LA ETICA EN LA CIENCIA Y LA TECNOLOGIA
alo1234515 de Marzo de 2012
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l, 1. Introducción
La historia de Cuba, la historia de sus hombres y mujeres, ha estado preñada de acciones y actitudes ante la vida, las cuales han sentado las bases de nuestro sistema de ideas. Desde el prebístero Félix Varela, quien nos enseñó a pensar, José Martí, nuestro Héroe Nacional, hasta los próceres que durante el siglo XX han retomado esas ideas, este ideario ha sido caracterizado por un espíritu ético que ha trascendido a nuestros días como uno de los mejores legados del pueblo cubano.
Con la Revolución este legado cobra su justa dimensión, puesto que esta ética se nutre de la igualdad, de la solidaridad, de la justicia social que es inherente a nuestro sistema social y que es orgullo de nuestra patria.
Ética, (del griego h J s V : moral, carácter, costumbres) es la ciencia que trata de la moral, de su origen y desarrollo de sus reglas y, sobre todo, de lasnormas de conducta de los hombres, de sus deberes hacia la sociedad, hacia la patria y el estado.
Es precisamente este hombre el que ha logrado que en los últimos años tanto la ciencia como la técnica hallan logrado un avance vertiginoso. Ello ha traído como consecuencia la aparición de un nuevo paradigma: La Tecnología de la Información (TI).
Este vertiginoso desarrollo ha incidido de forma directa en las relaciones entre las personas y, por ende, entre los profesionales, así como en susestrategias económicas y políticas.
Debido a que son estos profesionales los autores de los sistemas que mueven las Tecnologías de la Información ellos juegan un papel determinante, pues de su actuación se deriva el aporte de beneficios o de daños, o la influencia en otras personas para que actúen como ellos, esto ha devenido en un problema que atañe a toda la sociedad.
En nuestra sociedad, como en otras tantas, la formación de estos profesionales pasa por las manos de los profesores en escuelas y universidades, los que, de una u otra forma los modelan para entregarlos a la sociedad y que allí reviertan lo que se
ha depositado en ellos.
En el presente trabajo se aborda la profunda relación que existe entre la ciencia, la tecnología y la sociedad, el surgimiento de esta nueva era y algunos ejemplos de los problemas éticos que trae consigo, todo lo cual demuestra el surgimiento de un problema social provocado por el desarrollo de la ciencia y la aplicación de diversas tecnologías.
Al finalizar se exponen algunos de los principios esenciales que deben regir la actividad del profesional de las Tecnologías de la Información.
2. Ciencia y Sociedad
Es bien conocida la idea de que la ciencia es un sistema lógicamente estructurado de conocimientos verdaderos, y que su objetivo o propósito fundamental consiste en descubrir las leyes objetivas de los fenómenos y encontrar la explicación de ellos.
Pero también se sabe que todo conocimiento, por teórico que sea, está en relación directa con todos los aspectos de la vida, en relación directa con las personas. Es irrefutable que este conocimiento que muestra la realidad también condiciona la posibilidad de influir sobre la misma. Por ello se puede afirmar que todo conocimiento científico tiene una relación directa con el hombre.
Es por ello que la actitud frente a la ciencia, por necesidad, constituye una actitud frente al hombre y por ello involucra el aspecto moral.
De ahí que toda actividad científica deba orientarse por el reconocimiento del individuo como valor supremo, pues es precisamente el ser humano, su vida, su bienestar y salud, su cultura, su libertad y progreso, quien le confiere sentido real a la ciencia. [López, 1994]. De no ser así el actuar del hombre de ciencia se convierte en un problema social.
Para la ciencia las teorías científicas son fundamentales pero ello es sólo una parte de sus resultados. Esos resultados se alcanzan en virtud de una práctica social. Todos esos rasgos transparentan la naturaleza social de la ciencia, ya que son procesos y entidades sociales que sólo se pueden explicar en relación con el contexto social que los condiciona [Núñez, 1999].
Con la tecnología sucede idénticamente. Esta es mucho más que una suma de aparatos cada vez más caros y sofisticados; sino que es una práctica social que involucra conocimientos, destrezas, recursos humanos y materiales, valores e ideologías [Núñez, 1999].
De ahí que los cambios tecnológicos, experimentos sociales en sí, requieren de control social. Por ende la visión que deben tener los actores de la ciencia y la tecnología necesita ser educada en principios que respondan ante la sociedad, es decir, éticos.
La ciencia y la tecnología aparecen y se desarrollan gracias a la actividad práctica de los hombres, a su relación social.
La educación de los profesionales, de todos en general y, específicamente de aquellos que manipulan las Tecnologías de la Información, debería fundarse en la idea de que ciencia y tecnología son procesos sociales, y no verdades y aparatos al alcance de todos.
Se plantea, pues, ante la humanidad un problema que nos involucra a todos. Su parte más oscura reside en criterios que intentan fundamentar teóricamente una actitud evasiva por parte de la ciencia y los científicos en relación con la responsabilidad por el uso de sus resultados. De esta forma se plantea que no se puede pensar en la existencia de algún gran descubrimiento científico que en principio no pueda tener una u otra aplicación con fines inhumanos.
O sea, que un mismo resultado científico, puede tener diversos destinos, utilizarse para el bien del hombre o para su destrucción.
La historia de la física, la química y la biología pueden aportar ejemplos.
¿Qué decir ante tamaña excusa?
Sería totalmente injusto culpar hoy a Einstein, a Mendeleiev o Pasteur por la bomba atómica, las armas químicas, o la guerra bacteriológica. Pero también sería inadecuado, sobre esta base, exonerar totalmente de responsabilidad al científico y a la ciencia cuando esta es guiada de antemano por una finalidad antihumana, como ocurre en el caso de la actividad científica vinculada a la gran industria de guerra imperialista, en la aplicación deguerras bacteriológicas, de la cual hemos sido testigos, en la utilización de proyectiles con uranio empobrecido y en toda una serie de acciones que día a día se aplican en el mundo contemporáneo.
La ciencia carecerá de sentido si no se fundamenta en el principio del humanismo, pues ella debe reconocer al hombre como valor supremo.
Es precisamente el hombre, su vida, bienestar, salud, cultura, libertad y progreso, quien le confiere sentido a la ciencia [Clark, 1999].
El desarrollo de las TI es de tal envergadura que las invenciones nuevas hacen prácticamente obsoletas los existentes hasta hoy. Se vislumbra, una nueva era. Este vertiginoso y ascendente movimiento de las TI, ha motivado el cambio del paradigma tecnológico, el que deja de tener como base alpetróleo y es entonces la información quien viene a situarse en su núcleo.
Es así como las relaciones interpersonales cada vez son menos cercanas, al tener la posibilidad de, a través de una computadora, poder recibir diferentes servicios (teletrabajo, telecompra, educación a distancia, correo electrónico). Igualmente al tener una interrelación con sus compañeros de trabajo a través de la computadora, cada vez la confrontación personal es menor y se pierde el concepto de colectivo laboral.
No se quedan atrás las relaciones interprofesionales. Con un mayor uso de estas tecnologias las relaciones del profesional de las TI se amplian cada vez más, lo que conlleva a que su actividad se diversifique y penetre, con una profundidad nunca antes vista, en otras profesiones.
Ni que hablar entonces de su estrategia tanto económica como política ya que cada vez más las TI inciden en la prestación de servicios, que es a la vez el sector que produce los mayores dividendos en las producciones económicas nacionales de los países desarrollados, e incluso de otros que no lo son, y, como es harto sabido, si se tiene el dominio de la economía se logra el dominio político.
Y todo esto producto de que, dado el uso de las TI, no hay enfrentamiento personal, cara a cara, y, escudándose tras una tecnología, se miente, se tergiversa, se aplasta si es necesario, a su interlocutor, si así se le puede llamar, rompiendo con los más elementales principios de la ética. ¿No es esto acaso un problema social de considerable envergadura?
3. La Honestidad: cualidad moral imprescindible.
Teóricamente, todo lo que obstaculice el conocimiento de la verdad, la altere o impulse premeditadamente hacia la mentira, resulta amoral y, por ende, no ético. Por otro lado, la valentía en la oposición al engaño, a la falsedad, al prejuicio, debe primar en la conducta y actividad profesional del científico, unido a la sabiduría y objetividad en la expresión de la verdad. Esto, a su vez, exige del científico asumirla como valor principal que guíe su actividad. En este sentido, la honestidad hacia sí mismo y hacia los demás, deviene en cualidad moral imprescindible para la eficacia científica y, en definitivas, para su quehacer profesional, lo cual demuestra una actitud ética ante su actividad.
El rigor profesional en las TI está unido indisolublemente a la honestidad personal del profesional. El respeto a la propiedad intelectual debe convertirse en principio rector de su atención. Copiar programas, base de datos y atribuirse su creación, así como su venta ilícita son actitudes deshonestas y poco profesionales. La creación científica sólo es legítima cuando surge como resultado del esfuerzo investigativo,
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