Esclerosis Multiple

La esclerosis múltiple es una enfermedad neurológica autoinmune que se caracteriza por la inflamación y la destrucción de la mielina del sistema nervioso central. La mielina es una sustancia grasa que rodea y aísla los nervios, actuando como la cobertura de un cable eléctrico y permitiendo que los nervios transmitan sus impulsos rápidamente. La velocidad y eficiencia con que se conducen estos impulsos permiten realizar movimientos suaves, rápidos y coordinados con poco esfuerzo consciente.

Esta enfermedad, que es casi tres veces más frecuente en mujeres, se suele diagnosticar con mayor frecuencia entre los 20 y 40 años de edad, pudiéndose observar a cualquier edad. La susceptibilidad a este transtorno puede acarrear varios subtipos de esclerosis múltiple y muchos afectados han presentado formas diferentes de la enfermedad con el paso del tiempo. Según estudios realizados por médicos especializados en este padecimiento, las personas ligeramente más propensas a adquirir esta enfermedad son aquellas que tienen antecedentes familiares de esclerosis múltiple o que viven en una parte del mundo donde ésta es más común.

La causa de la esclerosis múltiple se desconoce, pero se sospecha que un virus o un antígeno desconocido son los responsables que desencadenan una anomalía inmunológica, es decir, el propio sistema inmune del individuo actuaría por error contra las células productoras de la mielina en el sistema nervioso central. Este mecanismo inmunitario activa los glóbulos blancos del torrente sanguíneo, que entran en el cerebro y debilitan los mecanismos de defensa de éste. Una vez en el cerebro, estos glóbulos activan otros elementos del sistema inmunitario, de forma tal que atacan y destruyen la mielina.

La lesión fundamental en la esclerosis múltiple es la aparición de áreas o placas de desmielinización. Se presentan múltiples lesiones de color grisáceo, generalmente de pequeño tamaño, contornos irregulares y bordes bien definidos, que se encuentran ampliamente distribuidos por la sustancia blanca del sistema nervioso central (SNC). Las regiones más afectadas son los nervios ópticos, las zonas que rodean los ventrículos, el tronco cerebral, el cerebelo y la médula espinal.

Los síntomas varían porque la localización y magnitud de cada ataque puede ser diferente, y muchas veces estos síntomas pueden simular los de muchos otros trastornos neurológicos. Con todo, las personas con esclerosis múltiple se sienten muy cansadas y débiles. Pronto, comienzan a perder el equilibrio y a sentir rigidez en sus brazos y piernas, a veces hasta pierden sensibilidad. Las alteraciones en la vista también son comunes.

El neurólogo que trata este tipo de trastornos se basa en la historia clínica y en la exploración física del paciente antes dar un diagnóstico. Además, es muy importante que el paciente explique al médico todos los detalles y síntomas que haya notado.

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