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La Contaminacion Luminica


Enviado por   •  4 de Junio de 2014  •  2.243 Palabras (9 Páginas)  •  300 Visitas

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LA CONTAMINACIÓN LUMINOSA

Una de las alteraciones del medio ambiente que crece más rápidamente son los niveles de iluminación en el medio nocturno provocado por la luz artificial. La contaminación lumínica, cuya manifestación más evidente es el aumento del brillo del cielo nocturno por reflexión y difusión de la luz en los gases y partículas del aire, provoca numerosos y perjudiciales efectos económicos, sociales, sanitarios, culturales y medioambientales de gran trascendencia: tales como el aumento del gasto energético y económico de forma superflua por parte de los municipìos, intrusión lumínica en los hogares, encandilamiento y alteraciones de la salud, inseguridad vial, daño a los ecosistemas nocturnos y degradación del cielo nocturno.

Sin embargo, el problema de la contaminación lumínica no es la consecuencia inevitable del alumbrado público, logro incuestionable y necesario, ya que es posible darle solución iluminando de forma adecuada y eficiente, al evitar la emisión de luz directa a la atmósfera y emplear la cantidad de luz estrictamente necesaria, dirigiéndola allí donde necesitamos ver: hacia el suelo.

El esfuerzo en busca de la eficiencia energética y la disminución de los gastos de electricidad, que recargan las redes de distribución, en época de escasez energética, pasa necesariamente por reducir y racionalizar el exceso de iluminación callejera, como ya se ha hecho en la Municipalidad de Las Condes, en Santiago.

Este ahorro, permitirá reorientar recursos económicos hacia la educación y la salud, mejorando la calidad de vida de los vecinos y reduciendo la delincuencia de una forma más eficiente y permanente.

El gasto innecesario de electricidad para iluminar calles y plazas a toda potencia en momentos en que nadie las utiliza, o monumentos y carteles publicitarios en horas donde nadie los observa, es un insulto ante la gravedad de los problemas que trae el calentamiento global a la humanidad y de los esfuerzos que se hacen para disminuir las emisiones de gases de invernadero. En Chile más del 60% de la electricidad es generada por plantas termoeléctricas que funcionan quemando gas natural, diesel o carbón, por lo que generan grandes cantidades de gases de invernadero y otros contaminantes.

Un dramático efecto de la contaminación luminosa es la imposibilidad de observar los astros, salvo los más brillantes, ya que son opacados por la atmósfera iluminada por las luces artificiales de las ciudades. Esto está privando a varias generaciones de disfrutar y conocer el firmamento, quitando a los habitantes de las ciudades la posibilidad de contemplar el universo

UN RIESGO PARA LA SALUD

(ALTERACIÓN DE LOS RELOJES BIOLÓGICOS)

Además del derroche energético, la contaminación lumínica afecta negativamente a nuestro organismo. La clave está en la melatonina, una sustancia química que sirve para que los relojes biológicos ‘estén en hora’. Esta hormona, que se segrega durante la noche, deja de producirse cuando el ser vivo se expone a una luz artificial brillante –como las extendidas luces blancas led–, lo que genera y agrava muchos problemas de salud. «Se trata de enfermedades asociadas a la alteración de los ritmos biológicos y, en particular, al ritmo de sueño-vigilia.Hablamos de insomnio, depresión, envejecimiento acelerado, reducción de la fertilidad, obesidad, diabetes, trastornos cognitivos y algún tipo de cáncer», detalla Juan Antonio Madrid, director del Laboratorio de Cronobiología de la Universidad deMurcia.

Sin embargo, esta última relación no está demostrada. No existen estudios que vinculen la falta de melatonina con la aparición de tumores en seres humanos. «A nivel experimental, sobre todo en estudios in vitro con líneas celulares derivadas de tumores mamarios humanos, se ha demostrado que la melatonina inhibe la proliferación de estas células y su capacidad para metastatizar –propagar el tumor–, pero no hay ningún estudio que demuestre este papel en humanos», recalca Emilio J. Sánchez-Barceló, responsable del grupo de investigación sobre melatonina y cáncer mamario de la Universidad de Cantabria. Este equipo demostró, en un estudio publicado en la revista ‘Cancer Letters’, que, en ratas, el crecimiento de tumores mamarios inducidos eramayor cuando los animales se exponían a contaminación lumínica durante la noche que si permanecían en un ciclo ‘normal’ de oscuridad.

En este y otros artículos científicos, la contaminación lumínica se asocia a la actividad laboral nocturna. Tanto la Asociación Médica Americana como la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer han publicado sendos informes advirtiendo de riesgos para la salud. «Hay evidencias a favor de que la exposición a luz de una cierta intensidad durante la noche pueda considerarse un riesgo para la salud», asegura Sánchez-Barceló.

Apesar de estas advertencias, los residuos luminosos nocturnos apenas preocupan a la sociedad. «La labor que tenemos por delante es larga y difícil ya que, a diferencia de la contaminación del agua o del aire, casi nadie piensa que la luz nocturna sea un problema», admite Madrid.

Hace más de cien años que la luz artificial iluminó una calle por primera vez y las ciudades emprendieron una carrera para ser las primeras en iluminación nocturna. Hoy, astrónomos y biólogos denuncian las altas tasas de contaminación lumínica en España. Solo La Palma goza de una bóveda limpia, gracias a los más de 20 años de su Ley del Cielo, establecida poco después de que la isla albergara el Observatorio del Roque de Los Muchachos. Las demás regiones apenas cumplen la legislación, obviando las consecuencias biológicas, económicas y sanitarias que acarrea.

Imagen: Cielo nocturno en la isla de La Palma. Imagen: Laura Chaparro.

(SINC - Reportaje de Laura Chaparro | 25 octubre 2012) Cuando llega la medianoche, como si de un cuento de hadas se tratase, las calles de los núcleos urbanos de la pequeña isla canaria de La Palma se tiñen de color anaranjado. En ese momento, los letreros y la iluminación decorativa dejan de funcionar y la oscuridad va dominando por completo la noche. Solo así los vecinos pueden disfrutar de su más preciado patrimonio: el cielo estrellado.

“En la Península debes buscar lugares altos, con pocas lluvias, laderas suaves y vientos laminados por el mar o el océano para poder ver cielos oscuros”, explica a SINC Francisco Javier Díaz Castro, jefe de departamento de la Oficina Técnica para la Protección de la Calidad del Cielo, del Instituto de Astrofísica

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