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Interpretación del Poema Romance Sonámbulo de Federico García Lorca


Enviado por   •  19 de Mayo de 2013  •  Tesis  •  2.688 Palabras (11 Páginas)  •  1.825 Visitas

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Interpretación del Poema Romance Sonámbulo de Federico García Lorca

Mediante la redacción de este trabajo se intenta presenta el análisis del poema Romance Sonámbulo, de Federico García Lorca. Federico García Lorca, un poeta, dramaturgo y prosista español; es considerado el poeta español de mayor influencia del siglo XX. Este vivió desde el 5 de junio de 1898 hasta el 18 de agosto de 1936. Sus estudios superiores fueron en la Universidad de Granada donde estudió filosofía y letras y se licenció en derecho. Allí conoció a Manuel de Falla, quien ejerció una gran influencia en él, transmitiéndole su amor por el folclor y lo popular. Federico García Lorca se dedicó con pasión también a la música y el dibujo, y empezó a interesarse por el teatro. Sin embargo, su primera pieza teatral, El maleficio de la mariposa, fue un fracaso. El reconocimiento y el éxito literario de Federico García Lorca llegó con la publicación, en 1927, de Canciones y, sobre todo, con las aplaudidas y continuadas representaciones en Madrid de Mariana Pineda, drama patriótico. Romancero gitano (1928), fue una obra en que se funden lo popular y lo culto para cantar al pueblo perseguido de los gitanos, personajes marginales marcados por un trágico destino. Es a esta obra donde pertenece nuestro poema “Romance sonámbulo”, que se considera una de las más populares según los críticos: “Entre las obras más comentadas de García Lorca se encuentra su Romance Sonámbulo” (Encarnación Rivera 38). Pero Federico García Lorca tenia su propia visión de la poesía, y la conoceremos a través de las palabras de Rodrigo Purcell Torretti:

García Lorca niega saber qué es lo que es la poesía, porque los poetas no pueden saberlo, a diferencia de los profesores y críticos. Sin embargo Lorca dice que la poesía es un fuego entre las manos con el cuál se trabaja a la perfección, pero que no puede hablar de él. Además da la idea de que la poética es variable, puesto que depende de los gustos por donde se la enfoque, y si los gustos varían, la poética es susceptible de esa variación. (Purcell Turretti)

Los últimos años de su vida los consagró al teatro, a excepción de dos libros de poesía: Diván del Tamarit, que fue un conjunto de poemas inspirados en la poesía arabigoandaluza, y el Llanto por Ignacio Sánchez Mejías (1936), que fue una elegía dedicada a su amigo torero, donde combina el tono popular con imágenes de filiación surrealista. Algunos de los ejemplo de sus obras teatrales lo son Yema (1934) y La casa de Bernarda Alba (1936) . Esta última considerada su obra maestra, fue también la última, ya que ese mismo año, durante la guerra civil, fue detenido por las fuerzas franquistas y fusilado por razones poco claras que pueden deberse a su papel de poeta, libre pensador, personaje susceptible de alterar el orden social, e inclusive por sus preferencias sexuales.

“En su baranda, una muchacha espera el retorno de su amado, al parecer ausenta en una correría contrabandista. El amante regresa mal herido, sube con el padre de la muchacha a donde antes estaba y la encuentra muerta, luego llegan los guardias a arrestarlo” (Smith 65). Se nos presenta la trágica historia de dos gitanos que no pueden vivir su amor a plenitud, para entender un poco más la historia de estos amantes, se analizara a continuación el poema por estrofas.

En la primera estrofa podemos encontrar dos símbolos tenemos la luna gitana y el color verde, la luna es símbolo del amor gitano y de la liberta, ya que podemos inferir que esta mujer espera porque su amado llegue libre a su encuentro para que así nunca tenga que alejarse. El color verde es presentado constantemente en este poema, el cual representa la frescura del campo y es el sabido color de la esperanza. (Silva Herzog 257) Podemos ver la presencia del color verde en este poema como:

García Lorca considera “verde” como sustantivo y luego como adjetivo, pero al utilizar verde no como sustantivo ni adjetivo sino como verbo nos da un contexto diferente. “Verde que te quiero verde” entonces, pone en vibración simpática el eco fónico de, “verte, que te quiero ver.” Esta es la expresión del deseo de aquella muchacha en su baranda, pues el verbo ver está implícito en esa parte de la casa en donde ha subido para ver lejanías. (Smith 67)

En la segunda estrofa vemos como la amada continúa esperando a su querido el cual no llega y al ver que algo se asoma en el mar esta se pregunta quien vendrá, además en esta estrofa se continúa describiendo a la mujer como una verde, esto como un símbolo que nos deja saber que esta ha estado mucho tiempo esperando a su amado y que de tanto estar en el monte ya parece parte de este, que no ha pedido las esperanzas de verlo ya que lo quiere ver. En algunas críticas se dice que en los versos “La higuera frota su viento/ con la lija de sus ramas, / y el monte, gato garduño/ eriza sus pitas agrias.”, Lorca se refiere a una relación homosexual.

Donde “la higuera” se refiera a un Baco, o hombre homosexual; “frota su viento” es indicio de potencial sexual; “con la lija de sus ramas” se refiere a su miembro sexual; “el monte gato garduño” nos indica la presencia de otro cuerpo masculino y “eriza sus pitas agrias” nos indica que hay alguien con piel de gallina al ser penetrado por un objeto punzante. (Silva Herzog 259)

Esta interpretación para estos versos parecer cierta por la manera en que está sustentada, no concordamos con ella ya que en el poema siempre se nos refiera a ella, la que espera en su baranda por el regreso de su amado.

En la tercera estrofa, podemos encontrar por vez primera al personaje del amado el cual llega a la casa de su compadre herido de muerte queriendo hacer un trueque con él. Donde le dice: “Compadre, quiero cambiar mi caballo por su casa, mi montura por su espejo, mi cuchillo por su manta.” Este truque como vemos intercambia las diferentes maneras de vivir ya que el jinete tenía a su caballo como su casa, su montura era donde único él se veía ya que siempre estaba ahí y su cuchillo que era su protección. “Pero el jinete ha olvidado aquella casa. Solo recuerda y regresa cuando, demasiado tarde, se le escapa el tiempo portátil de su propio cuerpo en una escandalosa fuga de sangre (Smith 71). Esto porque, como se podremos ver más adelante la niña que esperaba ya estaba muerta, y con su muerte se lleva lo que de hogar había en esa casa, por esto es que el compadre le responde al jinete diciéndole: “Pero yo ya no soy yo, ni mi casa es ya mi casa.” (Smith 70)

En la cuarta estrofa, nos encontramos con una escena conmovedora en la cual el compadre lo ayuda a subir a la baranda donde se encontraba su amada

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