Instituciones Religiosas

INSTITUCIONES RELIGIOSAS

La religión toma muchas formas y direcciones. Podemos hablar de instituciones religiosas, instalados como sistemas de creencias y prácticas religiosas, regularizadas y ampliamente compartidas en una sociedad. También podemos hablar de asociaciones religiosas como grupos organizados de personas que comparten creencias y prácticas de una religión. La existencia de Iglesias como “cultos congregacionales” no nos determina la existencia o no de religiones, ya que hay pueblos sin iglesias (tal como las conocemos en Occidente) y sin embargo las prácticas religiosas forman parte de su cotidianidad.

Una definición sociológica de Religión puede ser la acuñada por Johnstone (1975; p.20) : “sistema de creencias y prácticas mediante las cuales un grupo de personas interpreta lo que piensan que es sobrenatural y sagrado y responden a ello”.

RELIGIÓN Y SOCIEDAD

En algunas sociedades, las instituciones pretenden aprovechar la religión o las religiones para intentar producir ciertos comportamientos morales, en tanto que las religiones, en general, proponen o imponen virtudes básicas como la honestidad, la solidaridad. Pero no existen estudios científicos que aseguren que la relación determinante entre religión-comportamiento moral.

Desde una perspectiva que trascienda su dimensión moral, podemos decir que la religión proporciona a las personas una cosmovisión como así también respuestas a preguntas trascendentales. Además proporciona las bases fundamentales para superar los intereses individuales egoístas en pos de una convivencia comunitaria.

El análisis sociológico de la religión se enfoca en el estudio de su interacción la sociedad, en tanto que no es fácil distinguir el límite entre una y otra. El trabajo del sociólogo constituye una búsqueda de los efectos sociales de las diferentes creencias así una tarea de identificar la construcción de prácticas y creencias religiosas en relación a las condiciones sociales que las propician.

La religión como una etapa de la evolución.

Auguste Comte consideraba a la religión, en su aspecto secular, como una etapa de la evolución de la sociedad. Por lo tanto su fuerza era diferente según la época en la que se la analizara. Según este autor, en la antigüedad, la sociedad explicaba los fenómenos a través del discurso sacro-religioso y a su vez la iglesia era la institución que tenía a su cargo la educación, el servicio social y la salud. En la modernidad el mismo pierde legitimidad y es reemplazado por lo secular, tanto en los discursos como en las prácticas. Se habla de una secularización del mundo, aunque el debate sobre esta idea no se ha agotado.

La religión como fuerza unificante de la sociedad.

Emile Durkheim, luego de numerosos estudios, concluye que la religión no es un medio de contacto con Dios o lo sobrenatural, sino entre las personas; desarrollando un sentido de comunidad al compartir las experiencias rituales. Otros autores, apoyándose en esta perspectiva hablan de “religión civil” para referirse a un cuerpo de creencias religiosas que, aunque de Iglesias distintas, son ampliamente sostenidas por la sociedad, desempeñando un efecto unificante de la misma. Tal es el caso de la sociedad de Estados Unidos, donde la religión es el fundamento de las acciones gubernamentales y el sostén de la conducta moral exigida a los ciudadanos en un estado democrático.

La religión como el “opio del pueblo”.

Karl Marx plantea que las fuerzas económicas dominan la sociedad, por lo tanto la religión “adormece” al pueblo distrayéndolo de la lucha de clases, prolongando su explotación. Por lo tanto, para este autor, la religión es un “falso conocimiento” de la realidad pues sólo refleja los intereses de la clase social dominante.

La religión como una fuerza dinámica.

Max Weber en línea opuesta a Marx, al menos en este tema, propone considerar cómo las actitudes del protestantismo ascético favorecieron el surgimiento del capitalismo. Es decir se constituyó en una fuerza direccionadora del cambio económico.

ESTRUCTURAS DE LAS ASOCIACIONES RELIGIOSAS.

El grado de institucionalización de la religión difiere de unas sociedades a otras. Por lo tanto, su organización también resulta diferente. Algunas sociedades cuentan con un especialista religiosos, a quien los europeos han llamado “hechicero”, que está a cargo de las prácticas religiosas sin una estructura organizacional fácilmente distinguible.

En la religión cristiana la organización distingue formas como: la ecclesia, el culto y la secta y la denominación. Esta clasificación no implica juicio de valor en relación a su validez o prestigio. Más bien denota el tipo de relación con la sociedad en general.

Ecclesia.

Es la Iglesia Estatal a la cual pertenecen como miembros todas las personas de esa sociedad, al menos nomilamente. Acepta apoyo del Estado y sanciona prácticas culturales básicas. Ej: las Iglesias Luteranas en los países escandinavos; la Iglesia católica en España e Italia; el Islamismo en Arabia Saudita, entre otras.

Culto y Secta

Considerados los polos opuestos a la ecclesia en tanto que cuestionan los valores sociales y religiosos que aquella propone y defiende.

El culto propone un nuevo acento religioso y ofrece nuevos puntos de vista antes soslayados, rescatando alguna particularidad de la ecclesia o combinando las creencias con otras de otras religiones.

La secta ofrece un retorno a las verdades originales acusando a las Iglesias de su abandono. Insiste en seguir la doctrina sin desviaciones en todos los aspectos de la vida. Sus tradiciones pueden diferir de las de la sociedad en general.

Denominación.

Es un grupo de personas que no constituye una mayoría de ciudadanos de la nación. Al igual que la secta se preocupa por todos los aspectos de la vida. En tanto que es una minoría no se siente presionada a aceptar las normas sociales más comunes. Trata de influenciar el comportamiento de sus miembros como de la sociedad en general. La separación con el Estado se practica sólo en teoría.

FUNCIONES MANIFIESTAS DE LA RELIGION.

Se agrupan alrededor de tres tipos de intereses:

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