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Fisiología Del Aparato Digestivo

Boomerang19 de Enero de 2012

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Vicent Escrivá Agud

Fisiología del aparato digestivo

CONCEPTOS BÁSICOS SOBRE LA DIGESTIÓN

El aparato digestivo es el conjunto de órganos que se encargan de la deglución de los alimentos, del proceso de la digestión, y de la absorción de los nutrientes.

Está formado principalmente por un largo y tortuoso tubo que empieza en la boca y acaba en el ano. Transcurre por la faringe, esófago, estomago, intestino delgado, intestino grueso y es asistido por dos importantes glándulas anexas llamadas hígado y páncreas.

La digestión es, básicamente, el desdoblamiento de las moléculas grandes de alimentos en otras más pequeñas para que el cuerpo pueda emplear el resultado como fuente de energía, y también para formar y reparar los tejidos.

Muchos creen que la boca sólo realiza acciones de naturaleza mecánica, pero en realidad, incluso antes de entrar el alimento en la boca, ya empieza la digestión, pues la secreción de saliva se considera una sustancia con acciones digestivas.

1- glándula parótida. 2-glándula submandibular. 3-glándula sublingual.

Una vez en la boca, el alimento se mastica con los dientes, se mezcla con la saliva y ayudada por la lengua, forma el bolo alimenticio.

El bolo alimenticio es una porción de alimento, una masa blanda de comida masticada y preparada para pasar desde la boca hasta el esófago, a eso se llama deglución.

La deglución, por tanto, es el acto de tragar el bolo alimenticio, en ese momento, cesa la parte voluntaria de la digestión; a partir de la deglución todo sucede de forma automática.

Una vez en el esófago el alimento ya no puede volver atrás. El esófago realiza una serie de constricciones para empujar el alimento. No sólo sirve la gravedad, hay que considerar que el bolo todavía es semisólido y viscoso, y la acción muscular o peristálsis (del griego peri, alrededor, y stalsis, constricción) sirve de gran ayuda.

Al acercarse el bolo al estómago se encuentra con el esfínter cardiaco, llamado así por estar cerca del corazón, pero sin ninguna relación con este órgano. Una vez en contacto, se relaja el esfínter cardíaco, la abertura se ensancha y el alimento se vierte en el estómago.

El estómago es la parte más ancha del conducto alimenticio. Adopta la forma de una “jota”. La parte superior la ocupa una burbuja de gas. En el estómago se mezcla el bolo alimenticio con los jugos gástricos, absorbiendo las proteínas y formándose el quilo.

El estómago sirve para almacenar el alimento en el proceso de la digestión. El alimento permanece durante tres o cuatro horas. Las paredes del estómago experimentan contracciones peristálticas para mezclar íntimamente el alimento con los jugos digestivos producidos por el estómago.

Uno de los jugos más sorprendentes es el ácido clorhídrico. Este ácido fue descubierto durante la Edad Media junto con otros ácidos minerales y se consideraba como un producto típico del mundo inorgánico. Cuando en 1824 descubrieron este ácido en contacto con los delicados tejidos del organismo, el incipiente mundo científico no dejó de asombrarse.

Este ácido acelera la desintegración de las proteínas y de los hidratos de carbono en sustancias más pequeñas.

Se pensó durante años que el ácido clorhídrico era el agente digestivo, pero más tarde se descubrió una proteína denominada pepsina (del griego pepsi, digestión. La “pepsi-cola” le debe este nombre, y la propaganda de entonces pretendía convencer a la gente de que era una bebida digestiva)

La pepsina fue una de las primeras enzimas descubiertas entre los jugos gástricos. El nombre de enzima proviene del griego zyma, fermento, pues en realidad la primera enzima la conocieron en el proceso de fermentación de la cerveza.

Las enzimas actúan acelerando la desintegración de las moléculas del alimento ingerido para formar cada vez moléculas más simples y más pequeñas, y así las células pueden incorporarlas en su propia sustancia.

El jugo gástrico contiene diversas enzimas, entre ellas la renina que actúa sobre la leche en particular coagulándola, o la lipasa que es capaz de desintegrar la grasa. Aunque a veces debido a la excesiva acidez del estómago algunas enzimas quedan inoperativas.

La resistencia de la pared gástrica al fuerte ácido producido por las glándulas, y a la acción disolvente de la pepsina sobre la carne, se refuerza gracias a las secreciones de la mucosa del estómago, de naturaleza antiácida que recubren y protegen a la pared. Pero a menudo este equilibrio se rompe y aparece la hiperacidez. La pared gástrica puede erosionarse y formar una úlcera.

Mientras el alimento permanece en el estómago, los esfínteres permanecen cerrados. A veces, las burbujas de gas pueden arrastrar parte del jugo ácido, produciendo una sensación de quemazón en el esófago. El estómago es insensible a sus ácidos, pero no lo es el esófago, por ello los esfínteres deben permanecer cerrados.

Sin embargo, el efecto de la digestión gástrica con la adición de sus jugos reduce completamente el alimento a un estado líquido, el quimo (del griego chymos, jugo). En ese momento se relaja un esfínter situado en la porción inferior del estómago, el píloro, de dónde debe su nombre el esfínter pilórico (del griego píloros, portero, guardián).

El quimo pasa por la acción peristáltica en pequeñas oleadas hacia la siguiente porción del conducto.

La acidez del estómago destruye todas las bacterias en principio presentes en el alimento, aunque más tarde pueden volver a aparecer en las porciones inferiores del conducto digestivo.

El quimo abandona el estómago y penetra en el intestino. El intestino se divide en una parte más larga y delgada llamada intestino delgado, y otra parte más corta pero más gruesa conocida por esas características como intestino grueso. Los primeros veinticinco centímetros de intestino delgado lo constituye el duodeno.

El duodeno es la porción de intestino delgado que recibe el impacto inicial del quimo altamente ácido, que fluye a través del esfínter pilórico, y la misión del duodeno es la de neutralizar esa acidez.

La mucosa del duodeno posee secreciones antiácidas para neutralizar esa alta acidez, pero al igual que el estómago, se halla en constante peligro y si existe algún fallo puede producirse una ulcera duodenal.

Una de las glándulas que neutraliza el ácido del quimo es el páncreas (del griego pan, todo, y kreas, carne). La otra glándula, la mayor del organismo, es el hígado.

La sustancia del páncreas se llama jugo pancreático y contienen una gran variedad de enzimas destinadas a actuar sobre las distintas clases de alimentos. La amilopsina es una enzima que ataca al almidón, por ello se denomina amilasa pancreática. La esteapsina desdobla a la grasa, por eso se la conoce como lipasa pancreática.

La primera enzima descubierta en el páncreas se la llamó tripsina, por lo de romper, (en griego, thrypto, romper). Otra fue la quimotripsina (romper o desintegrar el quimo), estas dos últimas enzimas continúan con el trabajo de la pepsina en el estómago.

Las enzimas del páncreas no pueden desempeñar sus funciones en un ambiente ácido. La acidez del quimo debe ser neutralizada por la sustancia formada por la mayor de todas las glándulas, el hígado.

La secreción del hígado se conoce como bilis. Se conduce hasta el duodeno por el conducto hepático. Es secretada sin cesar y se almacena en un saco especial denominado vesícula biliar, en donde se acumula la producción diaria de bilis.

Cuando el alimento llega al duodeno, la vesícula se contrae y su contenido pasa al duodeno a través del conducto cístico (del griego Kistys, vejiga), que se une al conducto hepático para formar juntos el conducto biliar común. Este conducto se une al conducto pancreático inmediatamente antes de su entrada en el duodeno, y así el duodeno recibe una mezcla de bilis de la vesícula, bilis directamente del hígado y jugo pancreático.

Aunque no contiene enzimas, la bilis es importantísima para completar la digestión. Sus compuestos poseen una acción detergente. Desintegra las grasas en glóbulos más pequeños para que puedan mezclarse con el agua formando una emulsión. Esto es importante, ya que las enzimas son unas sustancias solubles en agua y pueden actuar sobre las que estén en disolución. Sin bilis, la mayor parte de las grasas no se digieren.

El hígado es un órgano capaz de realizar una serie de reacciones químicas. Toda sustancia química que penetra en el organismo y no pueda ser desintegrada para formar energía o incorporada a la morfología del cuerpo llega finalmente al hígado para sus desintoxicación.

El hígado neutraliza esa sustancia haciéndola mas soluble y dispuesta para ser eliminada a través de la orina. Un exceso de trabajo puede dañar irreparablemente al hígado.

El hígado es el órgano de mayor tamaño y complejidad metabólica del organismo. Posee una enorme capacidad de regeneración, en respuesta a diferentes agresiones como toxinas, alcohol, medicamentos y muchos otros

DIGESTIÓN INTESTINAL

Muchos confunden digestión con absorción. También se tiene una idea equivocada sobre el papel del intestino. Algunos creen que en el intestino desembocan las sustancias de desecho, pues siguiendo con la falsa idea, la digestión finalizaría en el estómago. Pero eso no es así.

Debe tenerse en cuenta que en el duodeno, aún incluyendo la acción

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