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El Dengue: Síntomas, Diagnóstico Y Medidas De Protección Contra Los Mosquitos Que Lo Transmiten.


Enviado por   •  18 de Abril de 2013  •  2.492 Palabras (10 Páginas)  •  921 Visitas

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El dengue: Síntomas, Diagnóstico y Medidas de protección contra los mosquitos que lo transmiten.

La fiebre del dengue y dengue hemorrágico (DH) son enfermedades febriles agudas, transmisibles en los trópicos, en África y en Sudamérica, aunque en estos últimos tiempos se esta dando en Europa y Norteamérica. Causadas por cuatro virus (DEN-1, DEN-2, DEN-3 ó DEN-4) estrechamente relacionados con los serotipos del género Flavivirus, de la familia Flaviviridae.[1] También conocida como fiebre rompe-huesos o quebrantahuesos (la quebradora en Nicaragua y otros países centroamericanos) —caracterizada por fiebre y dolor intenso en las articulaciones y músculos, inflamación de los ganglios linfáticos y erupción ocasional de la piel—, posee una extensión geográfica similar a la de la malaria, pero a diferencia de ésta, el dengue se encuentra a menudo en zonas urbanas de los países tropicales, incluyendo Singapur, Taiwán, Indonesia, India, Brasil, Venezuela, Paraguay, noreste de Argentina y Bolivia entre otros. Cada serotipo es bastante diferente, por lo que no existe protección y las epidemias causadas por múltiples serotipos pueden ocurrir. El dengue se transmite a los humanos por el mosquito Aedes aegypti, el cual es el principal vector de la enfermedad en el hemisferio occidental, aunque también es transmitido por el Aedes albopictus, no siendo posible el contagio directo de una persona a otra

Síntomas

Esta enfermedad infecciosa se manifiesta por un inicio repentino de fiebre —que puede durar de 3 a 5 días, aunque rara vez persiste por más de una semana—, dolores de cabeza, musculares y en las articulaciones (artralgias y mialgias, dolores por los que el dengue es conocido como la quebradora, fiebre rompe-huesos, fiebre quebrantahuesos o enfermedad rompe-huesos) y erupciones en la piel. El dengue se caracteriza por erupción de color rojo brillante llamada petequia —suele aparecer, en primer lugar, en las extremidades inferiores y el tórax de los pacientes, de donde se extiende para abarcar la mayor parte del cuerpo. También puede presentarse gastritis con una combinación de dolor abdominal, y en casos presenta estreñimiento, pudiendo llegar a complicaciones renales, hepáticas o edema de bazo, náusea con sensación de sabor amargo y percepción distorsionada del sabor de los alimentos, vómitos y diarrea y en algunos casos se da el sangrado de nariz o encías.

Algunos casos desarrollan síntomas mucho más leves que pueden, cuando no se presente la erupción, ser diagnosticados como gripe u otras infecciones virales. Así, los turistas de las zonas tropicales pueden transmitir el dengue en sus países de origen, al no haber sido correctamente diagnosticados en el apogeo de su enfermedad. Los pacientes con dengue pueden transmitir la infección sólo a través de mosquitos o productos derivados de la sangre y sólo mientras se encuentren todavía febriles.

El dengue clásico dura alrededor de 6 a 7 días, con un pequeño síntoma de fiebre en el momento del final de la enfermedad (el llamado "patrón bifásico" . Clínicamente, la recuperación suele acompañarse de fatiga, linfadenopatía y leucopenia con linfocitosis relativa. El recuento de plaquetas bajará hasta que la temperatura del paciente sea normal. En algunos casos, se observan trombocitopenia (menos de 100.000 plaquetas por mm3) e incremento de las aminotransferasas.

Los casos de dengue hemorrágico muestran mayor fiebre acompañada de fenómenos hemorrágicos, trombocitopenia y hemoconcentración. En una pequeña proporción de casos se experimenta el síndrome de shock por dengue (SSD) que tiene una alta tasa de mortalidad.

Diagnóstico

El diagnóstico de dengue, por lo general, se realiza clínicamente. La característica clásica es fiebre alta sin indicio alguno de infección previa, así como una erupción con petequias, relativamente leucopenia y trombocitopenia. Existen también diversas pruebas en sangre para determinar si el paciente es portador del virus o presenta los anticuerpos generados por él.

La definición de la OMS de la fiebre hemorrágica de dengue ha estado en uso desde 1975. Los cuatro criterios necesarios para diagnosticar la enfermedad son:[3]

Fiebre

Tendencia hemorrágica (prueba de torniquete positiva, hematomas espontáneas, sangrado de las mucosas, encías, el lugar de la inyección, etc; vómitos de sangre o diarrea sanguinolenta) y trombocitopenia (menos de 100.000 plaquetas por mm3 o también estimado como menos de 3 plaquetas por cada campo de alta resolución en la observación microscópica).

Prueba de fugas de plasma (hematocrito más de 20% superior a lo previsto o caída de hematocrito del 20%, o más, del valor inicial, después de la infusión de líquidos por vía endovenosa, debido a derrame pleural, ascitis e hipoproteinemia).

Síndrome de shock por dengue (SSD), que se define como el dengue hemorrágico, más:

Débil pulso acelerado,

Reducción de la presión del pulso (menos de 20 mm Hg) o,

Frío, piel húmeda y agitación.

Como estudios complementarios, la serología y la RCP (Reacción en cadena de la polimerasa) suelen ser usados para confirmar el diagnóstico del dengue.

Tratamiento

No hay un medicamento específico para tratar la infección del dengue. La base del tratamiento para esta enfermedad es la terapia de apoyo. El aumento de la ingesta de líquidos orales se recomienda para prevenir la deshidratación. Para aliviar el dolor y la fiebre es muy importante evitar la aspirina y los fármacos antiinflamatorios no esteroides, ya que estos medicamentos pueden agravar la hemorragia asociada con algunas de estas infecciones, por sus efectos anticoagulantes[4] , en su lugar los pacientes deben tomar paracetamol (acetaminofén), aunque éste es sólo un paliativo.

Existen evidencias de que los pacientes con síntomas febriles que presuman el dengue no deben ser expuestos a cambios de temperatura por contacto (agua u otros), porque se determinó que el efecto exacerba los signos de la enfermedad, poniendo en duda la aplicación de medios físicos en estos casos.

La suplementación con líquidos intravenosos puede llegar a ser necesaria para prevenir la

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