La Jacobo

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En un barrio humilde de la ciudad de Ibagué vive Jacobo, un campesino oriundo del sur del Tolima. A sus 55 años de edad su rostro cuenta la historia de un pasado donde el cultivar y colectar el café era su oficio favorito desde que rayaba el alba hasta la caída del sol. En ocasiones recuerda con nostalgia los momentos de felicidad que le dejo su tierra, el casamiento con su esposa, el nacimiento de sus 12 hijos, la satisfacción que sentía al tomar una taza de café a las seis de la mañana antes de empezar cada jornada de trabajo y el saber que trabajaba y poseía su propiedad con la cual le garantizaba un buen futuro a su familia.

Con el mandar de su saliva se apaga su voz, como si bebiera un trago de yiel. Hoy ya no hay alegría para él. Ya no puede cosechar su tierrita. No vuelve a su hogar primaveral, porque fue despojado del sitio que lo vió nacer. Ya no se toma el cafe en las mañanas. Para el ya no hay trabajo.

No obstante, esas manos talladas por el paso de los años, siguen dando batalla pese a la adversidad. Ahora trabaja en las montañas y rios de asfalto de siete a siete por un mínimo en la ciudad que le resulta un paisaje extraño, que lo desconce como hijo y lo castiga con la indiferencia. Dice que le gustaría regresar a su finca, pero con el monopolio de las grandes empresas de productos agrarios, no tiene posibiidad alguna. Pues la ruina viene con ellos y el campo está perdido.

Es que el avance de productos de exportación sobre áreas ganaderas y de café está redujendo la actividad agropecuaria, con la llegada de empresas multinacionales de semillas, no mejoró la calidad de vida de los pobladores, al contrario, sus elevados costos generan pérdidas, la mayoria de veces no cuenta con los pesitos para comprarlas y además, estas empresas cuentan con el respaldo del gobierno nacional. Cuando se presenta alguna denuncia, las autoridads no hacen nada. "En el campo se ve que la llegada de grandes productores, no genera desarrollo. El desarrollo económico es sólo para los empresarios", cuenta con tristeza. 

Virus , enfremedades, sequía en sus cultivos, hambre, deseperación, altos costos de producción, amenazas, fueron motivo del desplazamiento de Jacobo y su familia hacia un mounstruo de ciudad, que no tiene compación de nadie y menos con personas que no estan capacitadas para su demanda y oferta, donde la vida abofetea y no se cansa de humillar, donde el rebusque es la única manera de sobrevivir. A él, como a muchos les toca regalarse por un plato de comida y por la generosidad de poca gente que se cruza en sus caminos, logrando llevar a casa unos escasos cinco huevos, tostadas y una panela.

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