Jacobo Grinberg
maluma1239 de Junio de 2014
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Jacobo Grinberg, el genial científico
Jacobo Grinberg Zylberbaum, uno de los más lúcidos e intrépidos científicos mexicanos, desapareció misteriosamente en 1994. Como legado dejó, además de su ejemplar actitud ante el estudio científico de la conciencia y múltiples fenómenos “etéreos”, la fundación del Instituto Nacional para el Estudio de la Conciencia y más de cincuenta libros, así como innumerables estudios e investigaciones. Grinberg egresó de la Facultad de Ciencias de la UNAM, donde cursó la carrera de Psicología, y entre otros estudios de posgrado obtuvo un doctorado en el New York Medical College, durante el cual se dedicó principalmente a llevar un registro electrofisiológico del cerebro humano expuesto a estímulos geométricos. Se dice que a los 12 años Grinberg decidió estudiar la mente humana a raíz de que su madre falleciera de un derrame cerebral. A partir de entonces comenzaría una admirable trayectoria que lo llevaría a confrontar la mente, a través del minucioso estudio, hasta consagrar una comunión con ella y entender que a fin de cuentas esta representaba el pulso catalizador por medio del cual el ser humano construye lo que conocemos como realidad.
Una de las etapas más populares de la carrera profesional de Grinberg fue el trabajo realizado junto con la legendaria curandera mexicana Pachita, con quien trabajó, desde una perspectiva científica, en la evaluación metodológica de las manifestaciones de conciencia en el ser humano. A partir de estas experiencias escribió el más popular de sus libros, Pachita, Milagro Mexicano. En la introducción de esta obra, Grinberg justificó así su publicación que para muchos puso en riesgo su prestigio científico y, sin embargo, terminó por ser una pieza fundamental para que la ciencia se permitiese relajar sus viejos tabúes y disponerse a estudiar aquellas facetas de la “realidad” que permanecían a la sombra de la mirada de los científicos.
La Teoría Sintérgica y la Dermoóptica
Entre algunos de los estudios que encabezó Jacobo Grinberg, ya fuese dentro del Instituto Nacional Para el Estudio de la Conciencia, fundado por él mismo al interior de la UNAM, o de manera independiente, se encontraban intrigantes temáticas en torno a la relación de la mente con la materia. Desde ortodoxos análisis y evaluaciones prácticas de las aptitudes paranormales de brujos, yoghis y chamanes, hasta la posibilidad de entrenar a niños propensos al desarrollo de herramientas cognitivas calificadas como “extra-sensoriales”. Otro de los temas que más tiempo de trabajo le ocupó a Grinberg fue la telepatía, entendiendo este fenómeno como la transmisión precisa de información entre dos cerebros separados en el tiempo y/o el espacio.
Como resultado de estas investigaciones Grinberg acuñó novedosas teorías. Su Teoría Sintérgica, la cual se refiere a una especie de matriz holográfica, llamada lattice, que todo lo abarca (y la cual recuerda a los campos morfogenéticos propuestos por Sheldrake o al concepto de “orden implicado” acuñado por David Bohm). Al interior de este campo informacional nada está separado, es una especie de éter híperinformativo a partir del cual nuestro cerebro debe decodificar hebras de conocimiento a través de distintas aptitudes cognitivas. Y el resultado de este proceso es lo que cada uno de nosotros concebimos como la “realidad”: «La realidad es percibida como resultado de una decodificación que lleva a cabo nuestro cerebro a partir de una estructura pre-espacial, y como tal involucra la interpretación realizada por el aparato de nuestra mente-cerebro», afirmaba Grinberg.
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