La Corteza Cerebral

La corteza cerebral es un manto de sustancia gris, formada por cuerpos de neuronas, que cubre los hemisferios cerebrales y cuyo grosor varía de 1,25 mm en el lóbulo occipital a 4 mm en el lóbulo anterior. Se calcula que en la corteza del cerebro humano hay unos siete millones de neuronas.

Al principio de la vida la corteza cerebral es relativamente lisa, pero a medida que el tiempo pasa, el cerebro se desarrolla y en su superficie se forman hendiduras de profundidad variable. Las más profundas se denominan fisuras, las superficiales surcos, y las eminencias situadas entre los surcos se denominan circunvalaciones. Las fisuras y los surcos son pliegues de sustancia gris. El número la longitud y la profundidad de estas fisuras y surcos, así como la prominencia y el tamaño de las circunvoluciones es muy variable en las diferentes partes del cerebro.

La vesícula encefálica anterior secundaria o terminal, situada anteriormente a la vesícula encefálica intermedia, ocupa el extremo anterior del tubo neural.

Se divide desde su formación en tres partes: a) una parte media e impar que cierra anteriormente la cavidad del tercer ventrículo, b) dos partes laterales que presentan la forma de dos grandes mamelones huecos, situados a cada lado de la parte media; son las yemas o esbozos de las vesículas telencefálicas, que terminan formando los hemisferios cerebrales.

Formación de la pared anterior del tercer ventrículo. Desarrollo de las vesículas ópticas y del receso óptico. La parte media de la vesícula encenfálica anterior secundaria es muy corta. Constituye el extremo anterior del tubo neural. En consecuencia, su pared está representada por la lámina terminal que cierra anteriormente, sobre la línea media, el tubo neural, es decir, el tercer ventrículo.

La parte inferolateral del segmento medio de la vesícula encefálica anterior secundaria da origen a cada lado a una evaginación hueca, vesículas ópticas, que surgen antes de que el tubo neural se cierra por completo. Estas vesículas están unidas al cerebro por un pedículo que es originalmente hueco. Una depresión transversal del tercer ventrículo, que desplaza inferior y anteriormente la lámina terminal, une los orificios de desembocadura de los dos pedículos. A continuación, la cavidad de los pedículos ópticos desaparece y éstos se convierten en los nervios ópticos, pero la depresión transversal del tercer ventrículo, que los unía originariamente, persiste y se convierte en el receso óptico.

La evolución de las vesículas telencefálicas y el desarrollo de los hemisferios cerebrales:

Yemas de las vesículas telencefálicas. Esbozo de los ventrículos laterales. Agujero interventricular. Las yemas de origen de los hemisferios cerebrales se forman muy tempranamente. Su cavidad constituye el esbozo de los ventrículos laterales. Cada uno de ellos se comunica con el tercer ventrículo por medio de un orificio situado en la pared lateral de la vesícula encefálica intermedia, en el extremo anterior de la placa del techo, es decir, anteriormente el tálamo. Este orificio, denominado agujero interventricular, primero es muy amplio y después se estrecha de forma progresiva.

Desarrollo de los lóbulos olfatorios, desarrollo del bulbo, tracto y trígono olfatorio. Desde el comienzo del segundo mes de vida embrionaria, la cara inferior de cada vesícula telencefálica da origen a una expansión hueca que se alarga de posterior al anterior. Al cuarto mes, el extremo anterior de esta prolongación experimenta un gran desarrollo y constituye el ensanchamiento que es el esbozo del bulbo olfatorio; éste se encuentra unido a la vesícula telencefálica por el tracto olfatorio, cuya raíz ensanchada forma el trígono olfatorio. El lóbulo olfatorio está constituido por el trígono olfatorio, el tracto y el bulbo olfatorio. Originariamente está ahuecado por una prolongación del ventrículo lateral; después esta cavidad desaparece en el ser humano.

Crecimiento de las vesículas telencefálicas y engrosamiento de sus paredes. Desarrollo del cuerpo estriado, del lóbulo de la ínsula y del surco lateral. Muy tempranamente, al inicio del segundo mes la pared inferior y lateral la vesícula telencefálica se engruesan considerablemente en relación con la parte de la superficie externa de la vesícula que se convertirá en la ínsula. Ello constituye el esbozo del cuerpo estriado.

Hay cinco surcos importantes que sirven de punto de relación para el resto de las estructuras del cerebro.

Fisura longitudinal del cerebro: Es una fisura vertical profunda que separa los hemisferios. Su separación es completa en el frente y la parte posterior, mientras que en la porción media llega sólo hasta el cuerpo calloso, el cual consiste en una ancha franja de fibras comisurales que conectan ambos hemisferios. En la región posterior el cerebro envuelve al tálamo, cerebro medio y parte del cerebelo. Un repliegue longitudinal de la duramadre se extiende hacia abajo y separa a los dos hemisferios cerebrales. Se llama falce del cerebro (hoz del cerebro) a causa de que es delgada por delante y más ancha por atrás, por lo que semeja la forma de una hoz.

La fisura transversa está situada entre el cerebro y el cerebelo. También aquí un pliegue horizontal de la duramadre penetra a esta cisura y cubre la cara superior del cerebelo y la cara inferior del cerebro. Esta estructura se denomina tienda del cerebelo, también contiene senos venosos importantes.

En ambos hemisferios existen estructuras como el surco central o cisura de Rolando, surco lateral o cisura de Silvio o surco transverso, surco parietooccipital.

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Lóbulos del cerebro., la fisura longitudinal o media (fisura interhemisférica) divide al cerebro en dos hemisferios , y la fisura transversa separa al cerebro del cerebelo. Los otros tres surcos dividen cada hemisferio en cinco lóbulos. Con una sola excepción los lóbulos reciben el nombre de los hueso del cráneo debajo de los cuáles están colocados, por lo que se denominan: lóbulo frontal, lóbulo parietal, lóbulo temporal, lóbulo occipital y lóbulo de la ínsula.

El lóbulo frontal es la porción del cerebro situada por el frente del surco central (cisura de Rolando) y generalmente está formado por cuatro circunvalaciones principales,

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