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Enfermdedaes De Trasmicion Sexual

Dirmel123410 de Septiembre de 2014

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INTRODUCCIÓN.

La historia del hombre se ha caracterizado por la búsqueda de su bienestar individual y social con ejercicio libre y total de sus necesidades e intereses en un contexto biológico, psicológico y social. Uno de estos intereses es el disfrute pleno de la sexualidad lo que se refleja en las diferentes culturas a través de experiencias muy variadas, con el objetivo de alcanzar el máximo placer sexual. Es por esto que también desde la antigüedad, las enfermedades de transmisión sexual han sido un problema de salud pública, por la mortalidad y graves complicaciones que han afectado no sólo al individuo y su familia, sino a poblaciones completas.

Las enfermedades de transmisión sexual (ETS) son conocidas también como enfermedades venéreas (en honor a la diosa romana Venus que es el equivalente a la diosa griega del amor y la belleza Afrodita) y su definición obedece al modo de transmisión de las mismas ya que se adquieren mediante el contacto sexual: vaginal, anal u oral.

Todas las conductas sexuales que involucran contacto con otra persona o con los fluídos de la misma se considera como factor de riesgo para la adquisición de ETS.(1) Aunque la probabilidad de transmitir estas infecciones varía dependiendo de la actividad sexual; en general, cualquier relación sexual entre dos o más personas predispone a adquirirlas.

Existe una multiplicidad y variedad de factores socioeconómicos, culturales y biológicos que influyen en la transmisión de las ETS. Pero sin lugar a dudas el comportamiento sexual ha variado ampliamente a través del tiempo.

Así podemos considerar que los factores que influyen en la transmisión de este tipo de enfermedades en la actualidad son:

• Edad más temprana de inicio de la vida sexual: si se es más joven, hay más posibilidades de tener un mayor número de compañeros sexuales a lo largo de la vida.

• Cambios frecuentes y repetidos de compañeros sexuales.

• Desigual relación de poder entre los géneros masculino y femenino que originan casi siempre la subordinación de la mujer.

• Imposibilidad de gozar una sexualidad, creativa, amorosa y responsable por la privación de la educación sexual integral en el seno familiar y escolar.

• El sexo comercial, frecuentemente asociado a otros factores de riesgo como son migración, uso de drogas lícitas e ilícitas.

• Edad y multiparidad frecuentemente asociados a una mayor susceptibilidad a las infecciones.

• Movilidad poblacional por necesidades de empleo, educación y salud.

• Los comportamientos sexuales dependen en gran medida de la situación económica de un país y de su contexto cultural. Cuando este cambia, se modifican las normas, valores y comportamientos relativos a la sexualidad en sus diversos aspectos.

• Desintegración familiar.

• Automedicación.

• Carencia de una cultura de prevención, principalmente el uso profiláctico del condón, la consulta médica temprana para diagnóstico y tratamiento, la adherencia al mismo y la referencia de los contactos que constituyen factores determinantes en la limitación de la transmisión.

• Ignorancia, muy particular en nuestro medio, del problema que representan las ETS.

• Existe sinergia y sincronismo de las ETS, algunas actúan como factores de riesgo para la aparición de otras (ejemplo: la gonorrea puede reactivar las infecciones latentes por Chlamydia trachomatis, esta última a su vez favorece la infección concomitante del virus del papiloma humano e incrementa la susceptibilidad a infecciones bacterianas).

• La falta de circuncisión ha sido asociada a una mayor frecuencia de ciertas ETS: VIH, chancroide, sífilis, herpes genital y condiloma acuminado. La hipótesis de esta asociación es que el glande no se encuentra queratinizado y que por tanto está expuesto al trauma físico y a la infección, además de que la piel redundante del prepucio es un reservorio que permite la mayor replicación de los agentes infecciosos mencionados.

• Susceptibilidad individual a las infecciones y propiedades cambiantes de los patógenos.(2,3,4,5,6,7,8,9,10)

ASPECTOS EPIDEMIOLÓGICOS.

En México y también a nivel mundial, las enfermedades de transmisión sexual han representado un problema de salud pública; a nivel nacional son una de las diez primeras causas de morbilidad, con un promedio de 220,000 casos anuales.(1)

Como en otros países en desarrollo, el conocimiento de la situación epidemiológica de las ETS se dificulta por existir subregistro.

El problema de las ETS no se conoce debidamente en México; las pocas clínicas especialmente instaladas con ese propósito atienden a un número muy limitado de hombres y trabajadores sexuales, de tal manera que la información que se desprende de su actividad no es representativa de lo que ocurre en la población. Sin embargo, se ha estimado que la frecuencia de ETS en la población general fluctúa entre 0.1 y 0.5%; en cambio, para la población considerada como de alto riesgo, se calcula una frecuencia que va de 10 a 20%.(11)

La población expuesta se compone en su mayor parte de jóvenes, el 34% corresponde al periodo entre la 2da y 3ra década de la vida, seguido por el grupo de 25 a 44 años que integran dos décadas en un 41%.(3,11)

SÍFILIS.

La sífilis se conoce también como lúes, mal gálico o mal napolitano, es una enfermedad crónica adquirida por contacto sexual (aunque también debe tenerse en cuenta la infección prenatal), causada por Treponema pallidum y caracterizada por una variedad de manifestaciones clínicas ya que puede afectar prácticamente todas las estructuras del organismo; es una enfermedad intermitente que tiene períodos de actividad (fase primaria, secundaria y terciaria) y periodos prolongados de latencia.(13)

La sífilis se distribuye mundialmente y es particularmente problemática en países subdesarrollados donde representa una de las principales causas de úlceras en genitales.(14)

Los índices de sífilis secundaria y terciaria disminuyeron dramáticamente a partir de la introducción de la penicilina.

En nuestro país se reporta una tasa de incidencia de 1.9 por cada 100´000 habitantes.(12)

El Treponema pallidum es una espiroqueta de 5 a 20m de largo por 0.1 a 0.2m de diámetro; es incapaz de sobrevivir fuera del huésped.

La transmisión ocurre mediante la penetración de la espiroqueta en las membranas mucosas o abrasiones en las superficies epiteliales. El tiempo de incubación desde la exposición a la aparición de las lesiones primarias es en promedio de 3 semanas con un rango de 10 a 90 días. La lesión primaria es una pápula asintomática que al paso del tiempo sufre necrosis superficial convirtiéndose en una ulceración bien circunscrita denominada chancro (Figura 1), ésta siempre aparecerá en el sitio de contacto primario o de inoculación, y puede acompañarse de linfadenopatía inguinal. Este período conocido también como primario es autorresolutivo, es decir, el chancro desaparece en 3 a 12 semanas en forma espontánea.

Figura 1. Chancro sifílitico. La úlcera característica de la sífilis con bordes regulares y fondo limpio es totalmente asintomática.

Posteriormente hay diseminación linfática y sanguínea del microorganismo y la enfermedad pasa a una etapa latente asintomática. Dos a tres meses después aparece la expresión de esta septicemia, el secundarismo, que dura varias semanas y se manifiesta por un amplio espectro de lesiones en piel y síntomas generales con linfadenopatía generalizada (Figura 2 y 3). En este momento el enfermo es altamente contagioso aún al tacto de las lesiones ya que estas contienen una gran cantidad de espiroquetas. Es también en este periodo que las mujeres embarazadas y contagiadas pueden infectar al feto vía transplacentaria.

A continuación se presenta un período de latencia que es el tiempo entre la resolución de las lesiones clínicas y la aparición de las manifestaciones tardías de la enfermedad, y puede durar años inclusive. Aproximadamente el 70% de los individuos que no han recibido tratamiento permanecerán en este estadio por el resto de sus vidas. La sífilis latente, se divide en temprana (cuando dura menos de un año) o tardía (duración de mas de un año) y típicamente encontramos serología positiva con anticuerpos específicos al T. pallidum y el paciente se encuentra asintomático.

Figura 2. Secundarismo sifílitico. El exantema maculo-papular lo encontramos en cara, tronco y extremidades. Nótese que las pápulas son de diferente tamaño y pueden simular otros exantemas.

Figura 3. Secundarismo sifilítico en plantas. Las pápulas que se aprecian contienen miles de espiroquetas por lo que el simple hecho de tocarlas puede bastar para infectarse.

Durante la etapa terciaria encontramos muy pocos microorganismos y una respuesta inmune celular aumentada al microorganismo. La espiroqueta en este periodo puede invadir el sistema cardiovascular (80%-85%), sistema nervioso central (5%-10%), piel y otros órganos; debido a la respuesta de hipersensibilidad retardada se producen áreas de inflamación local y formación de gomas en el tejido afectado.(14)

La penicilina continúa siendo el tratamiento de elección para todos los estadios de sífilis.

En sífilis temprana (primaria, secundaria y latente temprana adquirida de menos de 1 año de duración) en pacientes inmunocompetentes se recomienda una aplicación única de 2.4 millones de unidades de penicilina benzatínica intramuscular o 600´000 unidades de penicilina procaínica intramuscular durante

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