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La pobreza en el mundo, Singer, p y otros. Compendio de ética


Enviado por   •  5 de Noviembre de 2017  •  Documentos de Investigación  •  1.904 Palabras (8 Páginas)  •  197 Visitas

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Universidad San Ignacio De Loyola

Curso: Ética

Profesor: FUENTES HUERTA, MIGUEL HUMBERTO

Bloque: FC-PRECIV06D1

Autor: Dowel, Nigel

Libro: La pobreza en el mundo, Singer, p y otros. Compendio de ética

Capitulo: pp 377-390

Nombre: CABRERA BRONCANO JUAN G.

Código: 1520395

Correo personal: JUAN_CABRERA_972@HOTMAIL.COM 

  1. El desafío

En primer lugar países en pobreza extrema o absoluta: hambre, enfermedad, destrucción, etc., llamados también países en desarrollo. En segundo lugar a los países ricos capaces de ayudar con recursos, estrategias para reducir dicha situación, unos afirman que no tienen tal deber de ayudar y otros dicen que sí, teniendo posibilidades económicas.

  1. ¿Que es ayudar?

Ayudar tiene varias ambigüedades, por un lado hay catástrofes de diversos tipos, como terremotos, sequias, etc., que proporciona ayuda de emergencia, por otro lado hay una pobreza que atesora a millones de personas, en respuesta a ello hay diversos tipos de programas, organizados por gobierno otro por empresas benéficas. Pero lo más importante es sobre AYUDA AL DESARROLLO. El arzobispo heder canora, busca las causas de pobreza y eliminar algunas de estas causas que elimine la acción humana.

El tipo de ayuda no solo pode a los individuos a actuar por iniciativa propia, sino que el gobierno recurra a la ayuda, mediante las políticas de comercio, para que sean igualmente aplicables para ambos niveles.

Ayudar no solo se trata de mostrar misericordia, bondad o caridad, estas palabras pueden expresarse erróneamente, es decir si se hace algo para ayudar, se puede llegar a salir bien por ello.

  1. Justicia, no caridad

Utilizar el término “asistencia” porque revela aquello que se expresa con la ayuda y porque  es más fácil entenderlo con un “deber”

Tal expresión “Justicia, no caridad” tiene dos ideas importantes, primero se suele interpretar la caridad como respuesta a lo individual, mientras que justicia de manera general las relaciones que existen o deben de existir, en una sociedad.

La exigencia de justicia es simplemente una exigencia progresiva para llegar a entender las necesidades básicas, es poner fin a la injusticia activa.

La asistencia tiene una orientación sustancialmente progresiva. El aliviar el sufrimiento, satisfacer las necesidades básicas, instituir los derechos fundamentales y aplicar el principio de justicia social son todos ellos aspectos complementarios del bien que podemos hacer.

  1. ¿Qué es el desarrollo?   

El concebir el desarrollo en términos de crecimiento económico plantea al menos tres tipos de dificultades. En primer lugar, el crecimiento como tal puede no beneficiar a los muy pobres, y en realidad puede ir unido a procesos que en realidad empeoran las cosas para los pobres, En segundo lugar existe el peligro de que el crecimiento refleje modelos occidentales inapropiados de los cambios que deberían tener lugar, y que su aplicación sea parte de una economía mundial esencialmente controlada por Occidente. En tercer lugar, incluso si el modelo de crecimiento que se defiende está concebido para dar prioridad al «crecimiento de los pobres», puede cuestionarse el supuesto de que es necesario el crecimiento «general» para que se produzca este último.

Se ha afirmado que una parte que la ayuda que se ofrece va dirigida al desarrollo económico general en los países pobres y no en particular a la reducción de la pobreza absoluta. Por otra parte esto no es aplicable a toda ayuda gubernamental, ni en general a la ayuda al desarrollo financiada por organizaciones.

El hecho de que en ocasiones fracase la ayuda o asistencia, bien porque los objetivos eran incorrectos o porque las cosas no funcionaron, rara vez es razón para no apoyarla, a menos que existan otras razones más profundas que expliquen nuestra abstención a prestar apoyo.

En términos generales podemos concebir el desarrollo como un proceso de cambio socioeconómico que debe tener lugar. Muestra que la definición del desarrollo, es en su raíz, un asunto valorativo y que implica nuestro sistema de valores.

  1. Tendencias de la población mundial   [pic 2]

Un argumento adicional que suscita dudas sobre el valor a largo plazo de la ayuda es el relativo al crecimiento de la población, la ayuda simplemente alimenta la explosión demográfica, lo cual sencillamente planteará más problemas en el futuro, el mundo no puede soportar un aumento desmedido de la población sin sufrir catástrofes ecológicas que perjudiquen a todos, los países tienen derecho a atender sus propios intereses y a ignorar al resto. La carga demográfica sostenible en el mundo tiene un límite superior. Si bien las condiciones que plantean estos condicionales pueden no llegar a realizarse, aún estamos en condiciones de actuar mediante una cooperación mundial, con vistas tanto a ampliar el desarrollo como a proteger el medio ambiente.

  1. El deber de aliviar la pobreza   [pic 3]

Un país llamado rico tiene los recursos para aliviar la pobreza y otras formas de sufrimiento grave en su territorio y tiene recursos adicionales que puede utilizar para contribuir a aliviar la pobreza en otros países que carecen de los recursos para mitigar el sufrimiento extremo. El argumento se refiere a los recursos y a lo que podría hacerse, y no a lo que se hace.

Digo «urgencia» más que «prioridad» porque la idea de prioridad sugiere que uno podría poner los males en una suerte de ordenación por grados o especies y decir a continuación: «hay que aliviar primero estos, y a continuación estos otros, etc.». la generalizada resistencia a prestar ayuda en otros lugares del planeta, se expresa en afirmaciones como la de «la caridad empieza en casa». Aquí, «casa» significa «nuestra propia sociedad» y ello implica que la caridad también termina aquí.

Podemos identificar tres facetas de la pobreza extrema que la convierten en un mal grave, En primer lugar, supone un significativo acortamiento de la vida. En segundo lugar, supone un gran sufrimiento y dolor (a causa de la enfermedad y el hambre). Y en tercer lugar, hace imposible llevar una vida digna y decente. Un gran sufrimiento y humillación pueden no acortar la vida, pero sí hacerla terrible. En ocasiones un gran sufrimiento y una muerte temprana pueden soportarse con gran dignidad.

En vez de analizar estas formas alternativas de defender el deber de la asistencia, voy a considerar dos objeciones básicas a la idea de que tenemos el deber de atender a la pobreza de poblaciones lejanas. La primera objeción dice que, si bien podemos tener el deber de asistir a los demás, ese deber no va más allá de las fronteras de nuestro país. La segunda niega que tengamos deber general alguno de asistencia, tanto en nuestro país como fuera de él.

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