INTRODUCCION IR HACIA LA GENTE (Taylor Y Bogdam)
panchitah200122 de Abril de 2014
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INTRODUCCION IR HACIA LA GENTE (Taylor y bogdam)
El término metodología designa el modo en que enfocamos los problemas y buscamos las respuestas. En las ciencias sociales se aplica a la manera de realizar la investigación. Nuestros supuestos, intereses y propósitos nos llevan a elegir una u otra metodología. Reducidos a sus rasgos esenciales, los debates sobre metodología tratan sobre supuestos y propósitos, sobre teoría y perspectiva.
En las ciencias sociales han prevalecido dos perspectivas teóricas principales (Bruyn, 1966; Deutscher, 1973). La primera, el positivismo, reconoce su origen en el campo de las ciencias sociales en los grandes teóricos del siglo XIX y primeras décadas del XX, especialmente August Comte (1896) y Emile Durkheim (1938, 1951 ). Los positivistas buscan los hechos o causas de los fenómenos sociales con independencia de los estados subjetivos de los individuos. Durkheim (1938, pág. 14) afirma que el científico social debe considerar los hechos o fenómenos sociales como "cosas" que ejercen una influencia externa sobre las personas. La segunda perspectiva teórica principal que, siguiendo a Deutscher (1973), describimos como fenomenológica, posee una larga historia en la filosofía y la sociología (Berger y Luckmann, 1967; Bruyn, 1966; Husserl, 1913; Psathas, 1973; Schutz, 1962, 19671). El fenomenólogo quiere entender los fenómenos sociales desde la propia perspectiva del actor. Examina el modo en que se experimenta el mundo. La realidad que importa es lo que las personas perciben como importante. Jack Douglas (1970b, pág. ix) escribe:
Las “fuerzas” que mueven a los seres humanos como seres humanos y no simplemente como cuerpos humanos... son "materia significativa". Son ideas, sentimientos y motivos internos.
Puesto que los positivistas y los fenomenólogos abordan diferentes tipos de problemas y buscan diferentes clases de respuestas, sus investigaciones exigen distintas metodologías. Adoptando el modelo de investigación de las ciencias naturales, el positivista busca las causas mediante métodostales como cuestionarios, inventarios y estudios demográficos, que producen datos susceptibles de análisis estadístico. El fenomenólogo busca comprensión por medio de métodos cualitativos tales como la observación participante, la entrevista en profundidad y otros, que generan datos descriptivos.
En contraste con lo que ocurre en el caso de las ciencias de la naturaleza, el fenomenólogo lucha por lo que Max Weber (1968) denomina verstehen, esto es, comprensión en un nivel personal de los motivos y creencias que están detrás de las acciones de la gente. Este libro trata sobre la metodología cualitativa: sobre cómo recoger datos descriptivos, es decir, las palabras y conductas de las personas sometidas a la investigación. Su tema es el estudio fenomenológico de la vida social.
No estamos afirmando que los positivistas no puedan emplear métodos cualitativos para abordar sus propios intereses investigativos. Así, Durkheim (1915) utilizó abundantes datos descriptivos recogidos por antropólogos como base para su tratado The Elementary Forms of Religious Life. Lo que decimos es que este libro no se propone la búsqueda de las causas sociales y que en ese tema no reside nuestro interés investigativo.
Volveremos a considerar la perspectiva fenomenológica en este capítulo, pues ella está en el núcleo de esta obra. Es la perspectiva que guía nuestra investigación.
UNA NOTA SOBRE LA HISTORIA DE LOS METODOS CUALITATIVOS
La observación descriptiva, las entrevistas y otros métodos cualitativos son tan antiguos como la historia escrita (Wax, 1971). Wax señala que los orígenes del trabajo de campo pueden rastrearse hasta historiadores, viajeros y escritores que van desde el griego Heródoto hasta Marco Polo. Pero sólo a partir del siglo XIX y principios del XX lo que ahora denominamos métodos cualitativos fueron empleados conscientemente en la investigación social.
El estudio de Frederick LePlay de 1855 sobre familias y comunidades europeas representa una de las primeras piezas auténticas de observación participante (Bruyn, 1966). Robert Nisbet (1966) escribe que el trabajo de LePlay constituye la primera investigación sociológica "científica ":
Pero The European Working Class es una obra que pertenece sin dudas al campo de la sociología, la primera obra sociológica auténticamente científica del siglo... Por lo general se considera que Suicide de Durkheim es la primera obra científica de sociología, pero en nada empaña el logro de Durkheim la observación de que en los estudios de LePlay sobre parentesco y tipos de comunidad europeos se encuentra un esfuerzo muy anterior de la sociología europea por combinar la observación empírica con la extracción de inferencias esenciales, y por hacerlo reconocidamente dentro de los criterios de la ciencia.
En antropología, la investigación de campo hizo valer sus méritos hacia principios del siglo. Boas (1911) y Malinowski ( 1932) establecieron el trabajo de campo como un esfuerzo antropológico legítimo. Como lo señala Wax (1971, págs. 35-36), Malinowski fue el primer antropólogo profesional que proporcionó una descripción de su enfoque investigativo y un cuadro del trabajo de campo. Quizás debido a la influencia de Boas y Malinowski, en los círculos académicos la investigación de campo o la observación participante ha continuado siendo asociada con la antropología.
Sólo podemos especular acerca de las razones por las cuales los métodos cualitativos fueron tan prontamente aceptados por los antropólogos y tan fácilmente ignorados por los sociólogos. El Suicide de Durkheim, que equiparó análisis estadístico con sociología científica, ha tenido gran influencia y proporcionó un modelo de investigación a varias generaciones de sociólogos. Habría sido difícil para los antropólogos emplear técnicas de investigación tales como los cuestionarios de relevamiento y las estadísticas demográficas que desarrollaron Durkheim y sus predecesores. Es obvio que no se puede entrar en una cultura tribal y pedir el registro de entradas de una seccional de policía o administrar un cuestionario. Además, mientras que los antropólogos no han estado familiarizados con la vida cotidiana de las culturas que estudiaban, y por lo tanto ella les interesaba profundamente, con toda probabilidad los sociólogos daban por sobreentendido que ya sabían lo bastante sobre la vida diaria de las personas de su propia sociedad como para decidir qué mirar y qué preguntas hacer.
Pero los métodos cualitativos tienen una rica historia en la sociología norteamericana, incluso aunque hasta el momento no hayan sido objeto de una amplia aceptación. El empleo de métodos cualitativos se divulgó primero en los estudios de la "Escuela de Chicago" en el período que va aproximadamente de 1910 a 1940. Durante ese lapso, investigadores asociados con la Universidad de
Chicago produjeron detallados estudios de observación participante sobre la vida urbana (Anderson,
The Hobo, 1923; Cressey, The Taxi-Dance Hall, 1932; Thrasher, The Gang, 1927; Wirth, The Ghetto,
1928; Zorbaugh, The Gold Coast and the Slum, 1929); ricas historias de vida de criminales y delincuentes juveni- les (Shaw, The Jack-Ro Iler, 1966; Shaw, The Natural History of a Delinquent Career, 1931; Shaw y otros, Brothers in Crime, 1938; Sutherland, The Professional Thief, 1937) y un estudio clásico sobre la vida de los inmigrantes y sus familias en Polonia y los Estados Unidos basado 7en documentos personales (Thomas y Znaniecki, The Polish Peasant in Europe and America, 1918-1920). Antes de la década de 1940, quienes se consideraban estudiosos de la sociedad ya estaban familiarizados con la observación participante, la entrevista en profundidad y los documentos personales.
Por importantes que fueran estos primeros estudios, el interés en la metodología cualitativa declinó hacia el final de la década de 1940 y principios de la de 1950, con la preeminencia creciente de grandes teorías (por ejemplo, Parsons, 1951) y de los métodos cuantitativos. Todavía hoy es posible graduarse en sociología sin haber escuchado nunca la expresión "documentos personales".
Desde la década de 1960 resurgió el empleo de los métodos cualitativos. Se han publicado tantos estudios vigorosos y profundos basados en estos métodos (por ejemplo Becker, 1963; Goffman, 1961) que ha sido imposible restarles importancia. Lo que alguna vez fue una tradición oral de investigación cualitativa, ha quedado registrado en monografías (Lofland, 1971 , 1976; Schatzman y Strauss, 1973; Van Maanen y otros, 1982) y compilaciones (Emerson, 1983; Filstead, 1970; Glazer, 1972; McCall y Simmons, 1969; Shaffir y otros, 1982). También se publicaron libros que examinan los fundamentos filosóficos de la investigación cualitativa (Bruyn, 1966), relacionan los métodos cualitativos con el desarrollo de la teoría (Glaser y Strauss, 1967) y contienen relatos personales de las experiencias de los investigadores en el campo (Douglas, 1976; Johnson, 1975; Wax, 1971). Hay incluso periódicos dedicados ala publicación de estudios cualitativos ( Urban Life, Qualitative Sociology).
Los enfoques de sociólogos, antropólogos, psicólogos y otros estudiosos dedicados ala investigación cualitativa actualmente son sorprendentemente similares (Emerson, 1983). Por cierto, a veces es difícil, si no imposible, distinguir entre la antropología cultural y la sociología cualitativa.
Así, la sociología emplea términos como etnografía y cultura, que poseen una clara resonancia antropológica; antropólogos como Spradley (1979, 1980) adoptan el interaccionismo
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