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El número De Oro


Enviado por   •  20 de Septiembre de 2012  •  1.622 Palabras (7 Páginas)  •  466 Visitas

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CARLOS CALVIMONTES ROJAS

El 'domo exapenta' tiene una forma prácticamente semiesférica generada por la presencia armonizadora de pentágonos en conjuntos de exágonos, que pueden estar respectivamente reticulados por triángulos isósceles y equiláteros. Esa forma, que responde con relevantes condiciones estéticas, constructivas y estructurales a la doble exigencia arquitectónica de encerrar y cubrir espacios, tiene su contraparte en otras existentes en la Naturaleza, representadas por el paradigma geométrico del icosaedro truncado de la molécula gigante del carbono 60 y por la extraordinaria belleza de los radiolarios.

Convencionalmente se denomina exapenta al icosaedro truncado y a otros poliedros formados por un mayor número de exágonos y pentágonos regulares, que se muestran en la Naturaleza y en la obra humana en sendas extensas variedades por la diferencia entre el número de esas dos figuras geométricas en cada cuerpo. Sin embargo, existe un patrón común en la configuración de todos esos poliedros, determinada por la consonancia existente entre exágonos y pentágonos que tienen la misma longitud de sus lados por ser éstos comunes entre ambas figuras: la relación de sus apotemas está definida por el Número de Oro.

EL NÚMERO DE ORO EN LA ARMONÍA DE LO CREADO

En un mismo campo fenoménico, dos cosas de la misma especie pero de diferente magnitud armonizan si entre ellas se manifiesta el Número de Oro (o su figura emblemática, el pentágono), módulo de la relación de consonancia en ese relativo desequilibrio característico de lo que tiene vida, la tuvo o tiende a ella, y de lo que ha tenido o tiene movimiento molecular, como en las estructuras dinámicas, en contraposición a la predominancia del exágono en lo inerte que tiene el equilibrio cristalino propio del mundo mineral.

Sin embargo, en la infinidad de formas geométricas existentes en las obras de la Naturaleza, no hay una polaridad entre aquellas cosas que muestran la presencia o traducen las proporciones de pentágonos y otras que están impregnadas por exágonos o sus derivaciones; hay unas terceras donde coexisten ambas figuras o sus proporciones, en manifestaciones de lo vivo y lo inerte, lo dinámico y lo estable, lo orgánico y lo inorgánico, lo que tiene mayor o menor entropía.

ARMONÍA EN LA ARQUITECTURA Y EN TODA CREACIÓN HUMANA

Entre renombrados arquitectos con el mismo pensamiento es ejemplar la figura de Antoni Gaudí, cuya obra tuvo como constante su inspiración en el "gran libro de la Naturaleza". Al establecer él que "la calidad esencial de la obra de arte es la armonía" explica que "la arquitectura crea el organismo y por eso éste debe tener una ley en consonancia con las de la Naturaleza", porque éstas no son otras que las de la armonía que el hombre reconoce y asume, para repetirlas en lo más excelso de su creación.

En general, como producto de acciones determinadas por la intuición o por la reflexión, el factor de coherencia para valorizar una obra arquitectónica por la armonía entre sus partes es el Número de Oro, que añade a su rol estético otro que condiciona medidas y proporciones por ser connatural al hombre. Por eso mismo, éste también utiliza patrones de composición y proporción, con los mismos principios físicos y geométricos de la armonía preestablecida, para valorizar su obra artística e utilitaria en diferentes campos.

EXAPENTAS EN LA NATURALEZA

Aunque es propio de la química inorgánica, el carbono, a través de sus compuestos, genera toda la química orgánica. Además de esa excepcional peculiaridad, por la cristalización de sus moléculas tiene otras formas alotrópicas aparte de las del grafito (sistema cúbico) y del diamante (sistema exagonal). En ellas se destaca la molécula gigante, hueca y esférica del carbono 60, que en un icosaedro truncado reúne con máxima economía pentágonos y exágonos regulares.

La molécula del C60, abundante en el universo pero descubierta recién en 1985, tiene propiedades únicas (que no se acaba de descubrir) en la química y en la física, destacándose en su forma y estructura la simetría más alta existente entre todas las moléculas conocidas y la belleza de lo perfecto. Junto con su descubrimiento se hizo el de otras moléculas similares: C240 y C540. Éstas no por ser cada vez más grandes son progresivamente más esféricas ni tampoco aumentan su simetría; sino que conservan la del C60.

Entre lo mineral y lo que tiene vida, como en un juego de espejos, a los carbonos recién encontrados se les contraponen los radiolarios (protozoarios que hacen una de las más simples áreas de lo orgánico). Son minúsculos animales marinos unicelulares, con esqueleto de sílice, en su mayoría de forma esférica; de excepcional belleza por las combinaciones de pentágonos y exágonos en la gran variedad de las formas de sus perforaciones, complementadas con los seudópodos radiales que determinan su nombre.

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