LA EVOLUCIÓN DE LOS HOMÍNIDOS
karencamarilloDocumentos de Investigación5 de Julio de 2016
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LA EVOLUCIÓN DE LOS HOMÍNIDOS
La historia de la evolución humana comenzó con una combinación casual de sustancias químicas en algún mar cálido del precámbrico, hace más de 3,800 millones de años. También podríamos considerar que comenzó hace aproximadamente 1,5 millones de años, cuando alguna pequeña tribu de homínidos descubrió que podía crear un borde filoso en una piedra para cortar el cuero de un animal.
Tendencias en la evolución de los primates
La evolución de los primates comenzó cuando un grupo de pequeños animales semejantes a las musarañas se trepó a los árboles. La mayoría de las tendencias en la evolución de los primates parece estar relacionada con diversas adaptaciones a la vida arbórea.
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La mano y el brazo de los primates
Los primeros mamíferos cuadrúpedos tenían cinco dígitos separados en cada mano y en cada pie. Cada dedo, a excepción del pulgar de la mano y del primer dedo del pie, tenía tres segmentos separados que lo hacían flexible y capaz de movimientos independientes. En el curso de la evolución, diferentes presiones selectivas que fueron favoreciendo una mayor eficiencia para correr, excavar y capturar la presa llevaron al desarrollo y pezuñas y garras en la mayoría de los mamíferos. En algunos casos, las presiones selectivas dieron lugar a la aparición de los miembros en aletas natatorias. Sin embargo, los primates retuvieron y perfeccionaron el patrón básico de cinco dígitos.
En la estructura cuadrúpeda básica de los mamíferos y reptiles primitivos, el antebrazo tiene dos huesos largos (el radio y el cúbito), lo que confiere flexibilidad. Entre los mamíferos, son particularmente los primates los que pueden torcer el radio por encima del cúbito. La mayoría de los primates tienen también uñas en lugar de garras. Las uñas dejan libre la superficie táctil del dedo y esto incrementa en gran medida la sensibilidad de los dedos para explorar y manipular.
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Postura vertical
Otra adaptación a la vida arbórea es la capacidad de adoptar una postura erecta. Aun los primates cuadrúpedos, como los monos, pueden sentarse erguidos.
Una consecuencia de esta postura es el cambio en la orientación de la cabeza, que permite al animal mirar directamente hacia adelante mientras se mantiene en una posición vertical. Esta característica, por sobre todas las demás hace que nuestros parientes primates no parezcan tan “humanos”. La postura vertical fue una característica importante sobre la que posteriormente se sustentó la evolución de la posición erecta, característica de los humanos modernos.
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Líneas principales de la evolución de los primates
Generalmente se divide a los primates en dos grupos principales: los prosimios (loris, galagos, tarseros y lémures) y los antropoides o primates superiores (monos, antropomorfos y humanos).
Prosimios
Durante el Paleoceno y el Eoceno (hace unos 65 a 38 millones de años), las selvas tropicales y subtropicales estaban habitadas por abundantes y variadas especies de prosimios que se distribuían mucho más al norte y al sur del Ecuador que en la actualidad.
Antropoides
Monos
Los monos, junto con los antropomorfos y los humanos, constituyen el grupo de los antropoides. En la actualidad, los monos son generalmente más grandes que los prosimios, sus cráneos son más redondeados y, en general, se les considera más inteligentes, aunque ésta es una cualidad difícil de medir. Todos los monos tienen visión estereoscópica completa y son capaces de discriminar los colores, todas las especies conocidas en el presente tienen hábitos diurnos.
Los monos aparecieron, probablemente, como una ramificación del tronco prosimio, durante la época Eocena. En el Nuevo Mundo se han hallado formas relacionadas con el ancestro en el registro fósil del Oligoceno.
Se distinguen dos grupos principales: los monos del Nuevo Mundo, conocidos también como Platirrinos – que significa “nariz ancha”- y los monos del Viejo Mundo, los Catarrinos -que significa “nariz hacia abajo”-. La separación de estos dos grupos ocurrió en el momento de la desintegración de Gondwana. A partir del aislamiento que se produjo al separarse los continentes, el flujo génico quedó interrumpido, de modo que ambas ramas de monos pasaron a tener destinos evolutivos independientes: los Platirrinos evolucionaron en América del Sur y los Catarrinos en África, durante el periodo Oligoceno.
Antropomorfos
Los antropomorfos junto con los humanos (Homo sapiens) conforman la superfamilia de los hominoides y son parientes de los monos del Viejo Mundo. Los hominoides y los monos del Viejo Mundo se encuentran dentro del grupo de los Catarrinos.
Los antropomorfos fósiles aparecen en gran cantidad en depósitos de Kenia y Uganda en África, cuya datación varía entre 14 y 22 millones de años. Los antropomorfos actuales comprenden cuatro géneros: Hylobates (gibones), Pongo (orangutanes), Pan (chimpancés) y Gorilla (gorilas).
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Los primeros Homínidos
El género Austrolopithecus, que tuvo una existencia de por lo menos 3 millones de años, incluye diversas especies, algunas de las cuales coexistieron. En la actualidad se acepta que todas ellas evolucionaron exclusivamente en África, ya que no se conocen registros de este género en otros continentes. La especie más antigua reconocida hasta el presente es Austrolopithecus anamensis, hallada por Meave Leakey y sus colaboradores en Kenya, en 1995, que ha sido datada entre 4,2 y 3,8 millones de años. Casi al mismo tiempo, ha sido descrita otra especie denominada Ardipithecus ramidus, hallada en 1994 por el equipo de Tim White en Etiopía y datada en 4,4 millones de años. El descendiente de A. anamensis es probablemente Austrolopithecus afarensis, especie muy bien conocida a la que pertenece Lucy, cuyos fósiles tienen entre 3,7 y 3 millones de años. Las especies mencionadas hasta aquí representan una etapa temprana en la evolución del linaje, en la que la presencia de rasgos simiescos ancestrales pone de manifiesto que la divergencia del ancestro común con el linaje de los chimpancés es aún muy reciente.
Los Austrolopithecus posteriores comprende una serie de especies que se han clasificado en dos grandes grupos: gráciles y robustos. Los gráciles, que se registraban en el sur de África entre 3 y 2 millones de años atrás, están representados por Austrolopithecus africanus. Estos australopitecinos son de tamaño pequeño, tienen dientes y muelas reducidos, andar erecto y la parte frontal de cráneo de forma redondeada, semejante a la de los humanos actuales. Tanto la talla general como el tamaño del cerebro es menor en este linaje que en el de los autralopitecinos robustos. [pic 5]
El género Homo
Hace cerca de dos millones de años, algunas poblaciones africanas de Austrolopithecus afarensis o de Austrolopithecus africanus parecen haber dado lugar a una forma nueva, el Homo habilis. El Homo habilis tenía un cuerpo y un cerebro considerablemente más grandes que los Austrolopithecus. El Homo habilis fue probablemente el primer homínido que se valió de herramientas de piedra y de hueso, en su mayor parte armas toscas de diversos tipos. En un tiempo relativamente corto, el Homo habilis se dispersó por Europa, Asia y África.
Hace cerca de 1.8 millones de años apareció el Homo erectus, probablemente un descendiente de una población africana de Homo habilis. El cerebro del H. erectus era del tamaño de los cerebros más pequeños de los seres humanos adultos modernos. El rostro era muy diferente al de los humanos modernos. El rostro era muy diferente al de los humanos modernos, presentaba grandes protuberancias en la frente, un rostro ligeramente prominente y sin barbilla.
El homo habilis produjo sólo herramientas punzantes bastante rudimentarias, llamadas hachas manuales, por lo general sin tallarlas de un lado para poder sostenerlas con la mano. El homo erectus fabricaba herramientas más finas. Con frecuencia, las herramientas eran piedras afiladas por los contornos, algunas de estas cuchillas por lo general amarraban a las lanzas en lugar de sostenerlas con las manos. Las herramientas del hombre de Neanderthal eran verdaderas obras de arte, con extremos muy afilados que se conseguían desbastando pedazos pequeños de piedra. Al comparar estas armas del Homo habilis, el H. erectus y el H. sapiens, observe el aumento progresivo en el número de hojuelas removidas de las cuchillas y la reducción correspondiente en el tamaño de las hojuelas. Las hojuelas más pequeñas y numerosas producen una cuchilla más filosa y sugieren una mayor perspicacia para la fabricación de herramientas, más paciencia, un control más fino de los movimientos manuales, o probablemente los tres.
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