El Aborto
Mrnacho9011 de Octubre de 2014
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Aborto por razones no médicas: una
perspectiva cristiano-protestante.
Ensayo de crítica.
Raúl Collado Hung1
I.- PARTE
1.- Introducción:
Desde tiempos inmemoriales en la historia de la humanidad el aborto ha sido
practicado por casi todos los pueblos. Cada cultura ha tenido que preocuparse de dar
respuestas, según la normativa moral y valórica de su tiempo, a este dilema (3). Cabe
destacar que en la antigüedad clásica tanto el aborto como el infanticidio eran
practicados con frecuencia. En un papiro del año 1 a.C., un tal Hilarión escribe a su
esposa Alis un consejo espantoso: “Si pares un varón lo dejas, y si es hembra la
expones”. Ya en la era cristiana, el historiador Tácito se asombraba de que las mujeres
judías y cristianas se resistieran a abortar en un contexto sociocultural donde esta
práctica era habitual. En una obra llamada Gynecia, de principios del siglo II, escrita
por el famoso médico Sorano de Éfeso, es donde tal vez mejor se haya descrito el
aborto, sus indicaciones y los medios para procurarlo. En la Carta a Helvia, Séneca
alaba a su madre por no haber querido abortar. (5)
Actualmente este dilema se ha enfocado más en el descubrimiento de anomalías
genéticas en el embrión/feto humano (“aborto eugenésico”); en discutir acerca de la
validez moral de este acto frente a situaciones de violaciones, incesto (“aborto
criminológico, humanitario o ético”); cuando el conceptus no se acepta por motivos
1 Interno de Medina. Universidad de Chile. Escuela de Medicina Campus Sur. E-mail
rcolladoh@gmail.com
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psíquicos de la madre, económicos, hacinamiento, muchos hijos, madres solteras;
cuando es un embarazo producto de relaciones extramaritales, etc. (“aborto
psicosocial”) y no tanto en establecer si es lícito o no en caso de prescripción médica
para salvar la vida de la madre (“aborto terapéutico”). Frente a esta sociedad abortista
actual, ¿habrá perdido el vientre materno su característica por antonomasia de ser un
lugar acogedor y protector de la vida humana en sus primeros estadios? ¿Estaremos
convirtiéndolo en uno de los sitios más inseguros para el buen desarrollo de la especie
humana? ¿No será que la realidad “homicida” del aborto la estamos camuflando con
pinceladas postmodernistas (progresismo jurídico, “libertad” [¿o liberalidad?] en la
toma de decisiones, una sociedad “de avanzada”) transformando el hecho fáctico y
crudo del aborto en una trivialidad sin la menor responsabilidad moral? Por otro lado,
está el hecho no menos preocupante de que bajo el pretexto de la “libertad de elección”,
que se atribuye a la persona, se enmascaran otros agentes. Existen enormes presiones
sociales y políticas que impiden el mismo ejercicio de la libertad. Hay intereses
económicos inconfesables y grandes sumas de dinero con las que organizaciones
internacionales imponen criterios a gobiernos del tercer mundo. Hay toda una
conspiración del silencio que impide la difusión de criterios que pudieran ayudar a las
personas a reflexionar ante el avance de la “cultura de la muerte”. (5)
El aborto es hoy un inmenso problema social y político. Como ocurrió tiempo
atrás con la esclavitud. En el aborto los intereses económicos dificultan e impiden la
articulación de un juicio ético humanista y responsable. (5)
En esta sociedad se puede vislumbrar a todas luces una cierta paradoja: por un lado se
lucha contra la tortura y la pena de muerte, pero al mismo tiempo se amplían las
libertades de acción de estos hechos tan crueles para aplicarlas a una criatura tan
indefensa como lo es el producto de la concepción humana. La tendencia de la
imposición de los más fuertes sobre los más débiles no es un hecho nuevo en la historia
de la humanidad, estos dos grupos no siempre llevan los mismos nombres. En palabras
de F. Elizari: ¿no es la vida no nacida una de las más frágiles y amenazadas que nos
pide un especial testimonio a favor de ella? (4)
El hecho es que este asunto nos afecta a todos, simplemente porque somos seres
humanos. Es que el aborto es una grave disyuntiva que remueve los valores
fundamentales del hombre, es algo indeseable que aunque en ocasiones se presente con
tonalidades liberadoras, en el fondo lleva casi siempre una carga amarga de angustia,
opresión, injusticia y soledad. (3)
2.- La realidad nacional y algunas cifras
En Chile (6) está prohibido el aborto desde todo punto de vista2. Aunque es
ilegal, el número de interrupciones del embarazo que se realizan en nuestro país supera
largamente al de países donde esta práctica es permitida.
Según A. Faúndez, coordinador del Comité de Derechos Sexuales y
Reproductivos de la Federación Internacional de Ginecólogos y Obstetras, en Chile se
producen cerca de 40.000 abortos ilegales, siendo nuestro país el que tiene la mayor tasa
de abortos al año en toda Latinoamérica, aunque también tenemos la menor tasa de
2 Las leyes contra el aborto se encuentran en el Código Penal, Artículos 342 A y 245, bajo el título de
“Crímenes y Delitos contra el Orden Familiar y la Moralidad Pública”.
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muerte materna por esta práctica. El estudio indica que en Chile la tasa de abortos es de
50 por cada mil mujeres en edad fértil, lo cual es muy superior a los de Alemania,
Bélgica y Holanda, países donde esta práctica es legal y en los que las tasas de aborto
son menores a 10 por cada mil mujeres. La cifra se acerca más a las de Rusia, Rumania
y Vietnam (60 y 70 abortos por cada mil mujeres) países que poseen las mayores tasas a
nivel mundial. En Colombia y Brasil, donde la interrupción del embarazo se produce
con restricciones (como en casos de violación o por razones terapéuticas), la cifra llega
a 30 y 40 por cada mil mujeres, respectivamente. Cabe destacar la llamada "cifra negra"
de abortos se eleva a los 160.000, según expertos en materia reproductiva. Las
estadísticas oficiales reflejan sólo los registros de mujeres que son arrestadas por
practicar el aborto, las que mueren tras un aborto clandestino y las que acuden a
hospitales producto de una complicación.
3.- Definiciones y tipos de aborto
Antes de entrar de lleno a la discusión ética me parece necesario hacer algunas
aclaraciones semánticas y conceptuales con respecto al término aborto y a sus distintos
tipos hallados en la literatura bioética y científica.
Embriológicamente el aborto se define como la interrupción espontánea o
intencionada del embarazo antes de que el embrión o feto sea viable ex utero (7) (26-28
semanas de gestación3). Pero inmediatamente nos podemos dar cuenta del problema:
¿puede el criterio de viabilidad ser el determinante de la ocurrencia de aborto quitándole
importancia moral a este acto durante los primeros meses del embarazo? Al hablar de
feto viable o no viable podríamos estar otorgando un menor valor óntico al feto no
viable, no haríamos justicia con la realidad fetal ni con su progresivo desarrollo. Es que
el hecho de ser viable no le otorga mayor dignidad en cuanto ser humano, como si tal
condición gestacional lo hiciera candidato a un status embriológico superior. Por este
motivo he procurado considerar una definición más real y objetiva que ha sido
propuesta por Blázquez: “el aborto es la muerte del feto humano antes de nacer,
provocada directa y deliberadamente en cualquiera de los momentos biológicos del
proceso de gestación a partir del momento preciso de la concepción, sea vaciando
expresamente la matriz, sea impidiendo la nidación natural del óvulo fecundado por el
espermatozoide masculino” (Blázquez 1996: 473). (3)
La clasificación del aborto se hace en función de la causa que lo produce. Por lo
tanto el aborto espontáneo o natural es aquel que ocurre por mal estado del embrión sin
la intervención humana. Este tipo de aborto es una forma natural de contribuir a la
selección de los individuos más sanos. Por otro lado está el aborto provocado, que es
aquel en donde interviene el ser humano en forma consiente con el claro objetivo de
acabar con la vida del embrión/feto humano. Se reconocen cuatro tipos de aborto
provocado, según sus causas o motivaciones. (3)
3 En clínica se establece un límite operacional de 22 semanas de gestación (OMS) para discriminar entre
aborto y parto prematuro. Cabe mencionar que a esta edad gestacional el feto no es viable ex utero y la
supervivencia está dada derechamente por gestos terapéuticos, fundamentalmente los grandes avances y
nuevas tecnologías en medicina materno-fetal y soporte neonatológico de estas últimas décadas. Entonces
ya nos topamos con la primera dificultad: una brecha entre la viabilidad fetal natural (sin ayuda de
elementos externos)
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