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La Psicología De La Mujer Embarazada


Enviado por   •  26 de Noviembre de 2012  •  2.904 Palabras (12 Páginas)  •  1.034 Visitas

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PSICOLOGÍA DE LA MUJER EMBARAZADA

1. Aunque tal vez los cambios físicos son los más notorios, la mujer experimenta distintos sentimientos a lo largo de la espera del nacimiento de su hijo.

El bebé al nacer necesita cuidado de su madre en los aspectos físicos y psicológicos, la medre también debe experimentar los mismos tratos por su nueva condición de vida. La mujer pasa por diversos cambios durante y después del embarazo. Los que más notamos son los físicos, pero éstos no son los más importantes. En necesario que cada mujer se adapte en cuerpo y mente a las distintas etapas que surgen cada trimestre en el embarazo:

“Una madre tiene que nacer psicológicamente, tal como su bebé nace en forma física”, dice la psicóloga Inés Dibártolo.

Nace con ello una interrogante con respecto a la nueva identidad de la mujer, ¿cómo surge? “Surge gradualmente a través del trabajo acumulativo de los meses que preceden y siguen al nacimiento físico del bebé”, aclara la profesional.

Entonces, convertirse en madre es un proceso mediante el cual una mujer adopta una actitud mental diferente a la que había tenido hasta ese momento: se reorganizan sus intereses y prioridades y descubre nuevas inquietudes. En el embarazo se provocan muchos cambios emocionales en la mujer y al mismo tiempo la psicología particular de cada mujer afecta su embarazo. Muchas mujeres perciben el embarazo en forma inconsciente. Cierto desasosiego, unidos a síntomas físicos “raros” -cansancio, sueño, malestar en las mamas- le pueden advertir que algo está pasando. Después, la falta menstrual y el test que mide la hormona gonadotrofina coriónica humana (GCH) se lo confirman.

1.1. En el primer trimestre, el sueño es una manifestación física de que la futura mamá está intentando reacomodarse a su nueva realidad psíquica: se retrae sobre sí misma y busca descansar a solas, lo que le permite ir elaborando paulatinamente los cambios que sobrevendrán. El hijo en esta etapa es una mezcla entre realidad y fantasía, porque, lo cierto es que su presencia física todavía no se advierte en el volumen de la panza o en sus movimientos. “El sueño que se siente es como meterse hacia adentro e identificarse con el bebé que se está engendrando, y si bien los otros síntomas tienen su base fisiológica, también manifiestan el conflicto y la ambivalencia que siente toda embarazada: quiero este embarazo, pero también me asusta el cambio en mi vida”, explica Brígida Morgenroth, especialista en grupos de preparación para el parto.

La hipersensibilidad de la mujer, el humor cambiante y la irritabilidad -el nivel de hormonas también lo desencadena- es una de las características del embarazo y se expresa también en los sentimientos ambivalentes que experimenta: por un lado, se siente muy vulnerable y, por el otro, muy fuerte. “El embarazo es un cambio fenomenal y hay poca cosa firme de qué sostenerse”, dice la psicóloga Aixa Ezcurra, que coordina grupos de embarazadas.

1.2. “En el segundo trimestre, la embarazada se siente activa y con muchas ganas de encarar sus tareas; el embarazo es una realidad”, dice Morgenroth. “En el tercer trimestre en cambio, hay que dar mucho hacia adentro, alimentar y oxigenar a ese bebé que presiona contra otros órganos y las costillas, sintiéndose las molestias del final del embarazo”, agrega. La futura mamá tiene sentimientos ambivalentes: quiere que su hijo nazca pronto pero, a la vez, teme el parto o, ante la inminencia de grandes cambios en su vida, manifiesta deseos de que todo siga igual.

“El parto constituye una prueba no sólo física: tal vez la madre no se sienta segura de poder seguir dando al bebé todo lo que le ha dado hasta ese momento dentro de su panza, ni de poder reorganizar su vida, incluyéndolo”, explica Dibártolo.

2. Aspectos psicológicos del embarazo

Durante la gestación la mujer atraviesa por una serie de modificaciones en relación a su cuerpo, que van acompañadas por manifestaciones psíquicas. Se modifica la imagen que tiene de sí misma y se entrelaza con fantasías y representaciones.

Continente y expulsante. Se modifica la imagen que tiene de sí misma y se entrelaza con fantasías y representaciones. Al comienzo del embarazo aparece la "hipersomnia". La mujer siente que necesita dormir mucho más que lo habitual. Desde el punto de vista psicológico este síntoma corresponde a su identificación con el feto. Ella es de alguna manera su hijo y necesita mucho de su propia madre. Se movilizan afectos y recuerdos antiguos que la futura mamá necesita rever y recrear para adaptarse a su nueva situación e ir conectándose con el hijo que lleva dentro. La "Naturaleza" es sabia y le da tiempo para realizar este proceso. El embarazo es un tiempo de reflexión. La mujer revisará sus vínculos y se irá armando una imagen de sí misma y de sus modelos de cómo ser madre. Las madres de ahora son generalmente diferentes a las de antes. Los padres también. Ahora los hombres se permiten la ternura y la expresión de sus afectos. Pueden participar y es muy importante que lo hagan, tanto del embarazo como del parto y del placer de la paternidad. Para el padre el embarazo es un tiempo de pruebas. Tolerar que su mujer esté "ocupada" por un desconocido lo hace sentir muchas veces afuera, excluido. Los cambios corporales también movilizan los aspectos sexuales de la pareja. Amor, humor y flexibilidad son elementos que ayudan en tiempos de cambio. El ensimismamiento y algunos posibles síntomas físicos como náuseas, malestares o somnolencia durante los primeros meses indican que algo nuevo está pasando. No todos los hijos son deseados. No todas las mujeres quieren ser madres. Las situaciones no son todas iguales y muchas veces los cambios deseados o no son difíciles de manejar. Si la pareja tiene otros hijos el papá se verá más exigido a ocuparse de ellos. El nacimiento de un bebé es una crisis vital normal que afecta a toda la familia. La vida actual es complicada. Las mujeres deberán pensar cómo harán después del nacimiento, para armonizar maternidad, pareja, familia, trabajo y/o estudio sin olvidarse de sí mismas. El segundo trimestre coincide con la formación de la placenta. La mujer se conecta nuevamente con el mundo exterior. Ya está adaptada al embarazo y la panza se empieza a ver. El reconocimiento de los movimientos fetales hace que se intensifique la comunicación entre ambos y que el futuro bebé ocupe un lugar tangible en la familia. Con el tercer trimestre el parto se acerca inexorablemente. La buena preparación física y psicológica para la maternidad la ayudarán a tener el mejor parto posible, a prevenir la depresión post parto y a disfrutar plenamente

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