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Geografia Economica


Enviado por   •  3 de Octubre de 2014  •  2.506 Palabras (11 Páginas)  •  174 Visitas

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La geografía económica se ha dividido tradicionalmente en cuatro grandes campos estrechamente interrelacionados: la geografía agrícola o agraria, la geografía industrial, la geografía de los servicios y la geografía del transporte, esta última incluida en ocasiones en la anterior.

Durante los últimos decenios han cobrado protagonismo los estudios que analizan los sectores de forma interrelacionada y se le da más relevancia a los aspectos relacionados con el desarrollo económico; de esta forma, los geógrafos se han interesado, en los últimos años, por el análisis de los desequilibrios económicos (como demuestran los patrones de actividades económicas a lo largo del mundo), así como por el modo en que se puede relacionar la estructura social con la actividad económica y la forma en que determinadas formas de desarrollo económico hacen uso de los recursos naturales y del medio ambiente en general.

En la actualidad, se tratan temáticas novedosas como el desarrollo sostenible a escala espacial, el teletrabajo, la terciarización, el sistema mundo y la globalización, las nuevas tecnologías y su aplicación en los medios de transporte y las telecomunicaciones.

Inicios en el siglo XIX

La Geografía económica, como especialidad en el seno de la Geografía, tiene sus orígenes en la geografía comercial del siglo XIX, que se centraba en la localización espacial de materias primas y recursos naturales, localización relacionada con la geografía física y el desarrollo de las redes de transporte, y con la formación de los imperios coloniales. La geografía comercial desempeñó así un importante papel en el establecimiento y sostenimiento de las relaciones económicas del colonialismo. Muchos de los exploradores del siglo XIX fueron patrocinados por las sociedades geográficas fundadas durante las primeras décadas de la centuria en Berlín, París y Londres.

Por ejemplo, los viajes de David Livingstone fueron subvencionados por la Real Sociedad Geográfica británica, con sede en Londres. El objetivo de estas sociedades y de la mayoría de los exploradores era, no solo descubrir ‘nuevos’ lugares, sino también nuevas fuentes de materias primas que beneficiarían el rápido crecimiento de las industrias europeas. Así, se inició el comercio con la apertura de nuevas áreas, como el Áfricatropical, ricas en materias primas, que podrían ser extraídas a bajo precio por mano de obra indígena y, más tarde, transformadas en bienes de consumo en Europa.

La geografía comercial, imperante hasta mediados del siglo XX, se basó fundamentalmente en el amplio marco epistemológico y metodológico de la geografía regional. Se dedicó a la descripción y el trazado de mapas con la ubicación de los recursos naturales y de su explotación en el mundo. Sin embargo, desde la década de 1950, este enfoque, predominantemente descriptivo, dio paso a otro, centrado más en en el análisis de los factores económicos y su incidencia espacial.

El motor de este cambio fue la llamada ‘revolución cuantitativa’, que afectó a la totalidad de la Geografía, y en especial a la geografía humanadurante el final de la década de 1950 e inicios de la siguiente. Muchos geógrafos rechazaron los tradicionales métodos descriptivos, en general, y la idea de unicidad de áreas concretas (comarcas, regiones), centro del interés de la geografía regional de la época, en particular. Por el contrario, empezaron a buscar maneras de introducir un enfoque más científico, mediante el desarrollo de teorías generales que pudieran explicar las estructuras espaciales de la ocupación y la explotación humanas de la Tierra.

En un primer momento, estas teorías de la geografía económica se basaron fundamentalmente en la política económica neoclásica y asumieron que el sistema de mercados era un racional y eficaz distribuidor de los recursos y de la riqueza. Los aspectos políticos, sociales y culturales y los problemas asociados con la distribución de los recursos y de la riqueza fueron ignorados. Los modelos geográficos derivados de la política económica neoclásica incluían muchas teorías sobre localización de industrias y sobre patrones del uso agrícola de la tierra, de asentamiento y de redes de transporte.

Esas teorías defendían las actuaciones para lograr la maximización de los beneficios por parte de los individuos y aprovechaban otras, procedentes de la geometría y de la física, para predecir modelos geográficos. Algunos modelos anteriores fueron desarrollados en esta época. Entre estos se hallan el modelo del uso de tierras agrícolas, establecido por el agrónomo alemán Johann Heinrich Von Thünen (1783-1850) en1820; el de Alfred Weber (1868-1958) sobre el asentamiento industrial, establecido a inicios del siglo XX; y los modelos para la localización de asentamientos, definidos en la década de 1930 por el geógrafo Walter Christaller (1893-1969) y el economista August Lösch (1906-1945), ambos alemanes, que dieron origen a la teoría del lugar central.

Estos modelos, sin embargo, no reflejaban con exactitud la complejidad del mundo real y los geógrafos económicos comenzaron a adoptar, tras la década de 1960, teorías que les permitían centrarse en las consecuencias sociales de la actividad económica. Las teorías de Karl Marx (1818-1883), escritas un siglo antes y en las que manifestaba que la estructura de la sociedad estaba en estrecha relación con la organización del sistema productivo, ejercieron una gran influencia, no solo en la geografía económica, sino también en la geografía humana en general, lo que constituyó la base de lo que más tarde sería denominada geografía radical o marxista.

Las teorías marxistas, que implican que la producción económica y la sociedad están inextricablemente ligadas, mantienen su importancia para los estudios de la relación entre la estructura social y la actividad económica, a cualquier escala, local o global. El desarrollo desigual, esto es, el hecho de que, tanto en el pasado como en la actualidad, ciertas regiones han sido favorecidas, desde el punto de vista económico, a expensas de otras, ha sido objeto importante de estudio.

Esta desigualdad en el desarrollo ocurre a diversas escalas: por ejemplo, a escala mundial, la concentración de riqueza y tecnología tiene lugar en las economías altamente industrializadas de Occidente, a costa de los países en vías de desarrollo. Dentro de los países occidentales, ciertas regiones, como el sureste de Inglaterra, se han desarrollado con mayor rapidez que otras. A una escala menor, Londres es el centro dominante en el sureste de Inglaterra, y dentro de la ciudad, existe, a su vez, una concentración de riqueza en ciertas zonas residenciales o industriales. Son estas tupidas redes, que se hacen más complejas en las distintas

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