues más que nada con audífonos y debes estar en un ambiente tranquilo o con luz apagada o con los ojos tapados”, señala.

Aunque dice que los escuchó varias veces, Eduardo asegura que ya no lo hace y considera muy poco probable que alguien pueda volverse adicto.

Luis Ángel, por otro lado, cuenta que uno de sus amigos le pasó el programa (I-Doser) y algunos audios que prometían producir los efectos de ciertas drogas, aunque en realidad

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