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Elementos De Economia

morcr756 de Noviembre de 2012

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ELEMENTOS DE ECONOMIA

BANCO CENTRAL DE COSTA RICA

1. LA BANCA CENTRAL

A. Desarrollo histórico de la banca central

Banco Central de Costa Rica

Tipo Banco del Estado

Fundación 1950

Sede Avenida Central y Primera, Calles 2 y 4, San José

Industria

Economía

Empleados 94.681 (2005)

Sitio web

Banco Central de Costa Rica

La Ley 7558 define al Banco Central como una institución autónoma de derecho público, con personalidad jurídica y patrimonio propio, que forma parte del Sistema Bancario Nacional.

El Banco Central de Costa Rica nace en la época de la primera Guerra Mundial (1914) con el nombre de Banco Internacional de Costa Rica. Su principal objetivo era darle un préstamo al Gobierno para que llenara sus necesidades fiscales y así cumplir con las erogaciones del presupuesto nacional.

En un inicio se conocía por banco central el ente que tenía el monopolio de la emisión de billetes y el manejo de las operaciones bancarias del Estado. Con el paso del tiempo sus funciones se ampliaron a la de mantener la convertibilidad de la moneda a oro, plata o monedas extranjeras. Luego fue adquiriendo otras funciones como la de banco de reserva reguladora del crédito y la moneda. Actualmente promueve el desarrollo ordenado de la economía costarricense, vela por el buen uso de las reservas monetarias internacionales, promueve la eficiencia de pagos y vela por un sistema financiero, estable, eficiente y competitivo. En 1921 se le asignan las funciones de banco emisor. También adquiere el control sobre la moneda y el tipo de cambio. El Banco Central procura el desarrollo ordenado de la economía, ocupación plena de los recursos productivos, moderar las tendencias inflacionista y deflacionista que surgen del mercado monetario y crediticio. El Banco Central también tiene la obligación de mantener la estabilidad externa de la moneda nacional, asegurar su convertibilidad y velar por el buen uso de las reservas monetarias.

2. EL PAPEL DEL BANCO CENTRAL

A. La autonomía del Banco Central.

La importancia de un banco central autónomo de las presiones políticas es reconocida por la mayoría de los estudiosos de la Economía. La experiencia señala que aquellos países donde el Banco Central está sujeto a este tipo de presiones y se tratan de ignorar las restricciones económicas, tarde o temprano enfrentan episodios de alta inflación y fuerte devaluación. El respeto a la autonomía del Banco Central es esencial si pretendemos mantener la estabilidad económica que el país ha ido logrando a base de muchos costos y sacrificios, después de la crisis generada durante el gobierno de don Rodrigo Carazo. En esta época, se financiaron alegremente los desequilibrios fiscales, aduciendo la importancia de los proyectos y de las instituciones; se ignoraron las restricciones económicas; se jugó con la independencia del Banco Central pues era importante financiar el gasto, aunque fuera con emisión. Provocando una alta inflación, un incremento en el desempleo, una agudización de la pobreza y una fuerte contracción en la inversión pública.

Pedir autonomía para el Banco Central no es solicitar una patente para hacer lo que se antoje, sino permitir a las autoridades tomar sus decisiones apoyadas en criterios técnicos.

El marco jurídico del Banco Central está definido en su ley orgánica. Ahí se establecen sus objetivos y se definen los instrumentos para alcanzarlos. Uno de ellos es la facultad de dictaminar sobre el endeudamiento del Gobierno y las instituciones públicas.

Las limitaciones establecidas en diferentes leyes son fundamentales para mantener los equilibrios básicos de la economía y para controlar el uso de recursos públicos. Por ello, es clave el respeto a las disposiciones de la Contraloría, la Autoridad Presupuestaria, la ARESEP o el Banco Central. Las empresas públicas no pueden pretender ser consideradas como privadas debido a una razón muy sencilla: porque no lo son.

El déficit fiscal es la diferencia entre los ingresos y los gastos totales del sector público. Como tal, indica el exceso de gasto a ser financiado con endeudamiento o con emisión monetaria. Desequilibrios fiscales altos ponen en peligro la estabilidad y el crecimiento económico y fuerzan al Banco Central a actuar utilizando los instrumentos a su alcance. Las consecuencias del desequilibrio fiscal se reflejan en una presión al alza en las tasas de interés, limitándose la capacidad de los sectores productivos para generar un ritmo adecuado de crecimiento y de generación de empleo. El déficit también se refleja en el desequilibrio externo, aumentando la presión sobre el tipo de cambio y la inflación, elevando la vulnerabilidad ante modificaciones en las condiciones internacionales y afectando la percepción de riesgo que se pueda tener sobre el país.

El Banco Central no puede, ni debe, negociar el ajuste fiscal con las instituciones públicas. Esa acción corresponde al Poder Ejecutivo. Pero el Banco sí debe llamar la atención del país cuando el desequilibrio de las finanzas públicas apunta hacia niveles preocupantes pues se pone en peligro el logro de las metas de estabilidad y de crecimiento económico. Si el déficit fiscal va a exceder por un margen considerable las metas contempladas en el Programa Monetario, al Banco no le queda otro camino que utilizar los instrumentos a su disposición para contrarrestar ese desequilibrio.

Si aspiramos a crecer con estabilidad, debemos reconocer la importancia de mantener un adecuado balance macroeconómico. Ese balance no se alcanza con contabilidad creativa, disfrazando los gastos mediante artificios financieros. El Banco podría, por ejemplo, elevar la tasa de interés interna y estrujar la actividad productiva privada, con el propósito de acomodar el mayor déficit fiscal. Pero eso no permitiría un crecimiento balanceado y sostenido de la economía. Por un lado, porque la actividad productiva privada es la que genera la mayor proporción de la producción nacional y la que emplea a más del 85% de la fuerza laboral. Por el otro, porque un incremento en la tasa de interés aumentaría el déficit fiscal a niveles mucho mayores, dado el elevado saldo de la deuda pública.

3. COLON COSTARRICENSE

El Colón costarricense, llamado así en honor al Almirante Cristóbal Colón, es la moneda oficial de la República de Costa Rica en América Central. Su símbolo es una letra C atravesada por dos barras verticales "₡". Su código ISO 4217 es CRC. Durante la colonia, en Costa Rica circulaba la moneda española y a partir de su independencia en 1821, la moneda usual fue el Peso. A partir del 24 de octubre de 1896, en el gobierno de Rafael Yglesias Castro, se promulgó la ley del «Talón de Oro» que establecía como unidad monetaria el Colón, acogiendo una tendencia de la época con ocasión de las celebraciones del IV centenario del descubrimiento de América.

La moneda está dividida en 100 partes llamadas céntimos. Las monedas actuales en circulación son de 5, 10, 25, 50, 100 y 500 colones. Además, existen billetes de 1.000, 2.000, 5.000, 10.000 colones. El BCCR anunció en Junio del 2009 que para Marzo del 2010 y hasta Enero del 2011 cambiará todos los billetes por unos de diseño nuevo, más seguros y fáciles de usar para todos los ciudadanos, incluidos los no videntes. Estos nuevos billetes vendrán con los colores similares a los anteriores, pero con nuevos rostros (todos ellos de personajes de la política, la educación y la literatura costarricenses), además, se crearán dos billetes nuevos, de 20.000 y 50.000 colones.

El Banco Central estableció un tipo de cambio de “intervención” de compra de ¢514,78 y uno de venta de ¢530,22. Estos establecen el mínimo y el máximo dentro de los cuales se realizarán las negociaciones. Si el dólar fluctúa con valores por encima o por debajo de los antes mencionados, el BCCR intervendrá comprándolos o vendiéndolos para estabilizar el mercado.

4. PLAN MONETARIO 2009-2010

El Banco Central de Costa Rica anunció su programa monetario y cambiario bianual, que buscará reducir la inflación y el déficit en cuenta corriente, y enfrentar la falta de liquidez por la crisis internacional, mientras se desaceleran la producción y las exportaciones.

"En el bienio 2009-2010 las acciones de política monetaria y cambiaria del Banco Central estarán enfocadas a buscar inflaciones bajas y estables, a la reducción del desequilibrio externo y a procurar el normal funcionamiento del sistema financiero nacional", señala el Programa Macroeconómico 2009-2010, publicado en la página web del banco emisor la noche del miércoles.

Tras destacar que con la crisis "quedó de manifiesto la vulnerabilidad de la economía costarricense ante choques externos", el Banco dijo que procurará "reducir los riesgos de contagio de la restricción de liquidez a nivel internacional hacia el sistema financiero nacional".

Costa Rica culminó 2008 con una inflación anual de 13,9%, la tasa más alta en tres años, y para 2010 el Banco pronostica una tasa de 8%.

"Se presume que el debilitamiento de la producción generará un efecto similar sobre el

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