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El Pie Equinovaro


Enviado por   •  30 de Marzo de 2012  •  1.469 Palabras (6 Páginas)  •  1.040 Visitas

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INTRODUCCIÓN

Aunque el pie equinovaro congénito es una de las deformidades congénitas más comunes e importantes del sistema músculo-esquelético. Aún existe discrepancia sobre cuál es el mejor método para el manejo de esta patología. Durante más de 50 años el método de manejo popularizado por Kite fue el más comúnmente utilizado. En la gran mayoría de los pacientes se aplicaban múltiples yesos correctores, utilizados en forma seriada a través de varios meses o incluso años de tratamiento, que lograban sólo correcciones parciales y terminaban en extensas liberaciones quirúrgicas con resultados pobres a mediano y largo plazo.

En esta investigación se estudiaran varios aspectos relacionados con el pie equinovaro, estas nos ayudaran a comprender como es esa deformidad congénita.

DESARROLLO

1. ¿QUÉ ES EL PIE EQUINOVARO?

El pie equinovaro, también llamado pie zambo, es una malformación congénita del pie en la cual éste aparece en punta (equino) y con la planta girada hacia adentro (varo). Su frecuencia es aproximadamente de 1 por cada mil niños, el 50% de los casos bilateral y es el doble más frecuente en niños que en niñas (figs. 1 y 2)

2. ETIOLOGÍA DEL PIE EQUINOVARO O ZAMBO

Aunque las causas de esta deformidad han sido estudiadas y debatidas durante años, no se han encontrado conclusiones definitivas. La etiología es multifactorial, siendo la afectación de los niños el doble en frecuencia que las niñas. Por otro lado suelen ser niños normales.

El pie zambo puede ocurrir como parte integrante de un síndrome complejo, como el enanismo distrófico o el síndrome de Freeman-Sheldon. La artrogriposis, el síndrome de las bridas amnióticas y el mielomeningocele se asocian muy frecuentemente al pie zambo.

El pie zambo idiopático sigue un patrón de herencia multifactorial. Cuando un niño presenta un pie de este tipo, existe una probabilidad del 2 al 6 % de que el siguiente descendiente se vea afectado. Si el padre también tiene un pie zambo, existe una probabilidad del 25 % de que siguiente miembro de la familia tenga la enfermedad.

Este trastorno es bilateral en el 30% de los casos. Se han descrito diversas alteraciones en la vascularización, musculatura, ligamentos, hueso y neurogénicas, pero en ningún caso hay estudios concluyentes.

3. ¿POR QUÉ SE PRODUCE?

Hoy en día su causa es aún desconocida y si bien existen numerosas teorías que pretenden explicar su origen, ninguna está totalmente probada. Los estudios al microscopio de los tejidos muestran que los tendones son mucho densos, con más células y menos tejido laxo. Ello podría provocar un crecimiento anómalo de los mismos y desencadenar la deformidad progresiva en el feto durante su desarrollo a lo largo del embarazo.

Otras teorías hablan de una causa genética o familiar, de una causa mecánica, por falta de espacio para la formación del feto durante el embarazo, o bien de una detención precoz en el crecimiento del pie que hace que sus huesos no lleguen a ocupar su posición y forma correcta.

Lo que sí se ha constatado, es que se trata de una malformación más frecuente en niños que sufren enfermedades neuromusculares, y aunque éstas son poco frecuentes es conveniente la correcta exploración para descartarlas.

Otra de las cosas que conocemos, es que la disposición de los huesos en el pie zambo es anómala y que la forma de cada uno de ellos tampoco es completamente normal. Los ligamentos y músculos están demasiado tensos para permitir la colocación correcta de esos huesos con una manipulación simple.

4. ¿CÓMO SE DIAGNOSTICA?

El diagnóstico suele ser fácil tras el nacimiento, observando la forma del pie y comprobando que por manipulación no somos capaces de obtener una posición normal. Se necesita experiencia para distinguirlo de otras malformaciones congénitas del pie como el astrágalo vertical congénito, y de algunas deformidades de mucho mejor pronóstico como el metatarsus adductus o el pie talo.

Dado que esta malformación congénita se produce durante los tres primeros meses de la gestación suele ser posible su visualización en el estudio ecográfico del feto de 20 semanas, por lo que cada día es más habitual el diagnóstico prenatal.

5. ¿REQUIERE TRATAMIENTO?

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