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Psicologia Del Hombre Y La Mujer


Enviado por   •  27 de Febrero de 2014  •  1.685 Palabras (7 Páginas)  •  470 Visitas

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De hombres y de mujeres

Por IWC

Desde la cuna de nuestra civilización occidental, en la Grecia antigua de Platón y Aristóteles, ser mujer no era algo precisamente deseable. Las féminas tenían el mismo estatus social que los esclavos, privadas de derechos cívicos y participación política.

Ya en la obra “La República”, de Platón, basada en la búsqueda de la construcción de una sociedad perfecta, el filósofo reconoce una misma naturaleza en el hombre y la mujer; debido a esta igualdad, para él era lógico que ambos tuviesen las mismas oportunidades a través de una educación igualitaria.

En cambio, fue Thomas Hobbes, filósofo materialista inglés contemporáneo de la Revolución Burguesa en su país, el primero en cuestionarse la desigualdad entre los dos sexos, así como la autoridad patriarcal.

Esto, quizá, fue factor importante para los movimientos feministas (primeros en la defensa de los derechos de la mujer), ya que cuando discutió la autoridad masculina y dejó de justificar la misma como una ley natural, abrió infinitas puertas que siempre llegaban al mismo resultado: ¿Por qué entonces la diferencia de géneros, al menos socialmente hablando?

Fue Hobbes, verdaderamente, el primero que puso en entredicho el valor universalista de la desigualdad juzgada hasta el momento, con lo que se convirtió en uno de los principales defensores de la equidad.

Pero mucha tela se ha cortado desde allá hasta nuestros tiempos.

Varón, masculino, supermacho

El esquema del supermacho no es nuevo. Juegos para niños: espada, pelotas, patines. Juegos para niñas: muñecas, cocinitas, escoba. Se preparan así, desde la infancia, para los distintos roles sociales que desempeñarán en el futuro.

Si nos centramos básicamente en la formación recibida por los distintos sexos, es notable que la educación hace hincapié en la concepción de que la mujer es más débil que el hombre y que este debe ser preparado para tomar decisiones, afrontar riesgos y ser dominador de las situaciones que se presenten en el transcurso de la vida.

Este paradigma es incorrecto, inaceptable, incluso, demostrado científicamente. Un reciente estudio publicado por el psicólogo brasileño Lair Ribeiro revela que: “Hay ocho inteligencias diferentes en cada ser humano que pueden ser desarrolladas: verbal, matemática, musical, espacial, corporal, intrapersonal, interpersonal y naturalista. En cinco de ellas, las mujeres son superiores a los hombres. Por ejemplo, en la verbal y también en la intrapersonal, siendo más intuitivas, más perceptivas y más compasivas. La superioridad en el terreno de la inteligencia de las mujeres es debido a que las mujeres tienen más conexiones entre el hemisferio izquierdo y el derecho del cerebro, eso les permite usar los dos lados a la vez; el hombre solo es capaz de hacer una cosa cada vez.”

¿Ya ves? Las investigaciones prueban que la mujer puede desempeñar de igual manera el mismo papel que el hombre e, incluso, hasta mejor.

Pero, hombres y mujeres, ¿realmente iguales?

Sin duda existen diferencias físicas y sicológicas innegables. Por eso es absurdo igualar a la mujer y al hombre en TODOS los aspectos; y hasta los estudios tienen sus puntos endebles.

Por ejemplo, como la psicología del poder que ha predominado históricamente ha sido la masculina, los hombres se han acercado al fenómeno limitados por su óptica, intentando ponerse en el lugar de la mujer, interpretar sus sentimientos, sus necesidades y sus deseos. Pero realmente no están, en tanto hombres, en condiciones para entender y asumir debidamente el enramado rol de la “química” femenina.

Indiscutiblemente existen diferencias emocionales y de conducta entre uno u otra que tienen un origen cultural. De ahí que el machismo, aunque criticable, no sea simplemente un intento de los hombres por perpetuar el dominio y la autoridad, sino que forma parte de toda una tradición heredada de una sociedad patriarcal.

Pero las diferencias no son solo en el orden cultural-psicológico, sino también en el físico o biológico, lo que afecta el accionar de ambos sexos. Las mujeres, por naturaleza, están preparadas para asumir tareas irrealizables para el hombre (parir, por ejemplo, o la capacidad multiorgásmica), mientras que al varón, por naturaleza, le corresponde determinar en sus espermatozoides x o y el sexo de la criatura (algo que aunque se lo propongan, no lograrían las mujeres). En fin, son diferencias que se complementan.

Equidad más que igualitarismo

Un estudio publicado en Cuba refleja claramente los conceptos de equidad e igualitarismo. Plantea el documento que las mujeres y los hombres se manifiestan desde su sexo, es decir, cada cual existe sexuadamente, cada cual existe en su género y se manifiesta en su género, piensa en su género, camina en su género, cocina en su género, estudia en su género, se relaciona en su género.

Por lo tanto, no podemos pretender igualar dos personas que son orgánicamente

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