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El Origen De Lasespecies


Enviado por   •  27 de Noviembre de 2012  •  1.552 Palabras (7 Páginas)  •  363 Visitas

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CAPÍTULO 7 “OBJECIONES A LA TEORÍA DE LA SELECCIÓN NATURAL”

LONGEVIDAD

Esto tratará de la consideración de las objeciones que se han dado contra las Teorías de Darwin.

Un naturalista alemán ha afirmado que la parte mas débil de la teoría de Darwin es que él considera a todos los seres orgánicos como imperfectos, Darwin afirma que solo el ha dicho es que no todos son tan perfectos como podrían haberlo sido con respecto a sus condiciones de vida.

Un crítico ha sostenido recientemente, con cierto alarde de exactitud matemática, que la longevidad es una gran ventaja para todas las especies; de modo que el que crea en la selección natural, así que dice que quien crea en la selección «debe arreglar su árbol genealógico» de manera que todos los descendientes tengan vida más larga que sus antepasados.

También se dice que ninguno de los animales y plantas de Egipto, de los que tenemos algún conocimiento, han cambiado durante los últimos tres o cuatro mil años, y que, de igual modo, probablemente no ha cambiado ninguno en ninguna parte del mundo.

El paleontólogo Bronn insiste también en que las especies distintas no difieren nunca entre sí por un solo carácter, sino en muchas partes, y pregunta cómo ocurre siempre que muchas partes del organismo se tengan que haber modificado al mismo tiempo por variación y selección natural.

Para que en un animal alguna estructura adquiera un desarrollo grande y especial, es casi indispensable que varias otras partes se modifiquen y adapten a esta estructura. Aun cuando todas las partes del cuerpo varíen ligeramente.

Darwin nos explicó que las plantas llegaron a ser volubles, por el aumento de la tendencia a movimientos giratorios débiles e irregulares.

Aun no se sabe si la selección natural ha sido o no ayudada durante el desarrollo gradual de las plantas trepadoras por los efectos hereditarios del uso; pero sabemos que ciertos movimientos periódicos, por ejemplo, el llamado sueño de las plantas, están regulados por la costumbre.

Míster Mivart opina que las especies cambian a causa de una fuerza interna o tendencia.

En este capítulo Darwin sigue puntualizando que los caracteres de pequeña importancia funcional son los más constantes. Hay razones para no creer en modificaciones grandes y bruscas, sino pequeñas y graduales, ante todo desde la embriología. Ir a esa actitud es admitir regiones de milagro, abandonar la ciencia.

CAPITULO 8

INSTINTO

Muchos instintos son tan maravillosos, que su desarrollo parecerá probablemente al lector una dificultad suficiente para echar abajo toda mi teoría. Debo sentar la premisa de que no me ocupo del origen de las facultades mentales, de igual modo que tampoco lo hago del origen de la vida misma. Nos interesa sólo la diversidad de los instintos y de las demás facultades mentales de los animales de una misma clase.

No intentaré dar definición alguna del instinto. Sería fácil demostrar que comúnmente se abarcan con un mismo término varios actos mentales diferentes; pero todo el mundo comprende lo que se quiere expresar cuando se dice que el instinto impulsa al cuclillo a emigrar y poner sus huevos en nidos de otras aves. Comúnmente se dice que es instintivo un acto para el que nosotros necesitamos experiencia que nos capacite para realizarlos, cuando lo ejecuta un animal, especialmente si es un animal muy joven, sin experiencia, y cuando es realizado del mismo modo por muchos individuos, sin que conozcan para qué fin se ejecuta. Pero podría yo demostrar que ninguno de estos caracteres es universal. Un poco de juicio o razón, según la expresión de Pierre Huber, entra muchas veces en juego aun en animales inferiores de la escala natural. Si suponemos que una acción habitual se vuelve hereditaria y puede demostrarse que esto ocurre algunas veces, en este caso la semejanza entre lo que primitivamente fue una costumbre y un instinto se hace tan grande, que no se distinguen. Si Mozart, en lugar de tocar el clavicordio a los tres años de edad, con muy poquísima práctica, hubiese ejecutado una melodía sin práctica ninguna, podría haberse dicho con verdad que lo había hecho instintivamente. Pero sería un grave error suponer que la mayor parte de los instintos han sido adquiridos por costumbre en una generación, y transmitidos entonces por herencia a las generaciones sucesivas.

Puede demostrarse claramente que los instintos más maravillosos de que tenemos noticia, o sea los de la abeja común y los de muchas hormigas, no pudieron haber sido adquiridos por costumbre.

Todo el mundo admitirá que los instintos son tan importantes como las estructuras corporales para la prosperidad de cada especie en sus condiciones de vida actuales. Cambiando estas es, por lo menos, posible que ligeras modificaciones del instinto puedan ser útiles aluna especie, y si puede demostrarse que los instintos varían realmente, por poco que sea, entonces

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