Educacion
tumama1235421 de Abril de 2015
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Toda cultura tiene una zona metacultural que le permite (hasta cierto punto) verse desde afuera, compararse con otras, criticarse y criticarlas. Esta zona (tal vez aparecida en la especie humana después del lenguaje y antes que la escritura) no es un conjunto de contenidos universales (o dignos de ser universales) sino una capacidad universal, como el lenguaje, que rebasa las lenguas particulares Toda cultura tiene una zona metacultural que le permite (hasta cierto punto) verse desde afuera, compararse con otras, criticarse y criticarlas. Esta zona (tal vez aparecida en la especie humana después del lenguaje y antes que la escritura) no es un conjunto de contenidos universales (o dignos de ser universales) sino una capacidad universal, como el lenguaje, que rebasa las lenguas particulares Toda cultura tiene una zona metacultural que le permite (hasta cierto punto) verse desde afuera, compararse con otras, criticarse y criticarlas. Esta zona (tal vez aparecida en la especie humana después del lenguaje y antes que la escritura) no es un conjunto de contenidos universales (o dignos de ser universales) sino una capacidad universal, como el lenguaje, que rebasa las lenguas particulares Toda cultura tiene una zona metacultural que le permite (hasta cierto punto) verse desde afuera, compararse con otras, criticarse y criticarlas. Esta zona (tal vez aparecida en la especie humana después del lenguaje y antes que la escritura) no es un conjunto de contenidos universales (o dignos de ser universales) sino una capacidad universal, como el lenguaje, que rebasa las lenguas particulares Toda cultura tiene una zona metacultural que le permite (hasta cierto punto) verse desde afuera, compararse con otras, criticarse y criticarlas. Esta zona (tal vez aparecida en la especie humana después del lenguaje y antes que la escritura) no es un conjunto de contenidos universales (o dignos de ser universales) sino una capacidad universal, como el lenguaje, que rebasa las lenguas particulares Toda cultura tiene una zona metacultural que le permite (hasta cierto punto) verse desde afuera, compararse con otras, criticarse y criticarlas. Esta zona (tal vez aparecida en la especie humana después del lenguaje y antes que la escritura) no es un conjunto de contenidos universales (o dignos de ser universales) sino una capacidad universal, como el lenguaje, que rebasa las lenguas particulares Toda cultura tiene una zona metacultural que le permite (hasta cierto punto) verse desde afuera, compararse con otras, criticarse y criticarlas. Esta zona (tal vez aparecida en la especie humana después del lenguaje y antes que la escritura) no es un conjunto de contenidos universales (o dignos de ser universales) sino una capacidad universal, como el lenguaje, que rebasa las lenguas particulares Toda cultura tiene una zona metacultural que le permite (hasta cierto punto) verse desde afuera, compararse con otras, criticarse y criticarlas. Esta zona (tal vez aparecida en la especie humana después del lenguaje y antes que la escritura) no es un conjunto de contenidos universales (o dignos de ser universales) sino una capacidad universal, como el lenguaje, que rebasa las lenguas particulares Toda cultura tiene una zona metacultural que le permite (hasta cierto punto) verse desde afuera, compararse con otras, criticarse y criticarlas. Esta zona (tal vez aparecida en la especie humana después del lenguaje y antes que la escritura) no es un conjunto de contenidos universales (o dignos de ser universales) sino una capacidad universal, como el lenguaje, que rebasa las lenguas particulares Toda cultura tiene una zona metacultural que le permite (hasta cierto punto) verse desde afuera, compararse con otras, criticarse y criticarlas. Esta zona (tal vez aparecida en la especie humana después del lenguaje y antes que la escritura) no es un conjunto de contenidos universales (o dignos de ser universales) sino una capacidad universal, como el lenguaje, que rebasa las lenguas
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