Ensayo, Mi historia clínica

Estos últimos meses a mis 17 años he experimentado la muerte en vida… no es nada agradable llegar cada mes a aquel hospital, sentir como la quimioterapia me va quemando por dentro como si eso en lugar de ayudarme me estuviera matando; Refutaba la idea de que todos sintieran lastima por mí, Ximena me miraba con tanta lastima y repetía una y otra vez que nuestro amor era eterno, sin embargo, yo me aferraba a la idea que  nuestro amor era efímero.

Después de un mes y medio, los médicos descubrieron que mi cuerpo no estaba aceptando más transfusiones de sangre, y la única manera de mantenerme con vida era el cateterismo, los cuales fueron colocados en diversas parte de mi cuerpo.

Los médicos le digieren a mama que juntara a la familia, pues solo me quedaban pocos días de vida.

Yo sabía que Ximena no soportaría seguir siendo mi          enfermera…

Sabía que tantas desveladas, sin comer terminarían matándola a ella primero antes que a mí.

Pero ¿Por qué seguir junto a mí?¿Porque querer verme morir día con día?. Es joven y muy hermosa, ¡no tiene que seguir soportando tanto dolor!.

Un día más… postrado en esta cama encerrado en esta habitación, creó que lo que más me está matando no es el cáncer es la depresión… Tengo tantas ganas de salir a jugar futbol, de seguir tocando aquella guitarra, la que con solo tocarla mi vida tenía sentido, extraño a Booster, mi perro, cada que llegaba a casa después de un entrenamiento era el único que me recibía con amor y bueno… ahora no tengo nada, solo un ventanal a lado mío y un ácido que corre por mis venas, ese acido que llaman quimioterapia.

La quimioterapia consistía básicamente en utilizar fármacos para destruir las células cancerosas que tengo dentro. Es verdad aquello que dicen que el mal no se le desea a nadie y es cierto la leucemia era lo peor que me podía estar pasando y que no se lo desearía ni a mi peor enemigo.

Con el paso del tiempo la ausencia de Ximena cada vez la iba sintiendo  más, desde aquel momento que le pedí que se marchara de mi vida y ella accedió.

Mi vida se fue abajo, ella jamás regreso, yo moría día a día, hasta que un día mi vida cambio por completo con una gran noticia, esa noticia que no se da casi diario. Si! Una persona me donaría parte de ella para poder sobrevivir, llego el gran día! el trasplante se realizaría por fin, yo moría de ganas de que el trasplante se realizara ya, estaba tan agradecido con esa persona, que por cierto, no sabía quién era quien me donaría parte de ella, en fin, no le di tanta importancia a ese tema yo lo único que quería  era ese trasplante…

La hora llego, el trasplante se realizó con éxito, mi cuerpo acepto ese trasplante… En ese momento, cuando sabía que mi vida cambiaría por completo, lo primero que pensé fue buscar a Ximena, mi Ximena, el amor de mi vida, se lo comenté a mis padres, ellos no sabían que responder, mi madre comenzó a llorar y mi padre agacho la cabeza sin darme ninguna explicación, no sabía que pasaba, les pedí una explicación, mi madre con lágrimas en los ojos respondió…

¿Recuerdas que hubo una chica que te dono parte de ella y que no quería que supieras quien era hasta después del trasplante?

¿Si?

Esa chica era Ximena y dejo una carta para ti

En ese momento sentí que la vida ya no tenía sentido y que el mundo se había terminado para mí, mi madre me dio la carta de Ximena, con lágrimas en los ojos y un dolor casi igual al de  las quimioterapias o peor aún,  empecé a leerla las únicas palabras que decían en esa carta eran:

¿Te acuerdas cuando te decía que nuestro amor era eterno y sin embargo,  tú no aceptabas esa idea?  

Pues acá esta la prueba de que nuestro amor es tan verdadero y eterno como siempre lo supe, ahora estaremos eternamente unidos hasta tu muerte, yo solo quiero verte desde el cielo feliz, como cuando lo éramos juntos… Cuídate mucho y recuerda que un amor eterno como el nuestro jamás existirá…

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