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DÍA DE MUERTOS

Una de las tradiciones más arraigados que se presentan en nuestro Estado durante el año, es la celebración del Día de Muertos, que es una costumbre en donde se rinde culto a los seres queridos que ya no estan con nosotros. Su origen se remonta a la època  precolombina, es decir, antes de que Cristóbal Cólon descubriera América.

Los mayas antiguas tenían la constumbre de enterrar al muerto en el patio de su casa, junto con objetos de barro, metales, collares de cuentas de caracol o concha marina, platos y vasijas de barro pintadas de azul turquesa.

Los mayas de ayer ya tenían sus propios altares, los cuales estaban en los templos, en las casas particulares, en los patios, en los recintos sagrados y en las plazas.

¿Sabes que ofrendas acostumbraban hacer los mayas de áquella época?

La vida y la sangre humanas y de animales, las resinas aromáticas, las frutas el maíz, el cacao, las semillas, la miel, el pozole, el balché, agua, acompañado de plumas y piedras preciosas, metales finos elaborados, flores, ropas, papeles manchado de goma, fuego, etc.

Anteriormente, todos estos cultos que practicaban los pueblos prehispánicos eran catalogados como paganos, sin embargo actualmente nuestras tradiciones y costumbres son respetadas, a pesar de que cuando se dio la conquista y evagelización de México, muchas de ellas se mezclaron con las que traían los españoles, creándose una fiesta de rituales pagano.

Ahora, el “Día de Muertos” o de los “Fieles Difuntos”, es una celebración que se manifiesta de manera diferente en cada una de las regiones del país. En la Península de Yucatán es tradición conocida como Hanal Pixán o comidas para las ánimas.

¿Sabes que significa la palabra “Pixán”?

Es un toponímico maya que significa vida, aliento, fuerza, todo lo que nos mueve, ya que para los pueblos mayas los seres queridos que ya han muerto siguen presentes en sus hogares a través de us espíritu.

El 31 de octubre, el 1 y el 2 de noviembre, son los días que se festeja a los finados, com también se les conoce a los difuntos. Sin embargo, cada día tiene una dedicatoria especial: el primer día es cuando llegan a visitarnos los pixanitos (ánimas de niños), el segundo día descienden las almas de los pixanes (adultos) y el último día es considerado de Todos los Santos y se dedica para visitar el cementerio para poner velas y flores en las tumbas de los difuntos.

Para estas fechas, las familias en sus casas preparan su altar colocándolo sobre una mesa cubierta con un mantel blanco, sobre la cual se deposita la ofrenda que incluye alimentos, bebidas y dulces que más les gustaba a los difuntos.

Los altares llevan al centro una cruz, así como objetos de barro, estampas de santos, flores como la ruda y la albahaca, copal, velas, veladoras, recipientes con alimentos como la yuca con miel de abeja, camote, jícama, pibinal (elote cocido bajo tierra), jícaras con pinole y atole nuevo, cigarros y dulces tradicionales como frailes, cocadas, mazapanes de pepita, buñuelos y dulce de calabaza.

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