Ensayo Tuberculosis

Tuberculosis

Fue descubierta por Robert Koch en 1882, esta enfermedad es considerada como una de las primeras enfermedades conocidas en la humanidad y tuvo su mayor influencia entre los siglos XVIII y XIX, y fue tanto su impacto en la sociedad que las personas le pusieron nombres como: consunción, tisis, escrófula, mal de Pott, tabes mesentérica, mal del rey o plaga blanca, y también recibe denominaciones de culturas india, griega, latina e inca, que en todos los casos hacen referencia a “secar” o “consumir”.

Se piensa que el microorganismo que comenzó la enfermedad se evolucionó de otros microorganismos existentes más primitivos y los cuales pertenecían al género Mycobacterium. La teoría más convincente es que en algún momento de su evolución, el microorganismo saltó la barrera biológica por presión selectiva y tuvo su reservorio en animales y esto dio lugar al primer espécimen Mycobacterium bovis, que es la aceptada por la mayoría como la más antigua de las especies que integraron a la tuberculosis. El último paso de este proceso sería el contagio de los animales a los humanos. Esto puede explicarse fácilmente ya que anteriormente también se acostumbraba domesticar algunos animales como mascotas, y esto facilitó considerablemente el contagio.

También tuvo mucho impacto en Europa en el siglo XVII y a partir de entonces duró 200 años. Más que tuberculosis se le llegó a conocer mejor como La Plaga Blanca por el gran número de muertes que causó. La muerte por esta enfermedad era tan común que la supervivencia del enfermo llegó a considerarse inevitable. Investigaciones actuales demuestran que en esa época la gran densidad de población de Europa tenía pocas costumbres sanitarias, creando así el ambiente perfecto para que esta mortal enfermedad se esparciera fácilmente.

Estudios científicos han comprobado que esta enfermedad tuvo incidencia desde sociedades más antiguas, y esto fue descubierto gracias a que en restos óseos de un Neolítico de un cementerio cercano a Heidelberg, supuestamente de un hombre joven, se encontraron evidencias de tuberculosis. De ahí proviene el título de que la tuberculosis sea la primera enfermedad conocida por la humanidad. Pero existe un caso más evidente en la momia de Nesperehan, descubierta en 1881 por Grebart, la cual presenta una angulación de las últimas vertebras torácicas y primeras lumbares, provocadas por la destrucción del cuerpo vertebral, y una hinchazón del músculo psoas, una combinación muy característica de la tuberculosis.

Hace pocas décadas, el saber que se tenía tuberculosis era como una sentencia de muerte, y por eso para los doctores de esa época era muy común que al hacer el diagnóstico se le escondiera su padecimiento al enfermo y cuando éste muriera, se le escondiera también a los familiares. Esto es muy parecido en la actualidad al cáncer, porque cuando te enteras de que alguna persona tiene cáncer, inmediatamente, sin saber siquiera que tan grave es la enfermedad, piensas en que su vida no durará mucho o que esa persona es muy infeliz. Esto es lo mismo a lo que ocurría anteriormente, pero con la diferencia de que ahora el enfermo está consciente de su condición y lo acepta. Se consideraba que la enfermedad se agravaba cuando el paciente sabía que padecía de una enfermedad mortal o incluso cuando mencionaba su nombre, solamente se le informaba sobre su padecimiento a las personas que se consideraban sumamente maduras e inteligentes.

En Francia e Italia se tenía como regla general que los médicos solo comunicaban un diagnóstico de enfermedad mortal a la familia del paciente y no al paciente, ya que consideraban que la verdad no podía ser tolerable y disminuiría considerablemente la esperanza que tenía el enfermo de curarse y seguir con su vida. Esta regla beneficiaba a los pacientes psicológicamente, dándoles una mejor muerte, porque dicen que la mejor muerte es la espontánea y mucho mejor si estas dormido o inconsciente; pero los médicos comenzaron a tener problemas legales debido a que estaban violando el derecho que tenían los pacientes de saber lo que en realidad tenían.

La solución no está en no decirles la verdad a los pacientes sino en rectificar la idea que tienen sobre su enfermedad para desmitificarla y se pierda por completo el miedo que provocan los chismes y rumores que la sociedad comenta y que aunque no sean ciertos la gente llega a creer. Los médicos hoy en día son mucho más sinceros con sus pacientes, pero hay hospitales que envían sin membrete la correspondencia y facturas a sus pacientes externos, porque se piensa que tal vez su enfermedad sea un secreto para sus familiares.

Ya que la palabra tuberculosis proviene del latín tuberculum que significa hinchazón o protuberancia, Rudolf Wirchov, fundador de la patología celular en 1850, erróneamente pensaba que el tubérculo era un tumor. También se le describía a la tuberculosis como una enfermedad que consumía al cuerpo. La concepción que se tiene actualmente de la tuberculosis no pudo quedar completamente aclarada hasta que apareció la patología celular. Ya que esta enfermedad es increíblemente parecida al cáncer, no fue posible diferenciarlas definitivamente hasta que en 1882 se descubrió que la tuberculosis era una infección bacteriana.

Un rasgo que la diferencia del cáncer es que la tuberculosis afecta más frecuentemente a los pulmones porque la forma más común y sencilla de contagio es por vía aérea pero puede atacar

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