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EFECTOS DEL EJERCICIO, LOS FÁRMACOS Y LAS DROGAS EN LA INTELIGENCIA

castrocsar26 de Julio de 2013

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EFECTOS DEL EJERCICIO, LOS FÁRMACOS Y LAS DROGAS EN LA INTELIGENCIA

¿El ejercicio estimula el desarrollo del cerebro, y por ende el de la inteligencia?

El ejercicio estimula el desarrollo de los músculos, así como el buen funcionamiento de los aparatos y sistemas del organismo, incluido el cerebro, este último recibe numerosas ventajas, como: Una adecuada oxigenación y un mejor flujo sanguíneo, lo que se a su vez genera un estado físico y psicológico que permite, facilita y estimula el desarrollo de la inteligencia.

Se entiende por ejercicio: "El conjunto de movimientos musculares que se efectúan para obtener cierto grado de desarrollo físico", su estudio se ha convertido en una ciencia compleja que no se centra únicamente en el desarrollo muscular sino que también incluye conocimientos en materia de nutrición, psicología, biomecánica y otras disciplinas.

El ejercicio mejora los sistemas: Respiratorios, musculares, cardiovasculares, nervioso, óseo y linfático, como consecuencia aumenta la capacidad vital de los pulmones y la ventilación, lo que hace que se eleve el nivel de oxigeno en la sangre y disminuya los gases nocivos por ser mayor el ritmo cardiovascular, con el ejercicio el corazón bombea sangre a un ritmo de un 25% más cada minuto, lo que aumentan las cantidades de nutrimentos y oxigeno que fluyen al cerebro, cuando el ejercicio se realiza con constancia se incrementa el número de vasos capilares lo que a su vez ayuda a que llegue una mayor cantidad de nutrientes al núcleo del sistema nervioso.

Los músculos aumentan de tamaño y adquieren mayor flexibilidad, esto permite una mejor circulación sanguínea y arterias más sanas y elásticas, así mismo se controlan los niveles de grasa y colesterol de las arterias con lo que disminuye el riesgo de trombosis, por otro parte el ejercicio es un excelente catártico, ayuda a reducir el estrés cotidiano traduciéndose esto en una mejor actitud, mayor resistencia a la fatiga y mayor capacidad de descanso al dormir.

El ejercicio también estimula la producción de algunos neurotransmisores como la serotonina, la concepción actual del ejercicio incluye la adopción de una dieta adecuada que permite practicarlo eficazmente.

Al iniciar un programa de ejercicio, es necesario tener en cuenta factores como la edad, el sexo, el peso y las actividades que acostumbra a realizar la persona, a cada edad y a cada condición física corresponden ejercicios diferentes.

En los niños, es adecuado una serie de ejercicios físicos que tienen una doble finalidad, el desarrollo del pequeño y la detección de problemas, durante la infancia es recomendable practicar: La gimnasia, la carrera de distancias cortas, los juegos al aire libre y aquellos que ayudan a desarrollar la coordinación psicomotriz, así como los deportes en equipo.

Durante la adolescencia se recomienda cualquier tipo de deporte o juego, especialmente el que favorece el desarrollo muscular y la capacidad cardio-respiratoria, p.e., la carrera de distancia media o larga entre otros.

Al terminar la adolescencia, y hasta los 35 años aproximadamente, se vive la etapa de mayor capacidad psicofísica y es recomendable la práctica constante de un deporte.

Durante la madurez se recomienda a quienes hayan practicado un determinado deporte, que lo sigan haciendo, y aquellas personas que se inician durante esta etapa y empiecen de manera gradual, lo más apropiado son las caminatas, el yoga y la gimnasia.

Durante la 3º edad conviene tener un buen nivel de actividad física, la gimnasia, los paseos al aire libre y la práctica de golf o de la natación pueden ser convenientes para la persona de esta edad.

El ejercicio es también un importante auxiliar en la rehabilitación de personas que han sido intervenidas quirúrgicamente, el tratamiento postoperatorio de la mayoría de las operaciones incluyen una serie de ejercicios que aceleran la curación del paciente, cualquier ejercicio o deporte debe realizarse de manera adecuada, conviene consultarse al médico acerca de las mejores opciones según las condiciones físicas, a la persona también se la recomienda seguir una dieta rica y equilibrada, no excederse en la práctica de los ejercicios y en los deportes que se escojan.

¿Pueden algunos medicamentos inhibir las facultades mentales?

Sí, si existen medicamentos que pueden inhibir las facultades mentales, sobre todo los que se emplean en el tratamiento de trastornos mentales, como la depresión, la ansiedad o la esquizofrenia, por esta razón si no se emplean correctamente y bajo vigilancia médica pueden causar trastornos irreversibles, una vez en el cerebro, estos fármacos pueden actuar en 2 niveles, en la sinapsis, la unión entre dos células nerviosas o neuronas, o en los neurotransmisores, cuando afectan a la sinapsis se puede inhibir o excitar la recepción de los neurotransmisores, así como reducir su producción.

Los neurotransmisores son las sustancias encargadas de llevar el impulso de una neurona a través de la sinapsis, la alteración que se produce en el cerebro está determinada por el tipo de trastorno mental, la función de los fármacos es nivelar la producción, recepción y acción de los neurotransmisores para que el cerebro funcione lo más adecuadamente posible.

Este tipo de fármaco se clasifica de la siguiente manera:

1º.- sedantes

Entre estos destacan: los hipnóticos y los narcóticos, al ingerirlos producen un efecto general de sedación.

2º.- Tranquilizantes

Se dividen en mayores y menores, los primeros se utilizan en pacientes agitados o ansiosos, entre sus efectos están: Control de las crisis psicomotoras, las alucinaciones y los delirios, los menores actúan como ansiolíticos, es decir como medicamentos ante la ansiedad, ejemplo de ellos son: El valium, cuyo nombre genérico es diacepan, el cual inhibe la recepción de los neurotransmisores que intervienen en la ansiedad.

3º.- Antidepresivos

En general estos fármacos levantan el estado de animo, mitigan la depresión y reducen la apatía, en esta categoría existen 2 clases los inhibidores de la mono-amino-oxidaxa (imao) y los pricíclicos, ejemplo de estos últimos es la imipramina.

4º.- Psicoestimulanmtes

Estos ayudan a recuperar la atención, la concentración y otras funciones afectadas por los trastornos mentales.

Los medicamentos mencionados anteriormente pueden causar adicción al paciente si este no está bajo control médico, muchas personas a quienes se les prescriben cualquiera de estos fármacos dejan de tomarlos cuando los síntomas desaparecen, lo que hace que estos regresen en ocasiones con mayor intensidad, a tales pacientes con regularidad se les administra una dosis diferente o se les cambia el medicamento.

Estos fármacos no deben mezclarse con alcohol, pues producen reacciones diferentes de las previstas, el alcohol puede aumentar de forma descontrolada los efectos del fármaco, o hacer que los en síntomas para el que este fue recetado se tornen más notorios y peligrosos para el paciente, así mismo el mal uso de estos medicamentos pueden inhibir las facultades mentales, es muy importante que la persona que los ingiera lo hagan tomando sólo la dosis recomendada por su medico.

¿Al ingerir alcohol, dañamos nuestra capacidad intelectual?

El alcohol en cantidades más allá de las toleradas por el organismo, dañan entre otras cosas la capacidad intelectual, principalmente la memoria.

El alcohol es un depresor del sistema nervioso central, esto puede parecer ilógico si vemos que sus efectos iniciales en el individuo son la locuacidad, la agresividad, una actividad excesiva y el aumento de la excitabilidad eléctrica de la corteza cerebral, estos efectos obedecen a la inhibición de determinadas estructuras sub-corticales que modulan la actividad cortical del cerebro, sin embargo, a medida que aumenta la ingestión de alcohol se extiende la acción depresora hasta comprometer a las neuronas corticales cerebrales, haciendo que la persona se torne pasiva, toda forma de actividad motora resulta afectada negativamente, los movimientos de la persona no sólo se vuelven más lentos sino también más imprecisos, además, disminuye la eficacia de la función mental con interferencias en el proceso de aprendizaje que resulta más lento e ineficaz, la facultad para formar asociaciones ya sea de palabras o de números tiende a dificultarse y se reduce la capacidad de atención y de concentración, finalmente se deterioran las facultades de juicio y de discriminación, y en general la capacidad de pensar y razonar con claridad.

Puede detectarse la presencia de alcohol en la sangre trascurrido 5 minutos, y alcanza su máxima concentración en un lapsus de 30 a 90 minutos, la ingestión de leche y alimentos grasos dificulta su absorción, mientras que el agua la facilita.

Los efectos neuro-psicológicos del alcohol se han agrupado en 4 conjuntos de trastornos:

1º.- Intoxicación alcohólica, que incluye la embriaguez como excitación y lagunas amnésicas.

2º.- Síndrome de abstinencia o privación, que comprende lo que popularmente se conoce como resaca, temblores, alucinaciones, ataques de diversa intensidad, delirium tremens.

3º.- Enfermedades nutricionales del sistema nervioso secundarias al alcoholismo, entre las que se encuentran el síndrome de Wernicke-Korsakoff, la poli-neuropatía óptica y la pelagra.

4º.-

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