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El Origen De La Ciencia


Enviado por   •  25 de Junio de 2012  •  2.203 Palabras (9 Páginas)  •  774 Visitas

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INTRODUCCION

Durante todo el desarrollo de la historia el hombre a buscado la vedad de las cosas que existen en su entorno, busca conocimiento de los fenomenos que lo rodean, se puede decir que busca la verdad que permita el progreso y el desarrollo de el y de su mundo, desentrañar las complejidades del Universo y generar aun mas conocimiento.

El hombre a pugnado por elucidar cada fase del progreso científico con la específica finalidad de hacerlo inteligible para el mundo. En este caso interviene una especie de desesperación, que atenúa dicha acción vivificadora y estimulante.

La Ciencia no quiere estancarse. Ofrece un panorama lleno de sutiles cambios y esfumaciones, incluso mientras la estamos observando. Es imposible captar cada detalle en un momento concreto, sin quedarse rezagado inmediatamente.

Y si el desarrollo de la ciencia atraves de la historia ha proseguido su inexorable marcha y ahora se plantean las cuestiónes sobre su origen como se hiso en los inicios de la historia significa que esta busqueda sige originando y aportando mas conocimiento al ya existente, Ahora bien, demos, pues, entrada a esta mi introducción a la Ciencia. Y si al principio del desarrollo del hombre en el mundo, todo fue curiosidad es decir se desconosia del porque de las cosas y solo se sabia lo que se podia ver en un primer momento surge la nesecidad de saver del por que de las cosas, la curiosidad se convirtio, en el imperativo deseo de conocer esa verdad y no solo como una característica de la materia inanimada

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En el siguente trabajo desarrollaremos el progreso que tuvo el origen y la naturaleza de lo que hasta hoy conocemos como ciencia, una mirada a los que considero los puntos mas importantes de este tema y que son el origen de partida de nuestra materia y mas aun el inicio de lnuestra carera "Ingenieria industrial" yaque nos reconoceremos como investigadores potenciales en este campo tan especifico de la productuvidad humana.

DESARROLLO

En este sentido, como en muchos otros, el hombre no es más que un curioso de saver y si los filosofos nos dicen que el cerebro humano es la más estupenda masa de materia organizada del Universo conocido, y su capacidad de recibir, organizar y almacenar datos supera ampliamente los requerimientos ordinarios de la vida nos encontramos ante la combinacion perfecta del conocimiento de las cosas hechas honbre. Se ha calculado que, durante el transcurso de su existencia, un ser humano puede llegar a recibir más de cien millones de datos de información. Algunos creen que este total es mucho más elevado aún. Precisamente este exceso de capacidad es causa de que nos ataque una enfermedad sumamente dolorosa: el aburrimiento. Un ser humano colocado en una situación en la que tiene oportunidad de utilizar su cerebro sólo para una mínima supervivencia, experimentará gradualmente una diversidad de síntomas desagradables, y puede llegar incluso hasta una grave desorganización mental.

Por tanto, lo que realmente importa es que el ser humano sienta una intensa y dominante curiosidad. Si carece de la oportunidad de satisfacerla en formas inmediatamente útiles para él, lo hará por otros conductos, incluso en formas censurables, para las cuales reservamos admoniciones tales como: «La curiosidad mató el gato», o «Métase usted en sus asuntos».

La abrumadora fuerza de la curiosidad, incluso con el dolor como castigo, viene reflejada en los mitos y leyendas. Entre los griegos corría la fábula de Pandora y su caja. Pandora, la primera mujer, había recibido una caja, que tenía prohibido abrir. Naturalmente, se apresuró a abrirla, y entonces vio en ella toda clase de espíritus de la enfermedad, el hambre, el odio y otros obsequios del Maligno, los cuales, al escapar, asolaron el mundo desde entonces. Por otro lado la historia bíblica de la tentación de Eva en realidad su curiosidad la habría conducido a probar el fruto prohibido, incluso sin tentación alguna. Si deseáramos interpretar alegóricamente este pasaje de la Biblia, podríamos representar a Eva de pie bajo el árbol, con el fruto prohibido en la mano, y la serpiente enrollada en torno a la rama podría llevar este letrero: «Curiosidad». Aunque la curiosidad, como cualquier otro impulso humano, ha sido utilizada de forma innoble, la invasión en la vida privada, que ha dado a la palabra su absorbente y peyorativo sentido, sigue siendo una de las más nobles propiedades de la mente humana. En su definición más simple y pura es «el deseo de conocer».

Este deseo encuentra su primera expresión en respuestas a las necesidades prácticas de la vida humana: cómo plantar y cultivar mejor las cosechas; cómo fabricar mejores arcos y flechas; cómo tejer mejor el vestido, o sea, las «Artes Aplicadas». Pero, ¿qué ocurre una vez dominadas estas tareas, comparativamente limitadas, o satisfechas las necesidades prácticas? Inevitablemente, el deseo de conocer impulsa a realizar actividades menos limitadas y más complejas, por lo tanto a sí mismo, el conocimiento busca sólo resolver cuestiones tales como: ¿A qué altura está el firmamento?», o « ¿Por qué cae una piedra?». Esto es la curiosidad pura, la curiosidad en su aspecto más estéril y, tal vez por ello, el mas simple en un primer momento.

El mejor método para enfrentarse con tales interrogantes consiste en elaborar una respuesta estéticamente satisfactoria, respuesta que debe tener las suficientes analogías con lo que ya se conoce como para ser comprensible y plausible, pero no dejando de entender que dicha apresiacion puede caer en fallas, el descubrimiento de los errores o falacias en el razonamiento ha ocupado a los pensadores desde los tiempos griegos hasta la actualidad, y por supuesto que debemos los primeros fundamentos de la lógica sistemática a Aristóteles de Estalira, el cual, en el siglo IV a. de J.C., fue el primero en resumir las reglas de un razonamiento riguroso, esto se puede interpretar como un juego, el juego intelectual hombre-Naturaleza y que se dan tres premisas: La primera, recoger las informaciones acerca de alguna faceta de la Naturaleza; la segunda, organizar estas observaciones en un orden preestablecido Y finalmente, tenemos la tercera, que consiste en deducir, de su orden preestablecido de observaciones, algunos principios que las resuman.

Esta nueva forma de estudiar el Universo fue denominada por los griegos Philosophia (Filosofía), voz que significa «amor al conocimiento» o, en una traducción libre, «deseo de conocer». Los griegos consiguieron en Geometría

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