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LEY DE LA CORRESPONDENCIA ENTRE LAS RELACIONES DE PRODUCCIÓN Y EL CARÁCTER DE LAS FUERZAS PRODUCTIVAS


Enviado por   •  17 de Febrero de 2013  •  2.122 Palabras (9 Páginas)  •  967 Visitas

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LEY DE LA CORRESPONDENCIA ENTRE LAS RELACIONES DE PRODUCCIÓN Y EL CARÁCTER DE LAS FUERZAS PRODUCTIVAS: ley económica objetiva del desarrollo de la sociedad y que actúa en todas las formaciones económico-sociales (ver). Determina la acción recíproca entre las fuerzas productivas (ver) y las relaciones de producción (ver) revelando el nexo causal interno y la interdependencia de estos dos aspectos del modo de producción. Las fuerzas productivas son el elemento más revolucionario y móvil de la producción. Primero se desarrollan y modifican las fuerzas productivas. Como resultado de estos cambios, se desarrollan y se transforman las reacciones de producción. Las relaciones de producción constituyen una forma de desarrollo de las fuerzas productivas, de cuyo nivel y carácter dependen. Al mismo tiempo, dichas relaciones poseen una cierta independencia y actúan, a su vez, sobre el desenvolvimiento de las fuerzas productivas. Si las relaciones de producción corresponden al nivel y al carácter de las fuerzas productivas, aceleran su avance, se convierten en su motor. Al contrario, si las relaciones de producción se rezagan respecto al desarrollo de las fuerzas productivas y dejan de corresponder al carácter de estas últimas, constituyen un obstáculo para el progreso de la producción. Tarde o temprano, como lo prueba la historia del desarrollo de la sociedad, las relaciones de producción caducas han de ser sustituidas por otras, nuevas. La ley de la correspondencia entre las relaciones de producción y el carácter de las fuerzas productivas condicione la sustitución de las formaciones económico-sociales, la transición de un régimen social a otro transición que, en las sociedades antagónicas de clase, se efectúa en encarnizada lucha de clases, por medio de la revolución social. En correspondencia con esta ley, surge la necesidad y la posibilidad objetivas de poner fin al régimen capitalista e implantar el socialista. Las relaciones de producción capitalistas, basadas en la propiedad privada sobre los medios de producción, se encuentran en conflicto con el carácter social de las poderosas fuerzas productivas modernas. La prueba está en los bajos ritmos de crecimiento de la producción, en las crisis económicas, en el hecho de que se trabaja constantemente por debajo del potencial de producción, en la desocupación crónica. Después de desarrollar de manera gigantesca las fuerzas productivas, el capitalismo no las utiliza en interés de la sociedad, sino con vistas al enriquecimiento de un pequeño grupo, de un puñado de explotadores. El capitalismo se ha trocado en un inmenso obstáculo del progreso social. La humanidad entra en el período de la revolución científico-técnica, más las relaciones de producción del capitalismo resultan excesivamente estrechas para tal revolución, para que la sociedad pueda utilizar plenamente todos los resultados de la ciencia, de la técnica y de la cultura. El creciente conflicto entre las acrecentadas fuerzas productivas y las viejas relaciones de producción exige que se liquide la envoltura capitalista, que se liberen las poderosas fuerzas productivas creadas por el hombre y que se orienten hacia el bien de toda la sociedad. Esto solo puede hacerlo el socialismo. En el régimen socialista, gracias al dominio de la propiedad social sobre los medios de producción y al carácter planificado de la economía nacional las relaciones de producción se encuentran en consonancia con el carácter de las fuerzas productivas. Ello ofrece amplias perspectivas al desenvolvimiento acelerado y sin crisis de las fuerzas productivas socialistas. También bajo el socialismo surgen contradicciones entre las fuerzas productivas y algunos aspectos de las relaciones de producción. Pero no son contradicciones antagónicas, no dan origen a conflictos sociales, pues no existen clases interesadas en conservar relaciones de producción viejas, caducas. En el curso de la edificación comunista, el Partido Comunista y el Estado socialista descubren a su debido tiempo los elementos rezagados de las relaciones de producción y los modifican. A medida que se desarrollan las fuerzas productivas, que se va creando la base material y técnica del comunismo y avanza la educación comunista de los trabajadores, las relaciones socialistas de producción se perfeccionan y se van transformando en comunistas.

LAS FUERZAS PRODUCTIVAS Y LAS RELACIONES DE PRODUCCIÓN.-

En cualquier fase de desarrollo que se hallara, la producción siempre ha tenido dos aspectos: las fuerzas productivas y las relaciones de producción.

Las fuerzas productivas son los medios de producción y, ante todo, los instrumentos de trabajo creador por la sociedad, así como los hombres que producen bienes materiales. Precisamente los hombres, gracias a su experiencia y hábitos de trabajo, son los que accionan los instrumentos de producción, los perfeccionan, inventan máquinas y amplían sus propios conocimientos científicos. Con ello se asegura el desarrollo continuo de las fuerzas productivas y se despliega la producción de bienes materiales en medida creciente.

Sin embargo, los hombres no producen los bienes materiales trabajando aisladamente, sino en común, en grupos o en sociedades. Tomemos, a título de ejemplo, una fábrica de calzado de nuestros días. ¿Cuántos hombres trabajan en ella para producir una clase de mercancía: el calzado? Centenares e incluso millares, todavía trabajan más personas para esta empresa en la fabricación de máquinas, el curtido de pieles, la producción de hilos, agujas, etc. Por consiguiente, en el proceso de la producción de bienes materiales, los hombres se hallan vinculados entre sí, dependen los unos de los otros y contraen determinadas relaciones.

Marx dio el nombre de relaciones de producción o económicas a las que surgen entre los hombres en el proceso de la producción, el cambio y la distribución de los bienes materiales. Las relaciones de producción pueden ser relaciones de cooperación y ayuda mutua de hombres libres de la explotación o bien relaciones de explotación del hombre por el hombre. Esto depende de quien es el propietario de los medios de producción: la tierra y el subsuelo, los bosques, las fábricas, los instrumentos de trabajo,

etc. Cuando los medios de producción son propiedad privada y no pertenecen a toda la sociedad, sino a determinadas personas, grupos o clases sociales, se establecen relaciones de explotación del hombre por el hombre, relaciones de dominación y subordinación. Bajo el capitalismo, los obreros carecen de medios de producción y por eso, precisamente, se ven forzados a trabajar para los capitalistas. En el socialismo, los medios de producción pertenecen a toda la sociedad. De ahí que en él no haya explotación del hombre por el hombre y las relaciones entre las personas sean

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