Educación Ambiental
Ruben3507 de Febrero de 2015
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1.-INTRODUCCIÓN
En momentos como el actual, donde se requieren cambios a nivel global con acciones urgentes y puntuales a todos los niveles, es necesario capacitar a las comunidades a través de la Educación Ambiental para fomentar su participación, propiciando y diseñando estrategias propias de crecimiento que permitan mitigar los efectos nocivos de los problemas ambientales que las aquejan, a la vez que se fomente un verdadero desarrollo local.
Los problemas ambientales presentes en las comunidades sólo pueden ser afrontados y mitigados desde la gestión ambiental, pero esta gestión no es posible sin el conocimiento del sistema ambiental local, sus sinergias, limitaciones, potencialidades…Este conocimiento debe estar presente en los gestores a nivel de políticas públicas, pero también es necesario que los diversos actores comunitarios sean capacitados en participación ciudadana, marco teórico ambiental, estrategias y metodologías de abordaje de lo ambiental para que de ese modo, estos actores sean partícipes activos en el diseño de sus escenarios futuros, orientándolos hacia un verdadero crecimiento, que permita a esas comunidades desarrollarse de modo sustentable.
2.- EDUCACIÓN AMBIENTAL Y PARTICIPACIÓN
Si capacitamos a quienes están en puestos de gestión desde los ámbitos de gobierno, pero también lo hacemos con el resto de los actores sociales locales, podremos propiciar espacios de intercambio y aportes, donde se sustente un verdadero diálogo de saberes entre las diferentes miradas de los diversos actores comunitarios, lo cual propiciará el abordaje complejo de su realidad y problemáticas, encontrando múltiples posibilidades para proponer acciones tendientes a su mitigación.
Si bien este modo de gestión es fundamental para ir caminando como sociedades en pos de solucionar los diversos problemas presentes en nuestros ámbitos, lo más interesante es que de esta manera se atiende al fortalecimiento de las redes y acciones participativas, lo cual permite además, diseñar los futuros alternativos, que no sólo tiendan a solucionar las problemáticas, sino a dejar de generarlas.
Uno de los puntos clave para la participación ciudadana a nivel local, lo constituye el fomentar el sentido de pertenencia como agente activo que puede aportar de modo puntual, con acciones concretas, con cronogramas pautados, al abordaje de la realidad problemática a nivel local.
De este modo, cada persona involucrada en la capacitación, siente que desde su lugar de acción puede sumar a través de su conocimiento a revertir esa realidad conflictiva. Para ello se debe dar un intenso trabajo fomentando el fortalecimiento de los espacios participativos existentes en la comunidad y desarrollando nuevos ámbitos de participación. Desde esos espacios se debe trabajar relacionando el problema con lo local y los modos de abordaje desde el propio accionar en el territorio.
Algunos de los problemas ambientales globales resultan más complejos para establecer esa relación con lo local, entre ellos se destaca el del Cambio Climático, dado que las comunidades lo perciben como un problema que debe ser abordado desde los ámbitos de gobierno, y que está a cargo sólo de jefes de Estado, donde las comunidades locales sienten que no tienen ingerencia ni participación relevante en su generación y menos aún en su solución.
Se convierte entonces, en el primer desafío a enfrentar: el sentirse parte en el abordaje del problema, el saberse valioso por el aporte que se puede brindar, desde la perspectiva personal, pero que además, si eso se realiza en conjunto con otros actores locales, en un diálogo franco y de respeto, se puede potenciar ese aporte, enriqueciéndose con las propuestas de otros.
Estos modos de abordar lo participativo se encuentra presente en los marcos teóricos propiciados desde diversos autores (Eloísa Tréllez Solís, Felipe Ángel, Enrique Leff, Augusto Ángel Maya, Antonio Caride Gómez, Patricia Noguera, Francisco Gutierrez Pérez, entre otros)
Esta formación desde la Educación Ambiental hace eje en puntos clave: la ética, la pertenencia de lo humano a la Madre Tierra, la relación armoniosa Sociedad-Naturaleza, la complejidad sistémica, la justicia y solidaridad social, la relación de paz y respeto con los otros humanos, entre otros.
La formación ambiental debe ser convocante, debe estar abierta a todos los actores sociales locales, cualquiera sea su labor, su disciplina de trabajo, su conocimiento, su ámbito de pertenencia, su nivel social, su educación, etc. De ese modo, se aporta a fortalecer esos saberes, encauzándolos desde la mirada ambiental.
Cuando el saber propio se fortalece por ser reconocido y respetado, cuando establece el diálogo con otros saberes, cuando se incorpora la mirada de la realidad desde la complejidad, y se aprecia la relación dinámica entre los diversos elementos del sistema; el saber propio se expande, y aporta a sumar una nueva mirada de su realidad para sumar nuevas propuestas de crecimiento desde lo local, desde lo propio, reconociendo tanto sus limitaciones como sus potencialidades.
Es necesario trabajar un sólido marco conceptual respecto a qué es el ambiente, como se encuentra conformado, cual es el sitio que ocupa lo humano en este sistema de relaciones, las actitudes y modos de conducirnos como sociedad, las causas profundas de los problemas ambientales, la injusticia social que generan, entre otras cuestiones básicas, para comprender entonces de que trata lo ambiental, que se busca con la incorporación de ese pensamiento, de esa mirada. A través de ese abordaje conceptual se logran comprender los cambios que se presentan como necesarios y urgentes, el modo de realizarlos, con quienes, de que maneras, con cuales estrategias y metodologías, a través de que actividades, por medio de cuales saberes.
Cuando se comprende que cada uno esta involucrado .-con diferente nivel de responsabilidad- tanto en la generación como en la solución de los problemas ambientales, es cuando se genera una necesidad de participación activa en las personas, que buscan aportar aquello que conocen. En ese punto es interesante entonces, incorporar un sólido marco conceptual ambiental, para que esa participación comunitaria tenga sustento desde lo teórico, permita participar con aportes importantes para su comunidad.
A ese estadio de cosas es que se debe llegar a través de la formación ambiental comunitaria.
La participación se presenta como la herramienta más fuerte que podemos trabajar en el ámbito comunitario. Los problemas ambientales tienen una contundencia que no permiten la inacción, ni las iniciativas individuales. Como sociedades tenemos mucho por hacer, y hay que hacerlo ya, con la mayor participación de ciudadanos posible, con intercambio de experiencias para fortalecernos mutuamente, para actuar ante la urgencia de la hora.
En general no se insiste lo suficiente en cuanto a la necesidad de tener una continuidad en la formación ambiental a nivel local. “La Educación Ambiental debería constituir una educación permanente general que reaccionara a los cambios que se producen en un mundo en rápida evolución” (Declaración de Tbilisi, 1977). “La Educación Ambiental se debe tomar fundamentalmente como aquel proceso en el cual se prepara a la persona mediante la comprensión de los principales problemas de la sociedad actual, esencialmente de aquellos que le son cercanos por ubicación geográfica ó por sentido de pertenencia. La Educación de carácter ambiental debe proporcionar no sólo los conocimientos técnicos y las cualidades necesarias para que cada uno ejerza sus funciones acordes con la protección ambiental, sino que además debe clarificar las cuestiones éticas que involucran las diferentes acciones que se realizan. La educación Ambiental debe estar orientada a la comunidad, involucrando a los individuos en un proceso activo para resolver los problemas en el contexto de sus realidades específicas, fomentando la participación y la iniciativa para superar las dificultades que los afectan, pero esencialmente para evitar crear nuevas situaciones de conflicto” .
3.- ACCIONES DE MITIGACIÓN DEL CAMBIO CLIMÁTICO A TRAVÉS DE LA PARTICIPACIÓN COMUNITARIA
La formación en Educación Ambiental para el abordaje del Cambio Climático (CC)a nivel local debiera ser una política pública en todos los países, pero hasta el momento no lo es, y por ello se presenta de modo urgente la necesidad de la participación de la comunidad informada y organizada para ir cubriendo esa brecha hasta que finalmente los gobiernos comprendan que cuidar el ambiente no significa propiciar la detención de las actividades económicas que cada país realiza, sino llevarlas adelante desde la mirada ambiental. El objetivo del cuidado ambiental a través de la formación de las comunidades locales, es gestionar ambientalmente esos territorios, y no detener su crecimiento, aunque si tal vez su “desarrollo” si esto implica creer que solo se puede desarrollar destruyendo parte de lo existente en el ámbito local.
Entre las cuestiones contempladas a nivel internacional respecto al CC, se trabaja esencialmente en adaptación y mitigación de este problema ambiental. Lo relacionado a la adaptación, tiene que ver con medidas que atienden a trabajar sobre los efectos causados por el CC, en cambio con la mitigación se busca disminuir las causas que lo generan. Desde la Educación Ambiental, deberíamos trabajar en ambos sentidos, dado que son abordajes complementarios.
En el presente trabajo, se analizan puntos relacionados con la mitigación, ya que en sus actividades tienden a estar más involucrados los actores sociales de toda la comunidad.
A través de diferentes
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